Misión en Francia (parte I)

Capítulo 04

Mi papá me mira serio. Toma mi brazo y lo jala con fuerza sorprendiéndome. Intento alejar mi brazo pero lo retiene.

—Solo tienes 18 años Melody. Tienes prohibido hacer estas cosas sin mi permiso —me suelta.

—«No soy tonta. Puedo tomar decisiones. Sé que es lo que quiero»

—No. No lo sabes —se levanta del sillón —Las acciones tienen conciencias. Soy padre antes que nada, y nunca te he criado para que hagas cosas a mis espaldas.

—«Solo es un tatuaje»

—Hoy —con su dedo apunta el suelo —Hoy es solo un tatuaje, pero ¿Mañana? ¿Si mañana llegas aquí con un chico de cuarta? Ten por seguro que eso no lo dejo pasar ¿Me oyes? —asiento —Melody —suaviza la voz —intento hacerlo bien, siempre lo he intentado, y solo no quiero que hagas las cosas mal.

—«Tienes que dejarme a mí decidir algo»

—¿Qué más quieres? Sales con tus amigos, prácticas de ballet, viajes, médicos especiales, tutores, ropa, zapatos, bolsos.

Me quedo sin hacer nada. Me levanto del sofá y me quedo quieta. Las lágrimas que tenía en los ojos se esfumaron cuando mi subconsciente quiso darle la razón.

Moví mis labios y aunque sé que no tengo voz dije:

Lo siento

—Se que desde el accidente, tu madre, que no puedas hablar, todo eso te frustra. Y lo entiendo, a mi también ¡Y mucho! —toma mis manos —Pero no quiero que vayas a cualquier parte es todo, cualquiera podría hacerte daño.

Siempre es lo mismo. Alguien puede lastimarme, puede ocurrir algo malo… Deseaba que me dijera la verdad. Que desde el accidente está más que paranoico y me tiene en una jaula de oro. Quién o qué lo preocupa tanto para tener que protejerme tanto.

Mi madre voltea el rostro y me abraza con fuerza.

—Ve más rápido por favor —le habló al chófer

Miré a mi madre y ella tenía los labios apretados.

—¿Qué sucede mami?

—No es nada cariño —besó mi frente. Sacó su teléfono y marcó rápido el número de papá —¿André? André alguien nos está siguiendo… si si… ¡Ya lo sé!...te lo dije, te lo dije. —secó sus lágrimas —André… Melody está conmigo —se quedó en silencio por mucho tiempo, solo con el móvil en su oreja —No no…no digas eso…André te amo yo…

La camioneta fue golpeada por el lado del conductor y eso nos hizo dar dos vueltas hasta quedar contra un poste de luz.

Lo único que recuerdo fue que estaba boca arriba en el pavimento mirando el cielo.

Nada más

Desperté unos días después en el hospital con mi pantorrillas rota y debido a una contusión cerebral mi habla disminuyó. Se suponía que sería temporal, pero han pasado 10 años, y apenas y recuerdo cómo suena mi propia voz.

Y mi padre, él no habla de ese día, solo dice que murió debido al accidente. Pero nunca me ha llevado a su tumba y nadie quiere decirme dónde siquiera puede estar.

—«Llévame a su tumba. Por favor»

Desvía la mirada y niega.

—Olvida eso, Melody. Además, estás castigada.

Aprieto mis labios y lo dejo solo. Me encierro en mi habitación y lanzo mi bolso al suelo echando mi cabello hacía tras de mala gana. Seco el sudor de mis manos con mi falda y siento como la respiración se me agita. Cierro los ojos y suspiro para no perder el control.

Me siento en el suelo y cubro mis ojos con mis manos. Dejo salir mis lágrimas. Quisiera quedarme sin ellas, pero es imposible, es lo único que puedo hacer, llorar, ya que ni gritar puedo.

🩰

Y los días pasan tan rápido, un momento es lunes y al otro sábado. Y lo peor de todo es ver qué los días pasan y tú no progresas, sigues en el mismo punto mental y sentimental que el mes anterior.

Estoy castigada, por lo tanto no puedo salir, está semana solo fuí a la escuela y a las prácticas de ballet. Solo Kate ha venido un par de veces a verme. Y he pasado el resto del tiempo molestando a Rohan, muy infantil pero solo lo tengo a él.

Acabo de regar las margaritas y paso a los lindos lirios hasta que escucho como me llaman.

—Melody —dejo el agua a un lado y me levanto.

Kate y Devon se acercan, el segundo me da un gran beso en la mejilla y la otra me abraza.

—Hemos venido a invitarte a una pijamada —sonríe.

Frunzo el ceño
—«Sabes que estoy castigada»

Hace un gesto despreocupado con la mano.

—Una semana castigada por algo que nunca podrás borrar —vuelve a reír —Hablaré con tu papá. Y tranquila —me apunta —Lo convenceré, el me quiere mucho.

—Si claro —murmura Devon.

—Al que no quiere es a ti, y todos sabemos por qué.

Ambos bajamos la cabeza ante esas palabras y lo veo como suspira profundamente.

—Ya vuelvo.

Kate entra en mi casa seguramente en busca de mi papá y yo me quedo con Devon y el incómodo ambiente que mi amiga hizo.

—¿Cómo has estado? —sonríe —Lamento no haber venido antes, no sabía que estabas castigada, además de que te veía todos los días en la escuela.

Sonrío levemente.
—«Tranquilo»

—Estas linda hoy. Me gusta el color azul.

Tengo un vestido azul de mangas largas pero con forma abonadas, me queda por encima de la rodilla y tiene un pequeño escote.

—«Gracias»

—¿Crees que sí convenza a tu papá?

—«Tiene más probabilidades que tú»

Bufa
—¿Nunca va a perdonarme? —niego riendo —Al menos me deja ser tu amigo —gira la cabeza y lo sigo. Rohan nos mira a ambos fijamente, a Devon precisamente —Él sí que me odia.

Rohan es como un papá para mí, solo que más atento, protector y mucho más relajado que mi padre. Con él siempre estoy a gusto, es mi familia también. Y entiendo porque no tolera a Devon.

—«Algún día lo superarán»

Kate aparece de nuevo, sería. Ambos la miramos expectantes.

—Bueno ya hablé con él —juntó sus manos detrás de su espalda —¡Y aceptó!

Suspiro aliviada y ella ríe.

—No me agradezcas —menea su cabello —Vamos a buscar tus cosas.

Los tres vamos a mi habitación y Kate enseguida se mete en mi closet. Saca cada vestido que ve y lo deja a un lado con una nueva. Mayormente uso faldas y vestidos, todos de colores claros y con estampados simples, como flores o botones.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.