Misericordia #1

#28: Juls

Me parece increíble estar de nuevo frente al enorme edificio en el que pasaba todos los viernes, me parece sorprendente el ver la manera en la que ha crecidos, los miles de chicos que piden poder entrar para poder drogarse toda la noche, las miles de personas trajeadas que entran al local para conseguir la mejor mercancía para vender en cada una de sus zonas y la infinidad de mierda que un par de personas pudieron llegar a crear.

Pues las drogas eran como un virus, que aunque trataras de pararlo, nunca podrías obtenerlo. Yo había tomado decisiones, que justo ahora me parecían las equivocadas de las que estaré arrepentida toda mi vida.

—¿Estas segura de esto? —Pregunto Daryl al ver mi expresión a lo que simplemente asentí en su dirección antes de bajarme del auto en el que el y un chico llamado Jack me han traído seguida inmediatamente por ellos, quienes insistieron en acompañarme al enorme lugar —No quites la pulsera de la mano y mantener cerca de nosotros —Me suelta mi amigo antes de pasar por la puertas del local —Ya nada es lo mismo —Suelta por ultimo antes de ponerse a lado de mi.

Dejándome ver el infierno mismo frente a mis ojos, pues aquí solo se encontraba gente drogada, quienes se dedican a beber, fumar o bailar un poco. Nada era lo mismo, todo parecía haber crecido de manera escalofriante, pues el lugar estaba a reventar que incluso a penas podíamos pasar entre tanta gente.

Cuando llegamos a barra Daryl se encargo de invitar un par de tragos, los mas ligeros, pues según el toda y cada una de las bebidas que daban ahí tenían o muchos grados de alcohol o una porción exclusiva de droga en ellas, algo que sin duda había cambiado.

Cuando decidí ir al baño había pasado mas de media hora, media hora donde ninguno de los trabajadores de Ethan apareció, como si estuviera consciente de que en algún momento de la noche vendría a buscarlo.

—Aunque la mona se vista de seda, moda se queda —Soltó una voz detrás de mi, mientras lavaba mis manos, después de haber terminado de hacer mis necesidades.

—No deberías de decirte ese tiempo de cosas en publico, tus clientes podría abrir los ojos —Suelto en dirección a la pelirroja que me mira fijamente desde el espejo —Pero eso seria aterrador, no es así Normali —Sonrió con ironía en su dirección la cual parece cambiar de manera tan repentina que no me sorprende cuando saca una pequeña pistola de su pequeña falta que lleva con ella, para apuntarme como si el simple hecho de ver una me asustara.

—Tan habladora como siempre —Suelta sin alejar su mirada de la mía —Espero que seas tan valiente como tu boca suele ser lo —Baja la arma y de un movimiento rápido toma un puñado de mi cabello, haciéndome retroceder un poco en su dirección —Esperemos que esa valentía dure hasta ver a Ethan, sin duda el es el mas ansioso en verte, después de tantos años tiene muchas cosas pendientes, ¿no crees Gaby? —Suelta mi verdadero nombre como si no supiera que he dejado de llamarme así desde el primer momento en que deje este lugar y me  deja libre antes de señalar me el lugar por el que debo empezar a caminar, lo cual hago sin rechinar nada en la dirección de Normali, quien se dispone a guiarme hasta que ambas nos detenemos frente a una puerta que esta muy bien asegurada.

Cuando entramos un escalofrío recorre todo mi cuerpo, enviando miles de alertas a mis sistemas al ver a Ethan y a un par de chicos a su alrededor quienes parecen ser sumamente importantes, los cuales me miran al momento en el que pongo un pie en la habitación.

—Vaya, vaya pero sí es nada mas y nada menos que la querida Gaby o mas bien debo decir Juls —Sonrie Ethan con verdadero cinismo, quien se ha colocado ya a pocos pasos frente a mi.

—No se por que preguntas, cuando ambos sabemos la respuesta —Suelto de mala manera en su dirección llamando aun mas la atención de las personas que se encuentran de tras de nosotros.

—Veo que la señorita tiene carácter —Suelta un rubio desde el fondo de la habitación — Así que por que no nos la presentas —Sugiere en dirección a Ethan, el cual parece pensarlo por unos minutos antes de sonreír.

—Por supuesto Joe, esta señorita que ven aquí es nada mas y nada menos que Gabriela Peterson.

—Imposible, ella murió hace años —Suelta otro de los chicos que se encuentran aquí.

—Exacto Ed, eso es lo que a nosotros nos hicieron creer pero por lo que ven eso a sido otra de las grandes mentiras de Gabriela Peterson —Suelta con bastante rabia — ¿No es así querida? —Toma mis mejillas estre sus manos las cuales aprieta sobre ellos dejando un dolor intenso sobre ellos.

—Creí que nunca se darían cuenta —Ignoro el dolor en mi rostro y sin importar nada sonrió en su dirección —Con eso de que siempre han sido de mente tan lente, en verdad, aposté que nunca se darían cuenta.

—Pues como ves, no somos tan tonto como pensabas, pues hemos descubierto tu secreto.

—Si, pero ocho años después y con información que sacaste de una chica con medidas no tan simpáticas.

—A medidas desesperadas, medios desesperados.

—Conceptos tan estúpidos para alguien como tu, ¿no crees? —La rabia empieza a crecer en mi interior al recordar a mi amiga — Para la próxima, deberías de ocuparlos en una persona que pueda defenderse, idiota —Avanzo en su dirección con claras intensiones de golpear su rostro pero soy detenida a causa de un fuerte agarre sobre mi cabello, el cual me hace retroceder  antes de ser obligada a arrodillarme.

—Veo que no has perdido el toque —Se inca ethan frente a mi, sin importarle en absoluto —Pero aun falta algo —toca su mentón como si en verdad estuvieron pensando, algo que honestamente todos sabemos que ya sabe — Quiero que vuelvas a trabajar pero ahora para mi.

—¿Y que te hace pensar que volveré a hacerlo?

—Por que si no matare a las personas que amas, empezando por la dulce Azul y terminando por ese tal Charlie que anda haciendo preguntas por ti —Amenaza sin ningún tipo de remordimiento — Y por que una vez que has entrado al infierno, la única manera de volver a salir, es muerta y por desgracias tuya, aun no lo estas. Así que ahora vas a ser una buena chica, volverás al trabajo y seras la de antes, ¿entendido? —Pregunta a lo que asiento de inmediato recibiendo así paz sobre mi cuero cabelludo al que Normali me tenia sometida.




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