Semblanza del Autor: Hola a todos, mi nombre es Xavier Ortega y soy colombiano. No soy mucho de dar mi información pero me parece necesario, en mi perfil tengo varias obras de distintos géneros que posiblemente les guste.
En esta ocasión les traigo una leyenda urbana muy terrorífica que posiblemente muchos la conozcan, en este escrito no quiero decir que sea real ni mucho menos que la historia sea basada en hechos, pero si vale la pena leerla.
Sin más preámbulos los dejo con mi escrito y las puertas abiertas de mi perfil.
•|La Dimensión del Ascensor|•
—Aléjate, estoy harto de ti — grita entre dientes el joven con cara de pánico acorralado contra una pared de su habitación —Siempre es lo mismo, te acercas a mi para arruinar mis noches provocándome un terror insufrible — se lamenta mientras baja el cuchillo con el que trata de defenderse
La recámara está oscura solo iluminada por la luz que se filtra por las ranuras de la puerta y la ventana, un clima neutral el cual provoca estrés en el joven acompañado de un silencio aterrador. El joven no para de mirar a la extraña figura que yace frente a él parpadeando sus ojos carmesí.
—No debo temer — susurro para él mientras trataba de controlar el pánico del momento —En cualquier momento te irás, así es siempre — se repite una y otra vez mientras adopta una posición fetal y se mecía adelante y atrás cerrando los ojos tan fuertes que le duele.
—Cariño otra vez amaneces en el suelo ¿Para que tienes la cama entonces? — lo regaño su madre despertando al chico de su profundo sueño
—Mi cama no es segura madre — susurro el joven
—Cuántas veces debo decirte que no hables para ti —le habla fuerte —Anda rápido que hoy tienes que hacer las vueltas para la universidad
El joven asiente y sale de la habitación con una toalla rumbo al baño — Si tan solo me escucharás — dice con tristeza sin ser escuchado
Estar en la ducha lo tranquiliza mucho, un lugar cerrado, iluminado y privado, No hay algo que lo hiciera sentir más seguro. Sale con el cuerpo mojado envuelto con la toalla en la cintura con las sandalias de andar en casa devuelta a su cuarto o como él lo llama "la zona del horror" de reojo ve aquel rincón que siempre está oscuro (tal vez debería cambiar la bombilla) y trata de no acercarse tanto a él, no tarda mucho en alistarse y salir de casa, llevaba los papeles necesarios y el desayuno en un porta de plástico, todo en su mochila roja marca Totto, saca la bicicleta del garaje para ahorrarse entrar al metro pedaleando lo más fuerte posible a la oficina de admisiones de la universidad Extation, odiaba sentirse solo, pero estar hablando a todo momento con alguien le parecía irritante, tal vez solo quería que alguien lo ayudará a enfrentar sus temores más no esté pegado a él todo el tiempo —Si tan solo no hubiera jugado a ese estúpido juego — piensa el joven mientras atraviesa las calles recordando aquel jueves a las cinco de la tarde tres meses antes.
—Entonces esta es la secuencia — pregunta nervioso el chico observando aquel ascensor del edificio árabe
—Si, tranquilo que todo esto solo es una leyenda urbana, ya verás que no pasará nada — le afirma su amigo Cristóbal
—Dame eso rápido, espero que esté sea su último reto para entrar a este grupo, aunque la verdad me estoy arrepintiendo — advierte el joven ya cansado de tantos retos y mandados por parte de los líderes del grupo.
Sam no aguantaba la soledad después de salir de la preparatoria y trabajar medio tiempo solo lo ayudaba la mitad que necesitaba por lo que se alió con Cristóbal, un miembro del grupo de investigación paranormal de la universidad Extation, anteriormente lo habían mandado a realizar distintos retos los cuales iban en aumento a medida que los supera y este sería el último, verificar por su cuenta si la leyenda del ascensor era falsa o de lo contrario viajar a lo desconocido totalmente solo.
—Ya es hora — le advierte Cristóbal
—Vamos Sam, tú puedes — lo anima Lina la cual es miembro novata
—Está bien — acepta el joven tras un largo suspiro, aprieta la hoja con la secuencia entrando solo al ascensor.
—Este es el primer piso, debo ir al cuarto — susurro el joven apretando el botón del cuarto piso.
Llega a la planta, sus nervios se alteran un poco, es primera vez que hace algo sobrenatural.
—Ya estoy aquí, seguiré adelante — se alienta el joven apretando los botones del ascensor según la secuencia: 4, 2, 6, 2, 10, 5, 1.
—Solo estoy a tres pasos de terminar esta locura — susurró el joven apretando el botón del quinto piso estando en la décima planta, le parece una eternidad el descender, tal vez porque ya lleva 7 minutos dentro de esa recámara angosta de cuatro paredes metálicas, le parece un milagro que nadie llamara al ascensor en ese tiempo, bueno, eso le favorece, no tendría que hacerlo desde cero.
Al llegar al quinto piso las puertas se abren —Algo aquí debería ocurrir — piensa el joven mientras las puertas pitan para cerrar, justo antes una mujer de cabellera larga y piel opaca entra al ascensor —Maldición, esto no puede ser real — Piensa el joven mientras trata de romper su estado de petrificación.
Con gran esfuerzo presiona el botón al primer piso, la mujer sonríe de forma enferma y Sam hace lo imposible para ignorarla lo más posible —Tranquilo, ya esto está casi completo — se habla distrayendo su mente del terror absoluto, la inercia del ascensor lo confunde ¿porque si presiono el botón del primer piso estaba subiendo al décimo? La mujer se acerca a él suspirando en su nuca con su extraña respiración anormal, la campana del mecanismo suena advirtiendo que ya llegó a su destino.
—Ahora queda lo más difícil —dice mientras da el primer paso fuera del ascensor
—¿Adonde vas? —pregunta la mujer con voz encantadora