Mi padre y Rohan llegan una semana después. No sé enteraron de mi visita ya que le rogué a Paul que no les dijera nada, y como el trabajo de todos en la casa es procurar mi bienestar aceptó, pero advirtió que la próxima vez que lo vea lo informará a mi padre, aunque claro, no mencionará está primera vez.
Axel y yo no hemos parado de mandarnos mensajes, y me da miedo que todo esté yendo rápido, porque lo sé, no vamos a acabar como amigos si seguimos así.
Se aproximaban las vacaciones navideñas y mi papá está un tanto de mal humor, ya que no le gusta esta fecha desde que mi madre murió. Pero lo que más me duele es que me hizo también tenerle cierto desagrado a estas fechas; el accidente pasó cuando yo tenía ocho años, así que desde entonces no celebré ninguna Navidad, ni cena, ni abrazos, ni regalos. Se resume a mi papá en su despacho tomando un par de tragos y a mí en mi habitación viendo televisión.
Salgo de la escuela y miro a los lados, frunzo el ceño al no ver a Rohan en ningún lado. Suspiro y me recuesto de una pared. Hoy había sido el último día.
Saco mi teléfono y lo miro unas cinco veces, pero nada. Kathe ya se ha ido debido a una cita que tiene, y Devon me ha estado ignorando hace unos días, así que estoy sola.
Mi teléfono suene así que bajo la mirada, pero no es Rohan.
*¿Ya estás en tu casa?*
*No. Rohan tiene unos 20 minutos de retraso*
*¿Y estás bien? Puedo pasar por ti si quieres*
Muerdo el interior de mi mejilla y miro a los lados de nuevo. Todos se están yendo y literalmente voy a quedarme sola aquí parada.
*Si. La escuela es Académie une centrale*
*Vale estoy ahí en cinco*
🩰
Y así es. Axel está frente a mí pero subido a una moto, alta y de color negro.
Me mira con una sonrisa grande y se quita el casco para extenderme uno que trae delante suyo.
—Hola
Sonreí. Baja el casco al notar que no me acerco así que doy un paso y beso su mejilla.
—Te queda lindísimo el uniforme.
Tomo el casco con una sonrisa y me lo pongo. Me subo detrás suyo y rodeo su cintura con mis brazos.
—¿Tengo que llevarte a tu casa o podemos hacer una parada antes? —pregunta viéndome sobre su hombro.
—«Podemos»
Sonríe de lado y arranca la moto de una. Pasamos por las calles de París a toda velocidad, haciendo que mis manos se aferren a su torso. Siento mis mejillas calentarse cuando los músculos de su abdomen se palpan bajo mis dedos.
Se detiene frente a una tienda. Me bajo y le extiendo el casco. El lugar tiene paredes de vidrio, y muchas flores dentro. Sonríe.
Siento un tacto frío en la palma de mi mano y me giro, Axel me entrelaza sus dedos con los míos y me hace entrar detrás suyo al lugar
Se oye una campana al dar un paso dentro. Da pequeños saludos a las pocas personas que hay y pasamos el mostrador llevándome hacía atrás. Hay una especie de patio a la luz del día, con grandes macetas cuadradas llenas de flores y un par perritos con una familia de gatitos.
Me suelta y se queda observando como camino hacia el centro del patio, hay margaritas, lavandas y claveles.
Me giro y le sonrío.
—«¿Qué es este lugar?»
Se acerca y junto mis manos detrás de mí espalda. Mira a mi alrededor y toma una margarita para ponerla suavemente sobre mi cabello.
—Este lugar es… —su mirada viaja a mis labios y acaricia mi cabello —Aquí venden flores —ríe y baja la cabeza.
—«Es bonito»
—Si. —me mira de nuevo —Es bonito.
Está como ido, concentrado en mi cara, sus ojos viajan de mis ojos a mis labios, a mis mejillas y de nuevo a mis labios. Alzo un poco la cara y el sol me da en el rostro.
Se acerca poco a poco y su respiración cae en mis labios, pongo mi mano sobre la suya. Cierro los ojos y cuando siento sus labios sobre los míos, un escalofrío en mi pierna, me asusta, haciéndome alejar enseguida.
Ambos bajamos la mirada y vemos a un erizo, está intentando subirse a mi pierna. Suelto una risita nerviosa y noto que aún tomaba la mano de Axel.
—Vine por esto
Se agacha y toma al animal con cuidado, se acurruca entre sus dedos y río.
—Es para una niña —me miró
—«Es muy tierno» —Pero no quitaba el hecho de que interrumpió algo importante
—¡Oh! Aquí está —una señora entra y se nos acerca —Hola —me sonríe —Es algo escurridizo.
—Lo es —dice Axel —¿Ya está listo?
La señora asiente.
—¿Pero cuando quieres llevártelo?
—Si es ahora no tengo problema —sonríe y lo miro como tonta.
—Excelente, traeré una jaulita para él —lo acaricia y se va.
Cuando volvemos a quedarnos solos me mira con una pequeña sonrisa.
—«¿Quién es la niña a la que le llevarás la mascota?»
Con la yema de mis dedos toca su carita.
—Mmm, para mi sobrina. Siempre ha querido uno
Sonrío.
—¡Aquí está!
La señora regresa con la jaula. Lo ponen con cuidado dentro y regresamos al principio de la tienda. Hay mesas así que tomamos asiento.
Mientras estoy aquí quizá Rohan ya habrá ido a buscarme.
Saco mi teléfono mientras Axel habla con la señora, le envio un mensaje a Kathe.
*Kate, necesito tu ayuda*
*Dime qué pasa cariño*
*Rohan no llegó a tiempo a buscarme y si te llama por favor dí que estoy contigo*
*Claro. ¿Pero dónde estás tú?*
*Después te cuento. Gracias amiga*
*Más te vale. Dime si necesitas otra cosa*
Guardo mi teléfono cuando Axel vuelve y se sienta frente a mí.
—¿Te gusta la tarta de manzana? —asiento —Te he pedido una.
Y nos quedamos en silencio. Él le hace mimos al erizo y yo lo veo ansiosa.
Levanta un poco la mirada y me pilla mirándolo, pero no disimulo, solo sonrío sintiendo hormiguitas en mi cara.
Se estaban haciendo costumbre
La señora trae las tartas y comenzamos a comer. Axel habla bastante, mayormente cuenta chistes sin sentido y me río de lo mal que son.
#1254 en Novela contemporánea
#202 en Ciencia ficción
romance, secretos familiares mafias romance, ciencia y empoderamiento
Editado: 20.09.2025