Moda de amor

CAPÍTULO 19

"El amor que sentimos por otra persona es tan extraño que hacemos cosas estúpidas y sin sentido, pero al menos hay alguien en quien podemos apoyarnos"

Anne Bennett.

Al día siguiente, el ambiente era insoportable.

Quiero decir, se lo iba a confesar, pensé en decírselo tarde o temprano, pero que se haya enterado de esa forma, resultó muy vergonzoso. No porque me dé vergüenza mi hijo, sino por la confianza que me depositó Evans.

Él no es que sea un santo, tampoco.

Eso es cierto.

¿Sabes que tú eres la culpable? ¿Por tus mismas estupideces?

Conciencia.

¡No! Tu escucha Anne, tus mentiras piadosas te comieron viva y es hora de que asumas las consecuencias de tus actos.

¿Sabes que estamos del mismo lado?

Soy el lado que piensa, tú solo actúa, que yo guiare.

Ahora hablo conmigo misma.

Genial. Simplemente genial.

En la mañana, baje hasta la cocina para buscar algo para beber. Mi garganta me mataba después de tener pesadillas relacionadas con Evans. Él me decía una y mil veces que me quitaría a Reese por mentirle y yo le rogaba que no lo hiciera.

Hasta en los sueños Evans era frío. Qué hombre.

O mejor dicho mi hombre.

Mejor.

O era tu hombre.

Shhh.

Abrí la nevera, sacando un vaso de leche y bebiéndola hasta el fondo. Al cerrar la nevera pegué un brinco al ver a Evans sentado sobre la mesa con un vaso de café y un periódico en frente.

—¿Desde cuándo estás ahí? —pregunté, poniendo una mano sobre mi corazón para calmarlo.

Evans no respondió.

¿A esto iba a jugar? ¿En serio? ¿Es un niño?

Llame nuevamente, —Evans. —parecía sumergido en su lectura, de un arrebato le quité el periódico. Evans bebió un sorbo de su café, para finalmente mirarme totalmente inexpresivo.

—¿Qué? —zanjó, disgustado.

—Aún estás enojado —comenté.

—¿Qué piensas? —su mirada estaba cargada.

—¿Podemos hablar? —pedí. Sin embargo, parece indiferente a mi petición.

—Estamos hablando, Anne.

—Evans — musité.

—Debo irme a trabajar —finalizo levantándose.

—No hemos terminado esta discusión, Evans —apreté los dientes —. Siempre huyes ante el más mínimo inconveniente.

Se giró hacia mí dando una mirada perspicaz.

—Quizás si fueras sincera con tu vida, no tendría que hacerlo —dijo y desapareció por la puerta sin mirar atrás.

Golpe bajo, Evans.

Después de llevar a los niños a la escuela con la constante queja de Rachel de que su peinado no había quedado bien, la mañana parecía anunciar una tragedia inminente. No tenía cabeza para otra cosa más que en Evans y en como iba a solucionar este problema. Evans no parecía querer dar su brazo a torcer. En los meses que lo conozco es la persona más terca que he conocido.

Llegue a la oficina. Es un lunes ajetreado. Los lunes pasan cosas buenas. Me gustan los lunes, a mucha gente le disgusta, para mí es un recordatorio de que llega siempre el primer día donde se debe ser responsable.

Olivia y Max se encuentran en un rincón murmurando, quién sabe sobre qué, al verme se separan para concentrarse en sus labores. Se puede decir que soy la jefa de ellos, y luego de ponerles un alto la semana pasada, decidieron que hacerme enojar no les convendría. Especialmente hoy.

Hoy era el día de reunirse con la empresa colaboradora. Mc entertainment y otra empresa, colaborarían en un proyecto de moda con el famoso diseñador; Lawrence.

Luego de que Evans nos llamara a todos a la sala de juntas, esperamos a las personas encargadas. Al llegar, están otros ejecutivos, entre ellos Max yOlivia. Evans no está visible por ningún lado.

Esperamos más de media hora, hasta que finalmente la puerta se abrió revelando a Evans y....

No.

No puede ser posible esto.

Quizás hay algún error.

¿Es una broma?

Tres personas aparte de Evans entraron por la puerta. No pude moverme mientras los miraba. Evans me miró sin ninguna expresión.

Mierda.

Él lo sabía y no se le ocurrió avisarme.

¿Por eso me pidió que estuviera en este proyecto?

Estoy muy enojada con él. No me habla por mentirle, pero él omite detalles valiosos.

¿Es esa su venganza?

Hybe es la otra empresa. Es la empresa de la señora Monroe, la antigua en la que trabajaba y en la que me acusaron de plagio, solo porque una tonta me robo todo el trabajo que había hecho durante años.



#1247 en Novela romántica
#460 en Chick lit

En el texto hay: destino, niños, romance

Editado: 22.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.