Misericordia #1

#32: Charlie.

Siempre me había gustado la vista que el edificio de papá solía regalarme, siempre me había parecido perfecto ver lo enorme que podía ser la ciudad y las miles de personas que podían vivir y convivir dentro de ella. Pero todo había cambiado desde su partida, todo parecía no tener sentido, incluso todo lo que deseaba y me rodeaba en estos momentos.

Todo había tomado un rumbo diferente desde hace un mes, desde aquella mañana en la que desperté con una sensación diferente, con una noticia que nos sacó de lugar a todos y de la pérdida de una gran persona que habíamos llegado a querer con el pasar del tiempo, una persona que a pesar de el odio que solía haber entre los dos había conseguido colarse en mi corazón como lo había logrado en toda la familia.

Ahora viendo este enorme ventanal con vista a la ciudad desearía que no fuera tan grande, ni que muchos vivieran dentro de ella, solo para poder encontrar su paradero mucho más fácil de lo que hasta ahora me resultaba. Pues por más que había intentado conseguir un poco de información sobre ella, todas las puertas a las respuestas se cerraron frente a mi rostro.

Un maldito mes sin saber nada de ella, ni mucho menos de todo ese mundo de mierda que la rodea tampoco, parece como simplemente la ciudad se hubiera callado desde que ella se fue o más bien fueron mis oídos los que decidieron no escuchar nada de ella, después de tanto tiempo intentándolo, parece que al fin entendí que sus secretos no eran mi asunto.

"La vida es una cárcel con las puertas abiertas, ha llegado el momento de cumplir mi condena llevándome el mejor recuerdo de nosotros..."

Leo el papel por quinta vez en el día, aquel que me acompaño al despertar y el que me da las esperanzas necesarias para no sentirme tan mal conmigo mismo, ni mucho menos con ella. Pero me frustra la sensación de no conocer nada acerca de ella y su pasado, de aquello que tanto le ha hecho y del que tanto miedo parece tener.

—Joven Woods —Se hace escuchar el intercomunicador que tengo sobre mi escritorio regresandome a la realidad —El señor Abel Makkonen desea poder verlo, dice que es importante —Anuncia mi secretaria y de inmediato sé que él ha podido conseguir un poco de información.

—Hazlo pasar, por favor —Le pido antes de recargarme en mi escritorio para poder saludar a un muy buen amigo de la familia que sin duda espero que pueda ayudarme.

No tarda mucho en entrar con aquel cabello rubio que tanto lo caracteriza pero me sorprende al ver que no viene solo, sino nada mas y nada menos que con mi hermano mayor Michael, del que había perdido contacto desde hace años.

—¿Que hace el aquí? —Preguntó en dirección al rubio, el cual parece un poco incómodo ante la situación.

—Para mi también es un gusto poder verte de nuevo, hermanito —Suelta Michael con sarcasmo antes de tomar asiento en uno de lo sillones de la pequeña sala que hay dentro de mi oficina.

—¿Qué hace aquí? —Vuelvo a preguntar a mi amigo, el cual se rasca su cabellera en una forma de demostrar lo incómodo y nervioso que se encuentra.

—Me has pedido que encontrará información sobre ella.

—Exacto, eso es lo que te he pedido —Señaló en dirección a mi hermano quien se encuentra evaluando cada rincón de la oficina —No que hicieras una reunión familiar.

—Muy emotivo como siempre —Suelta Michael dirigiendo su mirada hasta donde me encuentro —Créeme a mi tampoco me gusta la idea de una reunión familiar pero...

—El es la única persona que tiene conocimiento de las vida pasada de Juls, él fue el encargado del caso hace varios años junto a algunas personas mas —Me informa mi amigo antes de que mi hermano pueda continuar con sus frases estúpidas.

—Así que si quieres saber la información deberías de ser mucho más amable de lo que hasta ahora estas siendo.

—Michael —Le lanza una advertencia la cual sin duda no causa ningún efecto en el.

—Tal vez eso suceda cuando dejes de comportarte como el hijo de puta que sueles ser todos los días.

—Si ambos quieren ayudarla, necesitan trabajar juntos —Nos sugiere a ambos — Así que por primera vez sugiero que ambos dejen sus diferencias a parte solo para poder ayudar a ella, claro, si es que quieren hacerlo.

—Por mi no hay ningún problema —Se encoge de hombros antes de encaminarse hasta estar frente a mi.

—Cuenta conmigo —Estrecho la mano que me a extendido mi hermano después de muchos años, lo cual se siente de lo más extraño.

—Perfecto, entonces creo que lo mejor es comenzar con esto —Sugiere mi amigo antes de tomar asiento en una de las sillas que están frente a mi escritorio, así que me acerco de igual manera para tomar asiento en mi silla frente a ellos.

— Querías saber la verdad, ¿no es así? —Suelta Michael dejando un sobre sobre mi escritorio, uno donde sobresale un nombre conocido —Aquí están todas las respuestas y aquí estoy para contarte de una vez por todas la verdadera historia.

—¿Por que haces esto?

—Por que me preocupa, por que se que si ella sigue haciendo lo que hace terminara muerta y la única forma de convencerla es contigo.

—Y ¿como estas seguro de que ella me escuchara?

—Por que te ama mas que a ella misma así que ha llegado el momento de la verdad, ¿estás listo? —Se sienta frente a mi mientras cruza sus brazos sobre su pecho.

—Comencemos —Suelto antes de abrir el gran expediente frente a mí, listo para todo lo que hay dentro de él, listo para la verdad que tanto había deseado saber y sobre todo listo para ponerle fin a su pasado.

 




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