Mix giro su cabeza con curiosidad, al igual que cuando era una gata y comenzó a caminar en dirección a la puerta, pero su amo la detuvo a mitad de camino e intento disuadirla de que se quedara en la habitación mientras el atendía, a lo que ella respondió burlonamente
- Tontito, ya te dije que tu no me vas a dar más ordenes - acariciándole la cabeza cual si fuera un niño.
- Pero es un asunto del trabajo, estoy seguro que no te va a interesar – intento disuadirla Aiden.
- ¿Sobre ese trabajo que tanto te atormenta?, claro que me interesa, además sino puedes resolver tus problemas, yo como buena, hermosa y servicial mascota que soy, te daré una pata o más bien mano con tus problemas. Tienes suerte de que hoy este de buen humor. – dijo Mix con una peculiar sonrisa que parecía guardar ciertas malas intenciones tras ella.
- Bien, supongo que está bien, pero solo toma lo que te tiene que dar y no hables mucho con ella – opina el con inseguridad, ante la extraña servicialidad de su antigua mascota.
Aiden dio un último vistazo inquieto a la escena, para consiguiente ir a su habitación a cambiarse. Entretanto Mix abrió la puerta, del otro lado de esta se encontraba una mujer de unos treinta y tantos, muy bonita, con el cabello teñido de blanco, unos zapatos negros relucientes, un pantalón de vestir gris junto con un suéter blanco. Mix tras haberla observado de pies a cabeza, le pregunto con arrogancia
- ¿Y tú quién eres?
- Soy Diana Colinns trabajo con Aiden. Solo pasaba a dejarle unos papeles que necesitara para terminar su trabajo – agrego Diana con un tono suave y gentil.
- ¿Diana…Diana…? ¡Oh! Tu eres su jefa – dijo Mix con falsa inocencia.
- Bueno, algo así, en realidad solo soy jefa del tercer piso de las oficinas, no de la empresa, Aiden y yo somos casi iguales en cuanto….
- ¡Cierra el hocico y escucha! a él no le interesa ningún tipo de trabajo extra que quieras darle – interrumpió bruscamente.
- Pero él dijo…
- ¿No te dije que cerraras el hocico viejo bruja? – la callo Mix.
- Vieja, pero si tengo 34 años – aclaro Diana sonrojada.
- Comparada conmigo dejas mucho que desear- dijo Mix luego de soltar unas risas y consiguiente cerrarle la puerta en la cara.
- ¡Pues dile a Aiden que puede hacer lo que quiera desde ahora con su trabajo! – grito enfurecida Diana desde detrás de la puerta
- Claro que lo ara, es más, su primera decisión es renunciar a ese trabajo de oficinista mediocre, para no tener que ver tu anciana y arrugada cara ni un solo y mísero día mas, durante el resto de su infeliz vida – dijo entre risas.
Del otro lado de la puerta se podía escuchar uno que otro gruñido de Diana, que se alejaba furiosa por el pasillo.
- ¡Eh! Por favor, vuelve – grito Mix, abriendo la puerta nuevamente, con una falsa mueca de arrepentimiento en su rostro.
Diana, se lo pensó dos veces y cuando estaba a punto de bajar las escaleras para irse, respiro hondo y recogiendo los papeles que había tirado en el suelo y eran para Aiden, se acercó nuevamente al departamento
- ¿Te vas a disculpar? – dijo Diana, mirando hacia un costado.
Mix tomo los papeles que Diana tenía en la mano, luego le hizo una señal con su dedo índice para que se acercara y le susurró al oído
- Solo los animales tienen derecho a gruñir preciosa, acaso ¿tú no serás una perrita? ¿o no?
El rostro de Diana se tiño de bordo, mientras una expresión de odio se gestaba en él, y unos ojos llorosos miraban con desdén a Mix, quien nuevamente le había cerrado la puerta en la cara. Diana dio un grito que resonó por todo el pasillo y tras patear la puerta del departamento de Aiden dijo
- ¿Sabes qué? No me importa, púdranse, púdranse los dos.
Con papeles en mano y entre carcajadas disimuladas Mix volvió a la habitación de su amo, quien se encontraba tirado sobre la cama, con una expresión divagante y una mirada perdida entre pensamientos.
- Sabes, me pareció una humana bastante agradable, siempre la describiste como un monstruo come almas, pero no sé, creo que me cayó bastante bien – dijo con sinceridad Mix.
- ¡¿Cómo puedes decir eso después de todo lo que le dijiste?! – le reprocho Aiden.
Mix rio y tras abalanzarse sobre Aiden le dijo al oído
- Yo le dije lo que tu pensabas, eso que me repetías incansablemente cada vez que volvías del trabajo ¿acaso esa no era la verdad?
- Creo que soy un idiota, un exagerado y mal agradecido idiota – confeso Aiden.
- No sé a qué viene eso, pero mira el lado bueno, ya no tendrás que pensar en tus compañeros o en Diana.
- ¿Lado bueno? sin trabajo ya no voy a poder comprar comida y mucho menos pagar el departamento. Esto es un desastre – se lamentó el.
- Eres un quejumbroso inteligente, seguro que encuentras la forma de resolver el problema – dijo ella, arrojando el montón de papeles que tenía en la mano sobre la cama de su amo.
Mix se dirigió hacia la cocina, donde imitando lo que hacía Aiden todas las mañanas, logro prepararse un tazón con leche y cereal, al no encontrar los extraños utensilios plateados con los que su amo solía mesclar el desayuno, tomo su dedo índice y comenzó a agitarlo en círculos dentro del tazón, finalmente tomo el recipiente con ambas manos y lo vacío por completo dentro de su boca. Aiden tras observar la extraña escena, se sentó en la silla frente a Mix y dijo en voz baja mientras encendía el Tv
- Cuerpo de humana, comportamiento de troglodita. Perfecto.
- ¿Disculpa, dijiste algo? – dijo ella sirviéndose más leche.
- No, no, claro que no – negó el con una sonrisa en su rostro.