Mi querido desconocido, hoy cuando llegué a verte sentí como todo el ambiente llegó a concentrarse solamente en ti. Al escuchar tu presentación frente a la clase, solo podía verte a ti y a nadie más. Quizá suene algo tonto, pero jamás había sentido esas emociones de "recién enamorada", o no sé cómo realmente llamarlo, pero sabes que te gusta inmensamente una persona y no puedes ocultarlo. Intentaré no sonrojarme mientras te lo cuento.
Al momento de ver tus ojos quedé realmente extasiada; al momento de ver tus ojos que me llenaron de emociones. Aquel momento me lo revelaron aquella tranquilidad que emanaba tu alma, la paz que brinda tu sonrisa, al ver tu rostro podía sentir la familiaridad que contrastaba mi Ser.
Esta carta la escribí para ti Andrés, espero algún día puedas leerlo, y quedarte con este pedazo de papel que me he acobardado en dártelo. Con mucho cariño Katrina, 03 de marzo del 2020.
¿Quién era él? Es lo que siempre me cuestionaba...
Mi último suspiro de amor, siempre será dedicado para él, un muchacho que es todo un desconocido, "un desconocido que quiero conocer".
Mientras esperaba la clase de las 14:00PM él se aproximaba, lo tenía casi en frente... Era mi oportunidad.
—Hola Andrés, ¿cómo estás? — Mientras me moría de los nervios.
— Hola, ¿Katrina verdad? —Lo dice dudando.
—sí, mucho gusto.— Respondo intentando no lucir nerviosa.
—Igualmente Katrina. —Me encantaba escuchar su voz, verdaderamente mágico.
(Momento de silencio, incómodo).
—¿Hace cuánto te uniste a la universidad?— Lanza una pregunta, la cuál me dejó sorprendida. No me lo esperaba siendo sinceros.
— Pues, este es mi primer año. ¿Y el tuyo?
—Creo que yo soy mucho mayor que tú.— Echa una pequeña carcajada. —Bueno ya debo entrar a clase, fue un gusto Katrina. ¡Cuídate!
Un momento efímero de amor...
Y vuelvo a nuestra realidad. Así es como llego a perderme en su mirada, solo llegó a visualizar el como sería hablarle y sus posibles respuestas. Estoy aquí, observado sus inquietudes y sus acciones.
Siempre me acobardaré en hablarle, solo lo tengo aquí en la imaginación de mi alma que llega suspirar entre su existencia.
Qué fortuna la mía por haberme inscrito a esa materia, solamente así tuve el gozo de poder conocerte Andrés.
Mi corazón se siente vulnerable cuando él sonríe, porque su rostro para mí es realmente perfecto, una creación que denota todo lo excelso del universo.