—Recuerda que con solo hacer la señal bastara —Me recuerda Michael por el intercomunicador que tengo en el oído, mientras espero la llegada de uno de los socios mas grandes del mercado.
—No tienes que repetírmelo, ya me lo has dicho mas de mil veces antes de haber comenzado —Suelto y de inmediato escuchó las risas del equipo que ha conformado Michael para este operativo, el cual tardamos en organizar más de cuatro días.
Y es que después de trabajo, esfuerzo, peleas, drogas y carreras ganadas, había logrado que Ethan me dejara recibir una de las entregas más importante para el, también había ayudado la insistencia del aquel socio para que yo fuera la encargada de tal entrega. Pues después de todo nunca había dejado de ser la chica de Oro.
—Solo quiero que sepas que te estaré cubriendo la espalda en todo momento —Susurra con ese toque de cariño que me da un poco más de valentía.
—No dudo de eso —Susurro al ver luces acercarse al punto de encuentro en el que espero desde hace más de diez minutos.
Son mas de las cuatro de la madrugada pero aun así mis ojos y todos mis sentidos se mantienen alerta ante cualquier imprevisto. Son dos camionetas blindadas y un volvo S60 gris de los cuales descienden más de diez guardias de seguridad seguido de un rubia despampanante y un chico de no más de veinticinco años, quien sonríe con tan solo verme como si tuviéramos años de conocernos.
— Había escuchado que eras bonita pero nunca imagine que serias todo un monumento —Me alaga mientras se encamina hasta donde yo me encuentro.
—Eso es lo que me han dicho —Sonrió con ironía antes de estrechar la mano que me extiende, la cual termina besando consiguiendo que la retire de inmediato, pues no me ha gustado nada la confianza tan rápida que este idiota a tomado.
—Pero veo que no eres fácil —Sonríe antes de hacer una señal a un par de hombre, quienes empiezan a bajar un par de bolsas de las camionetas —Me gusta —Le susurra a la rubia, quien se mantiene a una distancia prudente de nosotros y quien me examina de pies a cabeza.
—Aquí está el dinero —Tomó ambas bolsas llenas de efectivo antes de entregárselas, quien no tarda nada en inspeccionar que todo esté en orden al igual que yo al ver las cuatro bolsas llenas de cocaína frente a mi.
—Dile a Ethan que siempre es un placer hacer negocios con él —Me guiña un ojo antes de regresar a su auto, seguido de todos sus guardaespaldas, la única que se queda ahí parada frente a mi es la rubia, quien parece no querer regresar al auto.
—¿Necesitas algo? —Preguntó en su dirección, pues no me ha dejado de observar ni un solo momento.
—Es una mentira —Susurra antes de darme la espalda dirigiéndose hasta donde el idiota la espera.
—Fue todo un placer conocerla Sra. Peterson, en verdad espero volver a verla —Sonríe con ironía antes de adentrarse en el auto y perdiéndose dentro de el para después verlo desaparecer por el mismo lugar que a llegado.
—¿A que se ha referido la chica con que es una mentira? —Pregunta Michael mientras empiezo a meter las bolsas dentro del maletero de mi auto.
—No lo se, pero esto me da muy mala espina —Me sincero antes de cerrar la cajuela de mi auto, con toda esa droga dentro de ella —Pero todo ha salido perfecto así que es momento de irnos a casa —Susurro antes de entrar a mi auto, el cual enciendo de inmediato para poder largarme de una vez por todas de este maldito lugar pero me detengo al ver un par de autos acercarse.
—¿Que pasa por que no avanzas? —Pregunta Michael, quien de seguro se mantiene atento a mi ubicación gracias al GPS que lleva el auto.
—Tenemos problemas —Susurro al ver a Ethan y algunos de sus secuaces bajar de un par de autos —Ehan acaba de llegar, es mejor que te vayas —Le digo antes de bajarme de el auto.
—No claro que no —Grita Michael pero me dedico a buscar alguna posible salida si es que la situación lo a merita.
—¿Que haces aquí? —Pregunto con un tono de voz alto, el cual es escuchado de inmediato.
—Vengo por lo que es mio —Sonríe Ethan en mi dirección —Y no creas que eres tu cariño, desgraciadamente hoy sera tu ultima noche —Me amenaza y de inmediato todas mis alarmas se encienden.
—¿De qué diablos hablas? —Pregunto para poder seguir pensando en una salida.
—De el hecho de que me has traicionado una vez más Gaby —Se recarga en su auto con una seguridad que me alarma —Te dije que no era posible engañar al diablo pero parece que a ti no te volvió a importar y es por eso que hemos decidido no solo matarte a ti, sino a un miembro de la familia Woods, ¿que te parece?. Te va a encantar.
—Tu le pones la mano encima a alguien de esa familia y te juro que te mato —Lanzo la amenaza sin importarme el peligro en el que me encuentro.
—Ya lo he hecho querida —Sonríe de una manera escalofriante —Pero deberías de preguntarle a Michael, de seguro él podrá decirte —Sonríe mientras golpea la misma oreja en la que se encuentra mi aparta.
—Michael —Preguntó sin importarme nada, pues es inútil seguir ocultando algo que desgraciadamente ya saben. —¿Que ha pasado? —Preguntó al no escuchar ni un solo respiro de su parte, el cual empieza a alterarme.
—¡Mierda! —Escucho la voz de Michael y se que el idiota frente a mi ha cumplido su palabra —Acaban de reportar la desaparición de Ethan Woods —Me informa la voz de uno de los agentes, pues se que mi hermano se encuentra mucho peor que yo.
—¡Maldito bastardo! —Grito desde mi lugar al desgraciado que sonríe de una forma ganadora pero jamas voy a dejar de luchar contra esta maldita marea que no deja de empujarme al vació.
—Esto va a funcionar así, quiero que camines lentamente hasta mi, me entregues la llave del auto, le digas a cualquiera que esté de ese lado que se vaya, subas al auto y no intentes ninguna cosas, ¿entendido?, sino matare a tu pequeño e indefenso hermano —Me informa y no puedo evitar echarme a reír por su maldita estupidez —¿De que mierda te ríes? —Me gritó perdiendo la confianza que tanto lo caracteriza.