Otra mañana había llegado y junto con ella una Marivith adormilada y despeinada.
Ella frotó sus ojos y me observó en un estado completamente a ella.
—¿Cómo haces para despertarte tan rápido?— preguntó en una queja.
Alcé mis hombros.
—La costumbre de haber ido a la preparatoria en la mañana.
Ella tomó las frazadas y volvió a cubrirse.
—¿Puedes decirles que estoy enferma?
—¿Quieres que vaya a la clase de cocina luego de la clase de natación?— sonreí inocentemente.
Ella se destapó.
—No gracias, de pronto me siento muy despierta y con más ganas de cocinar que nunca.
A duras penas se levantó de la litera y se dispuso a prepararse para las clases, yo hice lo mismo.
Marivith entró al lavabo para ducharse y espere a que Melin y Agus hicieran lo mismo para luego asearme yo.
Agus salió del baño y luego yo me metí en él para asearme.
—Rhea, ya es hora— avisó Marivith.
—Te alcanzo en unos segundos, ve primera.
—De acuerdo.
Terminé de asearme y al abrir la puerta Jason estaba allí.
—¡Me asustaste!— me llevé una mano al pecho dramáticamente.
Él rodó los ojos.
—¿Por qué no aún estás en el comedor?— preguntó molesto.
—Y porque estoy acá— dije obvia.
—Tienes que dejar de burlarte de mí— se quejó.
—¿Y qué culpa tengo yo de que hagas preguntas estúpidas?— levanté mis hombros.
—Como sea, ve a desayunar antes de que te regañen.
Abrí mis ojos como platos.
—¿Estás preocupado por mí en estos momentos?
—Si existieran las máquinas de hablar estupideces, tú serías una— respondió.
— Y tú serías otra, imbécil.
Él levantó una ceja.
—Estoy tratando realmente duro para no llamarte de esa forma, pero no me ayudas— me queje.
—Ya vete.
Se dio la vuelta al lado contrario al que debía ir yo y solté un suspiro, a pesar de que era divertido irritar a Jason, sobre todo por al contrario de Galen, el sí se enoja, ¡bien, lo admito! ¡Extraño a Galen!
Para mi suerte, el tiempo que debía pasar junto con Jason había finalizado y Galen estaba de regreso en la Academia.
Jason se encontraba frente a mi habitación.
—Qué alivio que ya no tendré que ver tu rostro nunca más— agradecí con mis dos manos juntas.
—Es un beneficio mutuo.
—Como estoy feliz de no ver tu rostro frente a mi habitación fastidiándome, te perdonaré por haberte portado como un imbécil.
—¿Qué tendré yo que decir al respecto entonces?
—Que has tenido el mejor tiempo de tu vida— respondí con obviedad.
Él soltó una risa.
—De todos modos no te librarás de mí tan fácilmente.
A lo lejos venía Galen hacia nosotros.
—Por quien llorabas ya está aquí— se burló Jason.
—No seas idiota.
Galen saludó con un gesto al llegar.
—No sabes lo que te ha extrañado Rhea— comentó Jason.
Galen se quedó en silencio.
—Deja de decir estupideces.
—¿Has oído acerca del caos que cierta persona provoco en tu ausencia?
—Me han informado al respecto— noté que intentaba reprimir una risa.
—¿Estás reprimiendo una risa?— indagó Jason.
Galen negó con la cabeza.
—Es solo que habrá sido difícil este tiempo.
—¿Difícil para él? ¡Difícil fue para mí que lo tuve frente a mi puerta las veinticuatro horas del día!, ni tu era tan irritante— me quejé.
—De todos modos regresaré a mis actividades cotidianas gracias a todos los santos existentes— Jason lucia realmente emocionado— Realmente te deseo la mayor de las suertes.
—Solo por si acaso, si Jason llega a desaparecer por arte de magia un día de estos, que conste que no fue mi culpa.
Jason saludó con un gesto y se retiró dando saltos de alegría.
—¿Tan malo fue?— indagó Galen divertido.
—Pudo haber sido peor, pero me contuve. ¿Por qué has faltado estos días?
—Nada grave, debía atender unos asuntos personales.
Asentí ante su respuesta.
—En unos momentos comenzará el almuerzo y luego tendremos nuevamente las clases de música— avisó con emoción.
—Estaré allí.
Galen se retiró y yo me preparé para dirigirme hacia el gran comedor.