Misericordia #1

#39: Juls.

Todo es adrenalina dentro de mi cuerpo. La velocidad con la que los edificios pasan es sorprendente, incluso después de años de no hacerlo, disfruto cada pisca de adrenalina y felicidad que me da el estar detrás de un volante.

Pero aún después de cruzar la meta victoriosa, la adrenalina sigue tan dentro de mí que incluso festejo con la multitud que se encuentra en el lugar como en los viejos tiempos.

—¡Excepcional! —Grita Ethan, quien emerge de la gente, quienes se alejan ante su presencia como si del  presidente se tratara.

Me limitó a forzar una sonrisa en su dirección, pues se que este ya no es mi terreno, se que aunque la gente festeje conmigo, la mayoría de ellas me desprecian por las decisiones que había tomado. No todos me veían como una heroína, algunos, me veía como una gran amenaza al ser la joya del momento de Ethan.

—¿No es así Peter? —Lanza la pregunta al aire antes de ver a aquel a quien alguna vez llame "amigo".

No desaprovechó la oportunidad y de inmediato acortó la distancia estampando uno de mis puños sobre el pómulo izquierdo del idiota encargado de matar a Charlie hace tan solo unas horas atrás.

—¡Eres un maldito traidor! —Grito cuando un par de hombres me alejan de la basura de persona que solía tener por amigo —¿Como pudiste hacerlo? —Preguntó al borde del abismo, pues mi enojo es tanto que justo en estos momentos desearía poder golpear lo que sea.

—De la misma manera en que tu lo has hecho —Suelta Ethan con veneno en su voz.

—Basta —Suelta Peter en su dirección pero solo basta una mirada para que el cierre la boca en seguida.

Y ahí entró en razón. 

Viendo la manera en que Peter ha bajado la cabeza ante alguien como lo es Ethan, me hace comprender que tal vez al igual que yo, se encuentra con una soga en el cuello. Pues nunca y digo nunca por que lo conozco bien, sé que él nunca dejaría que alguien pasara por encima de él, no como lo están haciendo en estos momentos, no si no se tratara de proteger a alguien a quien ama a alguien tan importante como para doblegarse.

—¡Vamos! —Me empuja Shawn antes de dirigirnos hasta la bodega, pues alguien se ha encargado de llevar mi auto.

Obedezco por qué es lo mejor que en estos momentos puedo hacer, la adrenalina, el coraje y el enojo aún siguen corriendo por mi sistema. Cada parte de mi cuerpo pide que regrese a romper la cara del imbécil de Peter, pero por otra parte mi corazón me susurra que me tranquilice que piense las cosas, como si eso fuera posible.

—No dejes que el enojo te nuble los sentidos —Me susurra Shawn en mi oído —Es lo peor que puedes hacer, hemos llegado muy lejos, no dejes que la ira lo arruine.

Las palabras de Shawn logran tranquilizarme más de lo que podría imaginar y es que a pesar de no conocerlo tanto, sin duda se había ganado mi cariño, se había convertido en mi pequeño ángel de la guarda, aquel que desde el primer momento en que me conoció supo que yo merecía una segunda, tercera e incluso cuarta oportunidad.

—Pronto se acabará toda esta porquería —Susurra antes de entrar a la bodega, la cual se encuentra semi vacía.

—¿Lo prometes? —Pregunto como cuando lo hacía con mamá.

—Lo prometo —Me da una leve caricia en mi mejilla antes de recargarse en una de las paredes más cercanas —Dentro de dos semana Ethan se va a ver con Katty, ¿sabes quien es? —Se enfoca en sacar otro tema para dar por terminado el nuestro.

—Se un poco de ella, es hija y encargado de la droga de San Francisco, ¿no es así? —Recuerdo a la rubia de ojos azules que alguna vez tuve la desgracias de conocer.

—Esa misma —Confirma Shawn antes de seguir —Ella y Ethan tendrá una reunión de negocios dentro de dos semanas, es esencial que la policía sepa la información y para eso tienes que ir a un bar de mala muerte llamado Hollys, ahí estará esperándote alguien de confianza, lo encontrarás fácilmente...

—¡Pero si ahí están mis buenos camaradas! —Interrumpe Ethan al entrar en la bodega seguido de un par de guardaespaldas, los cuales parecen atento a todos los movimientos.

—Tu me has dicho que la trajera aquí —Le recuerda Shawn antes de caminar hasta donde él se encuentra, no sin antes meter algo dentro de mi bolsillo trasero, sin ser visto.

—Como siempre eficaz —Sonríe en su dirección antes de tomarlo de los hombros — Y por lo que veo se han hecho muy amigos, ¿no es así? —Susurra antes de alejarse de Shawn, quien se mantiene callado a la espera de él siguiente movimiento de Ethan —¿No lo crees Gaby? —Pregunta cuando está frente a mí.

—Si —Es lo único que digo antes de verlo desaparecer detrás de mí.

—Pero los hombres más valientes son los de corazón más débil, ¿no lo crees? —Susurra aquella frase que tanto escuché de niña, aquella que me repita papá cada día, enseñándome a no ser valiente de corazón débil, pues eran los primeros en morir.

—Ethan —Suelto cuando veo caminar a uno de los hombres detrás de Shawn —No lo hagas, por favor —Suplico he intento ayudar a Shawn pero el mismo Ethan detiene mis pasos.

—Es necesario —Susurra Ethan antes de verlo alzar el arma, mi respiración se agita, intentó gritar para poder ayudarle pero parece que el espera el momento, nada en su rostro demuestra miedo.

—Pronto acabará esto, lo prometo —Dice antes de que el ruido haga eco en el lugar.

–¡No! — Grito al ver caer el cuerpo sin vida de Shawn.

Entró en un estado de shock que no comprendo qué es lo que hago hasta que me encuentro frente al cuerpo sin vida de Shawn. Todo pasa tan lento y mi mente está tan dispersa que no logro sentir el golpe con la pistola que me da uno de los hombre de Etha en la cabeza, incluso cuando estoy sobre el suelo mi mente no logra comprender la mayoría de las cosas que pasan a su alrededor y lo único que logró enfocar son los ojos sin vida de la única persona la cual me podía ayudar dentro de esta mierda en la que sin duda estaba metida.




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