Misterios del corazón humano

1. Ayer me enamoré

 

 

Han pasado  ya dos años desde aquel encuentro, y no puedo negarlo, hasta el día de hoy no puedo olvidarlo.

Aquella sensación indescriptible, recordarlo me produce alegría; o simplemente ¿amor?.  Hay distintos momentos en la vida que  se marcan como recuerdos; imágenes retenidas que estuvo en nuestro pasado, pero permanecerá en nuestro presente. Así es él, un presente que no puedo olvidar.Y qué significa ya el presente si vivo en el pasado. Viví apresada...  No quiero salir de ese bello pasado; donde estabas tan cerca mío, y podía regocigarme en la calidez de tus palabras, gestos y acciones.

Me pongo a pensar en ¿cuánto vale el tiempo?, Pues bien sabemos que es un valor absoluto, es decir, una magnitud que transcurre de igual manera para todos.

Sin embargo, la respuesta que yo le doy a esta incógnita es:  que el tiempo es meramente subjetivo, cada Ser puede obtener su propia medición de tiempo, la medición a los acontecimientos o el flujo que mide la duración o separación que es experimentado por un individuo.

Sí, un tiempo psicológico o subjetivo, como quieran  llamarlo, es lo que yo viví aquel día.El tiempo, relativo a la psicología del ser humano.

 En ese momento donde toda la clase se reunía, dejé de prestarle atención a las charlas del profesor, para enfocarme a los ecos  de los pasos que sé lograba escuchar desde el fondo del pasillo, el ambiente empezó a cambiar,  pude sentir el tiempo dándose la pausa que siempre pedía al universo. Lo vi asomarse a la puerta, se dirigía a tomar asiento, pero no junto a mí. 

¿Cómo es él?, déjenme describirles... Es un chico de estatura alta, un poco más de los 1.70m, delgado,con el cabello  osuro y  ligeramente despeinado; tenía los ojos oscuros (ideal para perderse en ellos), portaba unos lentes negros, vestía una polera gris y una camisa a cuadros. Su presencia traía consigo  placidez y una fragancia que sabía a eternidad.

Aquél momento tan sublime que conmemora a nuestro encuentro, aquel encuentro que se dió de manera muy inesperada. 

La medición de tiempo quedaba estático, cuando llegaba a ver aquellos ojos. Me robaron la vida, el sueño, el alma y mi amor. Entendí que ahí fue donde mis días comenzaron y ahí terminaron; fue el primer suspiro de vida. Extasiada quedé, por tan bello encuentro...Fue "como los primeros rayos de luz, dando claridad a nuestro crepúsculo matutino". 

 

 

 

 

 

 




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