Misericordia #1

#26: Charlie.

—¿Qué diablos ha pasado? —Pregunto en dirección a mi amigo sin importarme en lo absoluto mi tono de voz, lo cual no parece importarle mucho, pues se mantiene con los brazos cruzados, mirando en dirección a la habitación, donde ambas chicas se encuentran.

—Me han dicho que la han asaltado —Me cuenta, sin ninguna expresión sobre su rostro —Tiene una costilla fracturada y una herida en la cabeza.

—¿Tu crees que alguien va a ser eso para solo quitarle un par de cosas?

—Le hubiera creído de no haber sido por toda la mierda que ha rodeado nuestras vidas últimamente, le hubiera creído si no hubiera pedido que tu novia viniera a verla, si eso no hubiera pasado creeme le hubiera creído cada una de sus palabras pero no creo absolutamente nada — Sentencia en mi dirección, sin ninguna duda en su mirada.

Ambos sabemos con certeza que ese par esconde más de lo que una amistad puede llegar a esconder. Secretos mucho más oscuros de los que alguna vez alguien pudiera haber guardado.

—Tenemos que averiguar qué es eso que ambas esconde —Suelto en dirección a mi amigo, quien asiente de inmediato, pero que se detiene al ver abrirse la puerta de la pequeña habitación en la cual se encuentra su novia.

—¿A pasado algo? —Pregunta mi amigo de inmediato al ver al Juls salir de la habitación.

—No ha pasado nada, ella está bien —Sonríe forzosamente —Tengo que irme, tengo que ir a resolver un par de cosas, así que después vendré a verla de nuevo.

—Te acompaño —Me ofrezco de inmediato, pues la seriedad ha regresado a su rostro nuevamente, ocultándose detrás de aquella muralla.

—No —Niega inmediatamente, lo cual ocasiona que mis alarmas se enciendan de nuevo—Es muy lejos y lo más posible es que tarde un par de horas —Intenta excusarse pero falla completamente.

—Con mucha más razón, te acompañó —Lo vuelvo a intentar.

—He dicho que no Charlie, gracias —Suelta con seriedad antes de despedirse de nosotros dirigiéndose hacia el final del pasillo con dirección a la salida.

No pierdo ni un segundo en planear un plan para poder seguirla, se que si me voy en estos momentos, podré alcanzarla cerca de el lugar, pues no puede desaparecer tan rápido, no si un carro o un taxi y dudo que haya un taxi cerca del hospital.

—¡¿A dónde diablos vas?!— Pregunta mi amigo al ver que he empezado a caminar, sin ni siquiera decir media palabra.

—Tengo que averiguar a dónde diablos va Juls —Le responde sin ni siquiera parar simplemente alzó la mano en forma de despedida y aumento el paso mas de lo que ya lo estoy haciendo.

No me cuenta mucho llegar a la salida, pero al llegar a ella no hay rastro de Juls.

—¡Mierda! —Suelto con frustración  después de rodear todo el hospital en busca de la castaña, la cual parece haber sido tragada por la tierra misma.

Llevo más de dos horas dentro de mi auto, buscando la manera de conseguir un poco más de información sin recurrir a la persona que menos deseo hacerlo, pero entre mas busco entre la gente que conozco, menos puedo encontrar a alguien que en verdad valga la pena. Y justo cuando estoy a punto de darme por vencido recuerdo a un rubio, dueño de un bar que se encuentra en el centro, así que sin pensarlo tanto enciendo mi auto con dirección a ese lugar.

Cuando llego son más de las siete de la tarde, así que no es difícil conseguir pasar al pequeño bar, el cual sin importar la hora ya se encuentra con bastante gente bailando y gritando dentro del lugar, pues a parte de ser un bar, este era un lugar donde la gente o más bien los universitarios venían por un poco de droga para poder pasar bien el rato.

—Pero mire quien ha decidido venir —Suelta el rubio desde la barra cuando logra verme a lo lejos, dejando su vaso de Whisky para poder recibirme.

—Autin —Saludo con un abrazo a mi viejo amigo, el cual lo corresponde antes de regresar a su asiento para pedirle a una de las chicas un vaso más de Whisky para mi, sentandome a su lado.

—Y dime, ¿que es lo que te atraído a este lugar? —Pregunta cuando le doy el primer sorbo a mi vaso.

—¿Quiero saber que es lo que tu sabes de Ethan?

—Se lo que todo saben —Responde de inmediato —Ha heredado todo lo que alguna vez fue del viejo, es uno de los primero diez traficantes de drogas del país y sin duda todos temen de el. Todo lo que yo conozco tu ya lo sabes, no se porque la pregunta pero esa es mi respuesta.

—Bueno, entonces tu sabes ¿Quienes diablos fueron Gabriela Peterson y Dylan Jackson? —Suelto aquellos nombre que he podido escuchar en un par de veces, unos nombre que hacen ruido en mi cabeza y que no me dejan en paz.

—Vaya, hace bastante no escuchaba esos nombres —Suelta mi amigo con bastante sorpresa, lo cual me alerta de inmediato al ver la reacción que Autin ha tenido con esos simples nombres — Ellos son leyenda dentro del mundo de narcotráfico, me sorprende que no hayas escuchado algo de ellos.

—Pues ya ves que no, así que dime quien diablo eran ellos.

—Eran conocido como el "dúo dorado", era de los mejores trabajadores que tenía el viejo, ellos manejaban a la perfección todo, eran dueños de las carreras callejeras y de las peleas clandestina. Ellos eran los dueños de toda esa mierda, iban a heredar todo sin importar nada, ellos ya eran los dueños.

—¿Y que paso con ellos?

—Murieron —Suelta sin mas da — El se enamoro de la hermana de ella, intento salir de la mierda en la que estaba metido, intento hacer una vida con la chica que amaba pero pago el presión de aquello, pues varios años después el fue asesinado junto a la que se había convertido en su esposa.

—¿Y ella?

—Tuvo un accidente en una de las mayores entregas, se dice que no quedó nada de aquello, ni siquiera su cuerpo —Termina de decir mi amigo y la cabeza me da vueltas por tanta información.

—¿Donde puedo encontrar a Ethan? —Preguntó con interés, pues el único que parece conocer el resto de la historia es el.




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