Misión en Francia (parte I)

Capítulo 08

No había dicho lo de venir a mi casa con dobles intenciones. Y espero que él lo haya entendido también.

Veo mi teléfono y pasan alrededor de cinco minutos y no recibo respuesta. Lo lanzo en la cama y suspiro viendo el techo.

Creo que nunca me había sentido tan tonta.

Unos toques a la puerta me hacen verla e ir hacia ella para abrirla. El rostro cansado de mi papá es lo que veo. Cuando me ve me hago a un lado para que pase. Se sienta en la cama y mira a los lados.

—Me alegra que te hayas defendido —me mira a los ojos.

Sus ojos azules se ven más oscuros debido a la barba que tiene desde hace días, la cual le hace ver la cara sombría.

—Supongo ya sabes lo que haré ¿No?

Asiento.

Espero a que empiece a preguntar por Axel pero no lo hace, y me sorprendo.

—Más seguridad. Ya no solo será Rohan, pondré a otros tres hombres para tu cuidado.

Me abrazo a mi misma al ver cómo usa ese tono, ese que usa cuando está cansado y súper estresado. Hace años que no me sentía como una especie de carga para mí papá.

No siento que debí morir en el accidente con mamá pero estoy conciente que después eso me volví más frágil antes sus ojos. Me sigue viendo cómo a esa yo de ocho años, que tenía una pierna rota y no puede hablar. Y sé que siente que es su culpa.

Se levanta y camina hacía mi.

—No volverá a pasar, lo prometo

Besa mi frente y sale de la habitación. Dejándome igual que como cuando entró. Sin decir nada.

🩰

Un par de semanas después:

Los hombres de seguridad son los más asfixiantes. Están cerca de mi todo el día, cuando salgo de casa, casi que me llevaban al asiento del salón de clases.

No he visitado a Kate y solo había podido venir una vez de estás dos semanas.

Mi padre no está en casa, lleva una semana fuera del país debido a un “asunto” muy importante. Así que, literalmente estoy sola en casa, los guardias permanecen afuera y la servidumbre hace sus tareas discretamente para luego retirarse a no se que parte de la casa.

Ni siquiera está Rohan, pues salió con mi papá. Solo me dieron permiso de invitar a mis amigos, claro, con los de seguridad informados.

Cuando era más pequeña hacía que Rohan jugara a las muñecas conmigo o lo hacía ver películas de princesas mientras lo maquillaba. Pero ahora que tiene tantos años trabajando para mí padre, que se convirtió en su hombre de confianza y ya no hay tiempo para pelis de princesas.

Esta semana también he hablado mucho con Axel. Muestra interés en lo que hago y siempre pregunta cómo estoy.

Tengo ganas de invitarlo a casa a ver televisión y comer dulces. Digo, es un tipo confiable ¿Verdad?

Cierto sea es que ya le envié un mensaje invitándolo y aceptó.

Preparo la sala. Algunos cojines más suaves, una manta, una taza llena de palomitas de maíz, malteadas, gaseosas, galletas. Sonrío. Miro la hora y salgo para esperarlo. Había aprovechado como no había nadie en casa para que los guardias lo dejaran pasar, de lo contrario, Rohan y papá me harían preguntas y no estoy lista para eso.

Camino por el camino de asfalto y mis pequeños tacones resuenan mientras doy pasos apresurados.

Cuando llego a la enorme reja lo veo del otro lado con pantalones oscuros, camisa blanca y chaqueta de cuero. Habla con uno de los guardias y mueve la mano derecha para apuntar a la casa. Me acerco más rápido y llamo la atención de todos.

Me mira y sonríe como saludo, dejando ver su sonrisa. Sonrío igual pero me acerco al guardia.

—Señorita, este muchacho dice ser invitado suyo, desea entrar.

—«Es mi invitado, Paul. Abre la reja por favor»

Hace lo que digo con cierta duda, porque él no entiende lenguaje de señas, y hace que revisen de forma excesiva a Axel de pies a cabeza.

Camina hacía mí y besa mi mejilla.

—«¿Cómo estás?»

—Bien. Con algo de miedo por ser aplastado por Paul.

Sonrío.

Le hago una seña para que me siga y lo guío a la casa, directo a la sala. Pasa con lentitud viendo todo.

Me pongo junto a él y parpadeo varias veces.

—¿Qué vamos a ver? —me mira

Tomo su mano y lo guío al sofá. Sonrío apunto todo. Lo miro y esperando una aceptación pero él tiene sus ojos en mi, con la cabeza ladeada.

—«¿Qué películas te gustan?»

—Mmm las de terror son mis favoritas.

Sonrío nerviosa.

🩰

Minutos después estoy en la esquina del sofá abrazándome a mí misma y conteniendo la respiración, con un vasito con palomitas en mis manos y los pies sobre el mueble.

Axel bebe de su gaseosa tranquilamente, solo quita sus ojos de la pantalla cuando ve me de reojo.

La película es sobre un demonio. La pequeña niña rubia baja las escaleras, oscuras, lleno de polvo y sin ningún mueble. Baja las escaleras a paso lento, aferrada al pasamanos. Cuando llega al final, mira hacía atrás, y aprieta los labios. Cuando dia un paso fuera de la escalera, se oye un chirrido, la niña dia un brinco y corre hasta la esquina del sótano.

Pone una de sus manos en su pecho pero al no ver a nadie suspira y da un par de vueltas.

—Lotte —se oye otra voz—Ven cariño

Aprieto el vasito contra mi pecho

La niña se acerca a una puerta que parece ser una habitación dentro del sótano, y cuando pone una de sus manos sobre la manilla y la gira, la puerta se abre de golpe y una sombra negra de con ojos rojos se le sube encima y…

Doy un salto tan fuerte que suelto las palomitas de golpe y me muevo de lugar.

—Tranquila —dice Axel con mi vaso en su mano.

Tengo la respiración agitada, pero aumenta aún más cuando veo que estoy casi encima suyo.

—Au…

Una de mis rodillas está en su abdomen, así que toma mi pierna despacio y la quita de encima suyo. Contengo la respiración un segundo hasta que me suelta.

—«Me he asustado, es todo» —muevo los labios

Muevo los labios y baja la mirada hacia ellos, cuando entiende lo que dije vuelve a mis ojos.




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