Fui hacia la habitación de Rhea, imagine que podría estar allí.
—Rhea, ¿estás aquí?
—No, no estoy aquí.
No pude evitar reír.
—¿No crees que debamos hablar?
—No.
—Por favor.
Me acerqué hacia ella y me senté a su lado.
—¿Qué quieres?
—¿Por qué nos observaste con molestia cuando Jade me besó?
—Ya te lo he dicho, tengo un mal día.
—¡Rhea!, dime la verdad.
—Bien, ¿qué quieres saber?
—¿Por qué estás molesta y porque te molestaste aún más luego de que Jade me besara?
—¿Alguien no puede simplemente tener un mal día?
—¿Tú? ¿Justamente tú?. Se supone que los demás tienen un mal día debido a ti, tú no los tienes— bromee.
—Siento decepcionarte, pero aunque no lo parezca, también soy una persona y tengo malos días.
—Sin embargo, aquello te irritó aún más.
—Basto con solo mirar a Jade y darme cuenta de que es increíblemente irritante y tú me irritas desde que tengo memoria, ver juntas a las personas que más me irritan, no es necesariamente lo más agradable del mundo.
—Cuando dije que confiaría en ti, creí que tú harías lo mismo conmigo.
—Si, pero me equivoque, no debí decirte nada, debí seguir siendo igual que antes y nunca haberme enamorado de ti.
Quedamos los dos sorprendidos. Me acabó de confesar que está enamorada de mí.
¿Rhea? ¿La misma de la preparatoria?
Intento irse, pero no la deje.
—¡No te vayas, Rhea!
—No debí decir eso, olvídalo, lo siento— intentó irse una vez más.
—¡No!, espera. Quiero saber cómo paso, por favor, hablemos.
—No lo sé. Soy una estúpida.
—Claro que no, ¿por qué lo dices?
—Porque lo soy. Todos los hombres son iguales y yo me enamoré de ti. No puedo creer que te lo haya dicho, soy una idiota.
—Deja de decir eso.
—Es que es así. Nunca en mi vida me había enamorado y lo hice de la persona menos esperada— respondió mientras caminaba de acá para allá.
Después de todo fue ella quien olvidó a Athan rápidamente.
—¿Es por como soy?
—Galen no seas tonto, acabo de confesarte que estoy enamorada de ti y ¿me preguntas eso?
—Si, lo siento.
—Solo quiero que olvides todo esto. Que hagas de cuenta que nunca te dije esto y que sigamos siendo como antes. Tú estás con Jade y yo soy una tonta. De todas las personas que hay en el mundo, justamente ¿tenías que ser tú? No tiene sentido.
—Estoy tan sorprendido como tú y es por eso que no puedo olvidarlo.
—Pues hazlo, porque eso es lo que voy a hacer yo.
No se me ocurrió otra cosa para callarla. Me acerqué y la silencié con un beso.
—¿Por qué lo hiciste?
—Es que no parabas de hablar, lo siento.
Ambos nos observamos mutuamente y Rhea salió de la habitación.
POV RHEA.
Bien hecho, Rhea, acabas de consagrarte como la idiota del año, tuviste que mentir para que Galen te dejara en paz.
Fui a buscar a Marivith.
Llegue al patio y estaba con la fastidiosa de Jade y el resto.
—Mar, ¿puedo hablar contigo?
—Sí, dime.
—Galen me besó— comenté en un susurro.
—¿Galen te beso?— repitió en voz alta con emoción.
Y como era de esperarse, Jade lo oyó.
—¿Galen te besó?— indagó con la mirada inclinada y su tono apagado.
—Pero qué chismosa eres. Pues si, me besó él a mí, no tuve que ir corriendo a dárselo y fue muy lindo.
—¡Eso no es cierto!
—Pues ve y pregúntaselo tú.
Los ojos de Jade se cristalizaron y salió corriendo de allí.
—Mar, qué disimulada eres.
—Lo siento.
—Como sea, no importa, tienes que ayudarme. Le dije a Galen que estaba enamorada de él para que me dejara en paz y ahora no sé que más hacer.
—¿Segura que eso no es verdad?
—Jamás me enamoraría de él.
—Jade dijo que cuando viste que ellos se besaron, tú los observaste con molestia.
—Fue puro drama, aparte estaba así por otra cosa, pero tengo que ganarme su confianza y yo lo siento, pero Jade estorba demasiado.
—¿Qué piensas hacer?
—No lo sé, pero te necesito de mi lado.
—De acuerdo.
Llegaba la hora de la cena y tenía algo preparado para mi querida Lux, ya se me hizo costumbre molestarla.
Fuimos al comedor y ya estaba todo listo para cenar.
Galen no paraba de mirarme y Jade no paraba de mirar a Galen, yo solo rodeé los ojos. Era patético. Estaba todo muy aburrido, así que decidí "animarlo".
Tomé mi plato que contenía la cena y fui hasta la mesa de Lux.
—¿Harás que te tropiezas y me tiraras la cena encima?— indagó Lux molesta.
—No, claro que no, no hace falta.
Volteé toda la cena en ella.
—¿Ves?, no hizo falta— dije burlona.
Ella tomó su cena y trato de lanzármelo a mí, pero cayó en Marivith. Marivith quiso hacer lo mismo, pero se lo lanzó a otra estudiante. En segundos, una guerra de comida se había producido. Traté de escaparme, pero cuando intente irme, el abuelo, quien tenía pedazos de comida por doquier, me detuvo.
—¡A mi oficina, ahora!
—Esa maldita empezó.
—¡Las dos irán a mi oficina, ahora!
—Como digas.
Fuimos nuevamente a su oficina.
—¿Qué haré con ustedes?, son un dolor de cabeza— se quejó.
—Pero yo sé que igual me quieres.
—Nadie te quiere a ti— comentó Lux.
—Cállate estúpida. Nadie quiere escucharte.
—¡Silencio las dos!. A partir de ahora harán tareas comunitarias— avisó.
El abuelo llamó por teléfono a Jasón y Galen quienes llegaron al rato.
—Permiso señor Bell— Jasón ingresó y detrás ingresó Galen.
—Quiero que mañana, lleven a Lux y a Rhea, al asilo de ancianos para que empiecen a hacer lo que les había dicho. Quiero que se encarguen de que cumplan con los que les dije.
—Si, señor— respondió Galen.
—¿A qué hora hay que estar allí?— indagó Jasón.