Miss Rebel

C A P I TU L O 23

Galen terminó de cantar.

—Rhea, ¿te pasa algo?— indagó al observar mi rostro.

—No, es solo que me recordaste mucho a una persona.

Todo era muy similar a Athan, pero no, es Galen, el nerd y Athan era todo lo contrario. Eso no podía ser posible.

Deje de lado esos pensamientos absurdos o al menos yo creía que eran absurdos.

—Bien, creo que ya deberíamos bajar.

—Si, claro— lo detuve antes de que saliera—Espera, ¿puedo preguntarte algo?

—Seguro.

—¿Tú conoces a un tal Athan Onisse?

—¿Athan Onisse?— repitió.

—Si, ¿lo conoces?

—No creo haber oído su nombre. ¿Por qué?

—No, por nada, olvídalo. Es una tontería mía, nada más.

—Bien, regresemos.

Bajamos y las estudiantes todavía estaban en el descanso.

—Debo hacer unas cosas y al rato vuelvo.

—Bien, te veo luego.

Galen se fue y yo me quede en el patio observando como pasaban el tiempo.Cerca de mí estaban Lux y sus amigas, al verme sola no dudaron en molestarme.

—Oh, mira esta pobre alma solitaria que trajo la Academia— comentó divertida.

—No quiero problemas— avisé.

—Me conmueves, sin embargo ayer cuando estabas con mi novio no decías lo mismo.

—Creo que aún no te has enterado de ya no están juntos, ¿qué acaso no has oído que no quiere estar con una loca como tú?

—Que yo sepa fuimos a parar las dos al mismo lugar.

—¿Crees que puedes compararte conmigo?— solté una risa.

—Ahh ya recordé porque estás aquí, por matar a tus padres, ¿verdad?, y como nadie quería tolerar a alguien como tú, terminaste aquí.

Me acerqué hacia ella y quedamos cara a cara.

—No te metas con ellos— advertí.

—¿Por qué?, ¿no quieres reconocer que tú fuiste la culpable de su muerte? ¡Por tu culpa murieron!

Tomé aire y traté de controlar la ira lo más posible.

—Te repito una vez más que no te metas con ellos.

—¿O si no qué? ¿Iras corriendo con tu abuelito y te quejarás?— su rostro se ensombreció— Te lo advierto Bell, no te conviene meterte conmigo, no lo hagas mientras te lo pido amablemente.

¿Qué no me meta con ella mientras lo pide amablemente?... Tu lugar en mi lista negra está más que asegurado.

—No hace falta, puedo defenderme sola.

Cuando estaba por acercarme a Lux y arrancarles cada uno de sus cabellos, una de las niñas se metió a defenderme.

—¿Por qué no te vas a buscar problemas a otro lado? Ve a molestar a Jasón, si es que te hace caso porque siempre dices "Jasón es mi novio"— trató de imitar la voz de Lux—Pero que nosotras sepamos, te ha dejado hace tiempo, así que ve a buscar lío a otro lado, ¿quieres?

Dicho esto, Lux y sus amigas se retiraron, fulminándonos con la mirada.

—Gracias, pero podía haberle arrancado toda esa horrible cabellera, te aseguro que le hubiera hecho un favor— agradecí a Marivith.

—Claro que sí, pero eso mismo quería evitar, que tuvieras problemas en tu primer día. Ella siempre es así con todas las nuevas.

—Me vale, además creo que ser la nieta del dueño de la Academia es una gran ventaja, ¿no crees?

—¿Eres nieta del Señor Bell?

—Pues si, hasta donde yo sé, es mi abuelo y no sé si lo has notado, pero llevamos el mismo apellido— bromeé.

—En mi defensa, había notado lo del apellido, pero no pensé en su parentesco, de todos modos, Lux no será un problema para ti— sonrió— Compartiremos habitación a partir de ahora, así que ya eres una de nosotras.

—¿Son como una especie de mafia o qué? Digo, en la sala de clases en serio creí que habías amenazado a las estudiantes por la manera en la que se comportaron en cuanto hablaste.

—Cerca, soy la presidenta de la clase, por lo que deben obedecer ciertas órdenes que les dé. ¿Qué te parece si vamos con las demás?

—Claro.

Fuimos hasta el banco que estaba cerca de la fuente y allí había como cinco niñas más.

—Jason ya nos ha presentado, pero por si has olvidado sus nombres, ella es Melin— señaló a la pelinegra— y ella es Agus— señaló a la de cabello castaño— Ellas tres, son Clara, Abi y Jade, ellas son de la habitación de al lado.

—Gusto en conocerlas— respondí— ¿También tienen problemas con la tal Lux?

—No es tan mala como parece— respondió Jade, una pelinegra con ojos en color marrones claros y una dulce voz.

Jade lucia como la típica niña buena que no se metía con nadie, no entiendo cómo fue a parar aquí, un internado bajo el nombre de Academia.

—Si los tenemos es porque no tiene nada mejor que hacer, entonces siempre está buscando una manera de molestar a los demás— comentó Abi, una rubia con ojos en color topacio.

—Siempre ha sido odiosa, todo porque Jasón la dejó, entonces se desquita con nosotras, pero solo basta con ignorarla— acotó Clara.

—Siempre se hace ver, pero no pasa de palabras, por cierto, todas comentaron la buena golpiza que le diste ayer— se oyó a Melin.

—Sí, estuvo increíble, nunca nadie se había atrevido a meterse con ella— Agus soltó una risita.

—Yo creo que la violencia no conduce a ningún lado.

—Ay, Jade detente, ya irritas— reprendió Abi.

—Lo siento— se disculpó cabizbaja.

—Pues hizo mal en meterse conmigo, no voy a dejarla pasar tan fácilmente.

—Al fin llego alguien que la ponga en su lugar— comentó Melin divertida.

—Eso tenlo por seguro.

Estábamos hablando y riendo con las estudiantes hasta que Galen pasó por uno de los pasillos y Jade quedó observándolo hipnotizada. Lo estaba mirando mucho, así que me puse enfrente de ella para evitar que lo siga mirando.

—¿Qué mirabas con tanta atención?

—No, nada importante— posó su mirada sobre mí— ¿Puedo preguntarte algo?

—Claro.

—Galen está a cargo tuyo, ¿verdad?

—Si, ¿por qué?— mi rostro se tornó molesto.

—¿Sabes si tiene pareja o algo así?




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