Miss Rebel

C A P I T U L O 39

Llegamos a la Academia y me fui a buscar a mi abuelo, ese maldito va a escucharme.

POV GALEN

—Por favor Theo, tienes que hacer eso por mí— rogué.

—¡No lo haré! Galen, hemos hablado al respecto, te tomaste un tiempo debido a ello y dijiste que ibas a detenerte. ¿Por qué insistes en hacerlo?

—Por favor— rogué nuevamente.

—¡No, Galen!

—Bien, le diré a Jay (empleada de la Academia), que eres un menso y no te haga caso.

—Pues dile, eso no será peor que verte nuevamente decaído.

—Perfecto... ¡Tania, Tania!— comencé a llamar.

—Bien, ya cállate, ¿qué debo hacer?— se quejó.

—Solo tienes que mandarle un mensaje a Rhea.

—Hago mi mayor esfuerzo por entenderte, pero en serio no puedo hacerlo. ¿Qué debo decirle?

—Yo mañana iré con ella al asilo de ancianos y te dejaré mi celular que usaba para comunicarme con Rhea como Athan. Debes enviárselo a media mañana. Dile que me perdone, que no es lo que parece, que solo me perdone y que recuerde los momentos que pasamos juntos, algo como eso.

—Qué cursi eres.

— Lo sé, pero debo hacerlo.

—¿Por qué Galen? ¿Por qué debes hacerlo? No tiene sentido.

—Juro que hay una buena razón detrás de ello.

—Que claramente no quieres contarme y por lo tanto no te preguntaré, pero sabes que no estoy de acuerdo con esto.

—Lo se Theo y realmente estoy agradecido de tenerte como amigo y que te preocupes, pero prometo que estaré bien.

—Eso espero.

Decidí quedarme esa noche en la Academia a dormir porque al día siguiente me levantaría temprano.

A la mañana siguiente fuimos al asilo. Por el momento todo estaba bien.

La media mañana había llegado.

Luego, Rhea se acercó llorando. Quería irse, pero no la podía dejar ir. Pero de todos modos se fue y la tuve que seguir. La tomé del brazo y me golpeo muy fuerte en la nariz.

—¿Eres idiota o qué?—interrogó sin paciencia.

—No pensé que fueras a golpearme.

Hablamos un momento y se fue. La corrí otra vez mientras que yo esperaba impaciente el mensaje de Theo. Sabía que siempre llevaba su teléfono a pesar de saber que no podía hacerlo.

Su teléfono sonó y me hice el desentendido.

—¿Qué es ese sonido?

—Mi celular idiota.

—No puedes tener un celular, está en las reglas.

— A las reglas me las paso por el trasero y ten más cuidado porque en unos años seré tu jefa— forme una sonrisa interna.

—Lo tendré en cuanta cuando lo seas, pero ahora tú estás a mi cargo, así que me vale— respondí con molestia.

—Cállate idiota y déjame leer el mensaje.

Ojalá sea Theo.

Luego de unos minutos, pregunte quien era.

—¿Con quién hablas tanto?

—Que te importa metiche.

—Déjame ver.

—Vas a ver, pero tu ojo morado.

—Bueno, mejor no quiero ver.

Fuimos caminando hacia el internado y me contó sobre sus abuelos. Debía evitar que se meta en problemas, no sé por qué, pero presentía que no terminaría bien.

—Espera Rhea, no puedes estar todo el tiempo queriéndote descargar con todo el mundo, hazlo pero de otra manera.

—Es la única manera que conozco y así lo haré y te pido que por favor no te metas.

—¡Pero Rhea!

—No me hagas obligarte.

Llegamos al internado y comenzó a buscar a su abuelo como loca.


POV RHEA

Llegamos a la Academia y comencé a buscar a mi abuelo. Cuando mire al segundo piso, allí estaba, hablando con Theo. Subí por las escaleras y lo enfrenté.

—¿Así querías que me enterara de que mi otro abuelo está encerrado en ese maldito asilo y está vivo? — mis ojos se cristalizaron—¿Cómo puedes hacer una cosa así?

—Rhea, tranquilízate y hablemos con calma— pidió.

—¿Qué me tranquilice?, todos estos años pase creyendo que estaba muerto, pero no es así, tú lo sabías, siempre lo supiste y le diste la espalda en vez de ayudarlo.

A medida que hablamos yo me acercaba a él y él daba pasos hacia atrás.

—Creí que era lo mejor para ustedes.

—¡No!, son todos unos malditos, especialmente tú, ¿qué más vas a esconderme? ¿Qué? ¿Qué el accidente de mis padres no fue real y los tienes encerrados? ¿Dónde están malditos?— gritaba por toda la Academia.

—Debes tranquilizarte, Rhea.

—¡No me tranquilizaré!

El abuelo perdió el equilibrio en las escaleras y cayó al primer piso. Theo, Galen y yo, corrimos hacia él.

—¡Abuelo! ¡Abuelo, háblame, despierta, lo siento!— lo tomé entre mis brazos y un pequeño charco de sangre comenzó a formarse a su alrededor— ¡Lo siento, abuelo, ya no quiero perder a más nadie!— decía entre lágrimas.

—Llamaré a una ambulancia, Galen quédate con Theo— pidió Theo.

Sentí que Galen se acomodó a mi altura y comenzó a palmarme suavemente la espalda en gesto de consuelo.

—Tranquila Rhea, todo estará bien, lo prometo.

—Es mi culpa Galen— me culpé— ¡Tú sabías que algo así pasaría, pero no quise oírte!

—No Rhea, ya no digas nada, tranquila.

La ambulancia llegó y salimos en el auto tras ella. Theo iba con él en la ambulancia.

Llegamos al hospital y tuvieron que ponerlo en observación de emergencia, todavía no reaccionaba y le comenzaron a hacer varios estudios.

—Doctor, ¿cómo está?, por favor háblame, necesito saberlo— indagué con desespero.

—Es muy complicado y tiene un golpe muy fuerte en la cabeza. Por el momento debemos esperar a que despierte por sí mismo.

—Pero, ¿por qué no reacciona?

—Tuvo una fuerte caída, pero hay que darle tiempo para que se recupere.

Asentí.

—Está bien, yo me quedaré esperando.

—Yo los mantendré al tanto de cualquier cambio.

—Si, gracias.

El doctor se retiró y Galen se acercó hacia mí.

—Rhea, lo siento, pero debemos saber qué haremos con la Academia, no hay nadie allí, el vicedirector ha salido de viaje y alguien debe hacerse cargo.

—Lo olvidé por completo. Ve tú y encárgate de él junto con Jasón, yo me quedaré aquí.

—No, yo me quedaré contigo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.