Miss Rebel

C A P I T U L O 4

Luego de un viaje de veinte minutos, habíamos arribado a mi hogar.

—Soy Athan, Athan Onisse— y extendió su mano hacia mí.

—¿Onisse?— correspondí su mano.

Me pareció curioso, ya que nunca había oído un apellido así.

—¿De dónde eres?—indague con curiosidad.

—Beazley, he vivido aquí desde que tengo uso de razón.

Comencé a observarlo detenidamente. Algo en él me resultaba extrañamente familiar, pero creí en que tal vez si pertenecía a Beazley, al igual que yo, nos habremos cruzado en varias ocasiones sin darnos cuenta.

—No recuerdo haberte visto, lo cual es extraño porque conozco a todos en Beazley.

—Entonces soy la excepción. Yo tampoco recuerdo haberte visto antes, sin embargo he oído de ti. Eres como la celebridad de Beazley— dijo divertido.

—¿Así? Que curioso porque hace minutos atrás no me conocías. ¿Qué has oído?

—Minutos atrás no sabía tu nombre—se defendió.

¿Qué habrá oído de mí?

<> respondió mi conciencia...

Sí, hablaba con mi conciencia. ¿Qué hay de malo?, aunque admito que no siempre era la mejor consejera, lo cual tiene sentido porque yo era una demente. Así y también le he puesto un nombre, así que si oyen hablar de Meg, ya saben.

—Dicen que no eres nada agradable, que has destruido e incendiado lugares, has dejado encerrado a un guardia de seguridad, armaste caos en tu escuela— dijo con diversión.

—¿Y tú qué piensas?— interrogué orgullosa de lo que había hecho.

—Que definitivamente no has hecho nada de eso— respondió con una sonrisa.

—Definitivamente, no me conoces, si hice todo eso— respondí nuevamente altanera.

—No pareces ser esa clase de persona.

—Es porque, en este preciso momento, estoy pensando en una manera de asesinar a alguien— comente con una sonrisa psicópata—¿Te contaron que también estuve en un manicomio y en la cárcel por asesinato?— indague con tranquilidad.

Juraría que quería bajarse del auto e irse corriendo.

—No, no me han dicho eso— respondió con la voz temblorosa.

—Tranquilo, era broma— dije soltando una carcajada.

—Tu sí que estás loca, casi me matas del susto— soltó una risa divertida.

—Es aquí donde vivo, gracias por traerme—agradecí para luego bajarme del vehículo.

—Cuando quieras— se despidió con una sonrisa.

Arrancó el auto y el chico tan perfecto se retiró.

Entre a la casa y le envié un mensaje a Chloe y Juno en el grupo de mensajería que compartíamos entre las tres, tenía que darle vida a esta casa.

*Mensaje nuevo*

Para: Desquiciadas

Mensaje: "Queridas, consigan todo el alcohol que puedan, haremos una gran fiesta en mi casa, pasen la voz a todos los quieran, si desean pueden invitar a un vagabundo también, yo me haré cargo de las demás cosas, las quiero en una hora en mi casa, las amo\"

Fui a ducharme, me vestí con ropa festiva y empecé a preparar la fiesta. Llame a un DJ que se hará cargo de la música, otro que se haría cargo de las luces, Chloe y Juno se harían cargo del alcohol y de pasar la voz, solo quedaba esperar.

Al rato llegaron Chloe y Juno, junto con ellas un montón de otras personas, algunos que no conocía y los otros eran los que siempre venían a mis fiestas.

La música comenzó a sonar, había alcohol por doquier, las luces de todos colores titilaban sin parar, era todo perfecto, pero aún faltaba algo. Me quité lo que traía puesto y quede en ropa interior, me subí a la mesa y el alcohol empezaba a hacer efecto en mí. Comencé a bailar por todos lados, el alcohol se había apoderado de mi cuerpo. Todos nos divertíamos, hasta que el timbre sonó. Me acerqué hasta la puerta y al abrirla.

—¿Quién eres? ¿El idiota de Elián?— estaba más que borracha, en mi cuerpo había más alcohol que otra cosa.

—¿Rhea? ¿Qué haces así?— pregunto Athan con temor.

—¿Quieres entrar en la fiesta? Está bien buena— dije sin entender mucho de lo que pasaba a mi alrededor.

—No, solo venía por mi cazadora, es que allí tengo mi móvil— y aunque me costaba descifrar su rostro, podría decir que estaba atónito.

—¿Athan? ¿El guapote que hoy me trajo a casa?— interrogué acercando a él.

—Mm si, soy Athan y en este mismo momento, tú te vas a dar una ducha— aviso cargándome en sus hombros.

—¡No me quiero bañar!— me queje.

Se acercó a alguien de la fiesta y pregunto donde quedaba el baño y este lo guio. Me subió hasta el segundo piso en donde se encontraba el baño, me puso debajo de la ducha y el agua fría comenzó a salir.

Dejo caer el agua sobre mí durante un tiempo para que me pueda sacar de encima los litros de alcohol que tenía, no funciono mucho, pero de apoco se iba a empezar a ir el efecto del alcohol.

Me llevo a mi habitación, que supongo habrá descubierto cuál era por las botellas de colección que tenía de alcohol.

Se acercó hacia los cajones y tomo ropa de allí para dejarla al final de la litera.

—Cámbiate de ropa, puedes enfermarte si te quedas así— dijo en referencia a la ropa interior que traía mojada.

—¿Quieres darme una mano con eso?— bromeé.

Athan soltó una sonrisa y se dio la vuelta, quedando de espaldas hacia mí.

Una vez que me cambie de atuendo, me recosté.

Él se estaba yendo, pero no lo deje.

—Athan— llamé.

—¿Qué?— se acercó nuevamente hacia mí.

—No te vayas, quédate conmigo— pedí.

—No puedo, debo irme.

—Por favor— pedí nuevamente en un ruego.

—De acuerdo, pero solo hasta que te duermas— formo una sonrisa.

Asentí mientras sonreía.

Athan se recostó a mi par.

—¿Quién es Elián?— indagó curioso.

—¿Elián?, el idiota de mi hermano, el que me abandono cuando los desgraciados de mis padres se fueron, pero hoy regreso, y yo lo voy a matar por maldito— y aunque eran palabras que claramente diría yo, era el alcohol quien hablaba por mí.




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