POV GALEN
—Ella siempre va al baño antes de ir a clase, generalmente va sola, allí es donde entras tú, esperas a que ella entre al lavabo, tomas un labial tuyo y quiero que en espejo del lavabo escribas.
POV RHEA
Chloe, Juno y yo estábamos en el recreo molestando a unos nerds, nos estábamos divirtiendo hasta que el timbre para entrar a clase sonó.
—Ya sabemos, vas a baño, te vemos en la clase.
Al ingresar al lavabo había notado que mi ropa interior se había manchado. En ese momento oí un sonido, pero no le di importancia e improvisé algo para que no pudiera mancharme hasta que regresara a casa.
Salí del baño y me quede petrificada al ver lo que estaba escrito en el espejo del baño.
"RHEA BELL ES HUÉRFANA"
Nadie sabía sobre mi historia, no podía creer lo que mis ojos veían, alguien sabía sobre mi vida y eso no lo había permitido nunca, pero no se iba a quedar así, iba a encontrar al maldito que había hecho eso y la iba a pasar muy mal y de eso estoy muy segura.
Lo borré con mi mano dejando el espejo todo despintado y me dirigí a la sala de clases.
—Tarde como siempre, Bell— regaño el profesor a cargo.
—Como sea— respondí con furia.
Chloe y Juno me observaron y no tardaron en notar que algo andaba mal.
—¿Qué les pasa a ustedes dos?— interrogué con molestia.
—Oye cálmate. ¿Qué ocurre contigo?, estabas de buen humor antes de ingresar al lavabo— respondió en un susurro.
Ellas no sabían sobre mi historia, son mis mejores amigas, pero no les podía contar, no me iba a poner sentimental e iba a ir contando sobre mi maldita vida.
—Nada. ¿Qué me puede pasar?— evité sus miradas.
Ellas solo callaron y siguieron a la clase, mientras que yo no podía dejar de pensar en que alguien podía saber sobre mí. Solo deseé que la clase terminara rápidamente para poder irme a casa.
La clase finalizó y salí corriendo hasta mi auto y me dirigí a mi casa.
Al llegar, toda la casa estaba limpia, seguro Elián anduvo de metiche y se había encargado de ordenar todo. Mejor, me ahorro trabajo.
Me dirigí hacia el lavabo y me di una ducha para posteriormente bajar al primer piso y sentarme en el sillón a pensar las maneras de matar al maldito que escribió eso en el lavabo.
Luego de un momento la puerta sonó y me dirigí hacia ella para posteriormente abrirla.
—¿Sigues ebria o no?— indagó entre risas.
—Rhea Bell jamás se emborracha— me sumé a sus risas—¿Qué haces aquí, Athan?
—Pasaba por aquí y decidí pasar a saludarte— dijo dejando escapar una sonrisa.
—Que amable— comente divertida— Te doy la bienvenida oficial a mi hogar.
Athan ingreso y nos acomodamos en el sillón.
—¿Te pasa algo?
Seguro noto que tenía una cara terrible que intente cambiar por una sonrisa.
—No, claro que no, pero hay algo que me preocupa con respecto a lo que te conté ayer sobre mi familia.
—No hay problema, soy una tumba, no le diré a nadie— aseguró.
—Realmente te lo agradezco, la verdad es que nunca le había contado a nadie lo que ha ocurrido con mis padres.
—Tu secreto está a salvo conmigo, lo prometo— reafirmo.
—Gracias Athan.
—Tienes una casa muy extravagante— comento observando a los alrededores.
—Es de mi tío Jan, vivo junto con él.
Había pasado un tiempo hasta que Elián decidió llegar e interrumpir.
—Hola, soy Athan— saludo amablemente.
—¿Qué eres de Rhea?
Me acerqué a él con la mayor tranquilidad posible.
—¿Y tú quien te crees que eres para preguntar eso?...Realmente estoy haciendo un gran esfuerzo para tolerar tu presencia y soportar el hecho de que ahora vivirás en esta casa, así que si quieres mantener la tranquilidad, no te metas en lo que no debes.
—Rhea— se limitó a decir.
Elián desvió la mirada con molestia y se retiró de la sala.
—¿Por qué le has dicho eso?
—Es el famoso Elián.
—Oh, entiendo— Athan se levantó del sillón y se dirigió hacia la entrada principal— Debo irme.
—Espero no haberte hecho sentir incómodo.
—Despreocúpate, solo pasaba un rato— hizo una breve pausa para continuar— Me gustaría que salgamos algún día.
Sonreí en respuesta.
—Dame tu móvil— pedí estirando mi mano.
—¿Mi móvil?
—¿Cómo me llamarás si no?— levante una ceja con diversión.
Athan saco el móvil de uno de sus bolsillos y lo estiro hacia mí.
Lo tomé y anoté mi número en el.
Nos despedimos y me giré hacia la sala de estar. La casa estaba muy solitaria, así que agarré mis llaves y salí en mi auto para recorrer un poco la ciudad. Al parar en un semáforo, dos chicos se pararon al lado con su auto y comenzaron a acelerar sus motores, no pude evitar reír, y comencé a acelerar el motor de mi auto. Empecé a hacerles caras provocativas para distraerlos, al pasar el semáforo en verde, acelere los más que pude dejándolos atrás.
Idiotas.
Seguí conduciendo. Iba a toda velocidad y con la música a todo lo que daba. Unas cuadras más adelante, me comenzó a perseguir un auto de policía y no me quedo más opción que detenerme.
—Maldita sea, justo ahora me tienen que detener.
El agente se acercó hacia mí.
—Buenos tardes señorita, necesito que me muestre los papeles del auto.
—Claro, aquí los tiene— le mostré mi dedo del medio.
—Me voy a tener que llevar el auto— aviso.
—¡Usted no se llevará nada!
—Señorita, por favor, bájese del vehículo.
Tomo su teléfono y marcó a una grúa.
—Me encuentro en la carretera de Brown al 4200, Capital Federal— decía mientras yo bajaba del vehículo mientras pensaba en que hacer y lo único que se me ocurrió era sacarle el teléfono al agente.
—Hola, señor, mira el agente aquí está bromeando, no se tiene que llevar nada, todo está bien— avisaba mientras hacía una persecución con el agente, él iba corriendo tras de mí para recuperar su móvil— Si, no se preocupe por nada, gracias se me cuida— le dije para después cortar la llamada— Ahora sí, tome.