8 de abril de 2050
Hora: 19:35 pm.
⚠️
Owen Harris
Una capa de sudor me cubre la frente, corro tan rápido hasta que la respiración se me dificulta y me empiezan a dar arcadas. Las rodillas me duelen de tanto correr, tengo todo el pelo pegado en mi frente sudorosa.
Acomodo mejor la mochila en mis hombros, recargo mi revólver mientras la vista se me nubla por todos los químicos que andan cayendo. Me agacho a medida que los árboles no logran cubrir mi cuerpo, pego tanto mis botas negras al suelo que ya no siento mis pies. El sonido de las miles de alarmas hace que me detenga, el olor a humo me asfixia lo que me lleva a la conclusión de que hay una fábrica en incendio por aquí cerca. La puedl ver entre los escombros.
Necesito llegar, rápido.
El aire me pesa tanto en lo que me arrastro entre los arbustos, los gruñidos que oigo hace que todo mi cuerpo entre en alerta y el miedo me mantenga al tanto. Me quedo totalmente quieta, y justo entonces localizo un cuerpo andante, verde, con el hueso del cráneo y brazos totalmente visible. La imagen luce traumante ante mis ojos pero logro mantener la calma. He hecho esto en varias ocasiones en el cuarto de entrenamiento, somos los únicos sobrevivientes de este lugar y, aunque queremos rescatar es un gran peligro, podemos infectarnos.
Inspiro profundo, tomando lentamente las balas de mi mochila de camuflaje. La he adquirido hace poco. Cierro un ojo, me acomodo en la posición que me han enseñado, piernas pegadas al suelto, levemente inclinada, espalda recta, brazos firmes y...
Disparo.
Lo primero que veo es como el cuerpo cae al suelo en cámara lenta, las aves vuelan entre los árboles y el ruido de las alarmas anunciando peligro se intensifican. Cubro mejor mi rostro con la bandana y sigilosamente tomo el sendero del bosque, quedando totalmente expuesta a que me ataquen o me disparen.
Desde que llegamos aquí siempre tengo en la cabeza el miedo de que uno de los del ejército me encuentren. Los noticieros que he oído en radio dicen siempre que debemos ocultarnos y, si algún miembro del ejército encuentra a un humano fuera de casa, lo disparan en caso de que pueda estar contagiado. En pocas palabras, ser zombie. Y el bosque luce triste, la neblina gris y con un olor a plástico quemado me dan arcadas. Por suerte gracias a la bandana mis pulmones no están en tanto peligro.
Trago grueso y siento un alivio increíble cuando veo la cabaña a lo lejos. Me quito la mochila y tiro mi arma encima de la mesa, cierro los ojos con fuerza en lo que acomodo mejor mi cabello. Está hecho un desastre.
Me meto al baño, me aseo, hago todo lo que necesito y salgo. Es un gran alivio.
He estado tan tensa desde que volví aquí por provisiones. Todo se está volviendo un caos, y lo menos que pude hacer es venir en busca de las cosas que me habían pedido. Por supuesto, no he venido sola.
Tomo mi wokie-tokie cuando suena.
__Owen, Owen, ¿estás ahí? __la voz de mi tía hace que sienta tanto alivio.
__Estoy bien __le digo con sinceridad __¿Y Yoshua? Creí que el vendría conmigo.
Hay un silencio que se extiende a medida que lo único que oigo es mi respiración.
__Sucedido algo y... tuvo que quedarse. Te lo explicaré en el coche, estoy enfrente de la cabaña.
Asiento aunque no me vea.
__Ahora salgo. Voy por las provisiones.
__Ten mucho cuidado, ellos están aquí.
Trago grueso.
__Está bien.
Corto la señal y voy a por mis cosas.
Me coloco las bermudas, mis botas negras y amarro mi cabello en una cola alta. Cubro mi rostro con la bandana mientras busco con la mirada las pastillas, medicamentos, vendas y todo lo que me había pedido Astrid hace unas horas atrás. No he podido conseguir otro tipo de armas, por lo que es un peligro andar por el bosque y, a pesar de todo, fue lo que yo hice. Me arriesgué bastante pero espero que valga la pena.
Pongo todo en la mochila __incluyendo las chips de carga__ camuflo mi revólver dentro de mí ropa interior y salgo.
Sigilosamente busco con la mirada hasta que localizo el coche. Siempre tomamos medidas, y mi tía Hanna es la mejor en eso. Me pongo en alerta mientras corro hasta llegar, abro la puerta y la cierro.
Me encuentro con sus ojos y es como si pudiera volver a respirar.
__¿Estás bien? __inquiere palpando mis brazos y piernas __¿Te han tocado? ¿No notaste que te hayan puesto algo desde arriba?
Niego, soltando todo el aire que tenía contenido. Ella me pasa el frasco xon alcohol y me lo rocío por todo el cuerpo.
__Prometo que la próxima vez Yoshua o Mid te acompañarán. Era necesario __su expresión se mantiene seria y solo asiento.
__¿Qué era lo que tenían que hacer por eso están tan ocupados?
__Encontraron nuestro escondite __murmura, apretando el manubrio con fuerza mientras pone en marcha el coche __Varios niños murieron de nuevo.
Me tenso.
Esto no puede estar pasando.
__¿A donde están ahora?
__En las afueras __murmura conduciendo por la ruta principal. Observo los edificios grises, sin color, humeando.
Ellos no salen de noche, lo cual es un alivio y nos mantenemos resguardados de cualquier lugar oscuro. Es mejor estar en contacto con el sol, lo he aprendido desde hace dos meses atrás y todavía sigo haciéndolo.
__¿Cuantos... murieron?
Cierra los ojos unos segundos.
__La mitad.
Sorbo por mi nariz y aparto la mirada.
Sé que esto es lo que pasa estando en una situación así. Y he intentado como todos ser fuerte, pero a veces es difícil.
__Mantente alerta, Owen, no debes dejar que tus emociones te dominen ahora. Ellos pueden atacarnos en cualquier momento.
Asiento de nuevo, ya me desahogaré cuando no estemos sometidas a este peligro.
Veo por el vidrio poralizado un camino doble, donde se visualiza la estatua de un santo. Justo ahí siento como se me parte el corazón cuando veo a un hombre con la pierna partida suplicando por ayuda, trago grueso, porque, literalmente, se ve como toda su pierna está mordida. No tardará en convertirse y eso solo me pone más alerta.