Mon Belle Elliot

CAPÍTULO 1

Brujas, zombies, espíritus… Todo tipo de monstruos salen cada 31 de octubre, en Halloween. Pero no son monstruos reales, son personas disfrazadas sobre personajes que supuestamente dan miedo.

 

En Derry es una de las fiestas más típicas. Las casas se decoran, se hacen fiestas, familias enteras tocan tu puerta para pedir truco o trato…

 

Como todos los años mis mejores amigas, Evelyn, Lilith, Maddison y yo íbamos a salir por las calles disfrazadas. Esta vez, habíamos decidido ir de personajes Disney pero no de unos cualquiera sino de los personajes que estaban en la cárcel. Yo iba de Rapunzel, ya que es una de mis princesas favoritas y también porque se parece a mí. Las dos teníamos el pelo largo liso tirando a ondulado, rubio y los ojos azules.

 

Me puse un poco más de sangre para el maquillaje y salí de mi casa para dirigirme a Brooke Park, un parque que estaba muy cerca de mi casa.

 

Estaba ya casi a la mitad del camino cuando alguien me envió un mensaje.
 

Era del grupo de Snapchat que tenía con mis amigas llamado "Teletubbies", porque todas mis amigas menos yo eran bajas.

 

Teletubbies

 

Eve

Chicas yo ya estoy por allí.

 

Yo estaba a punto de llegar así que decidí responderle que estaba al lado del parque.

 

Dos minutos después ya empezaba a ver a Evelyn donde habíamos quedado. 

 

Fui corriendo hacia ella y le di un largo abrazo. Ella iba vestida de Bella de “La Bella y la Bestia”. Me fije detenidamente en cómo iba vestida, con su vestido amarillo, su pelo marrón rizado y en el largo rabillo que llevaba, como siempre, no podía ir a la calle sin que no lo tuviera maquillado.

 

—Pero qué guapa vas Florence. —comentó ella.

 

—Ay, muchas gracias. Tú también vas guapísima. —respondí. Evelyn me sonrió por lo que le había dicho.

 

—¿Quieres ir a por un café de mientras? —preguntó. 

 

Cómo me podía preguntar eso, sabía que estaba dispuesta siempre a tomar café, sin importar el momento o la temperatura de ese día. Claramente le dije que sí.

 

Pedimos un café con leche y una coca cola para tomar mientras  esperábamos a Lilith y Maddison, que no debían de tardar mucho más, y no me equivoqué. 

 

Alrededor de cinco minutos después ya estaban allí.

 

Lilith iba vestida de Anna de “Frozen”, peinada con unas trenzas con mechas rubias más claras, con sus uñas pintadas de verde, a conjunto con su falda.

 

Maddison estaba vestida de Campanilla. Llevaba su pelo rubio y largo recorrido en un moño alto, un vestido verde pegado a su cuerpo y unos tacones que les hacía más alta ya que era muy baja.
 

—¿Estáis listas para pedir truco o trato? —preguntó Lilith que era la más infantil del grupo. Le encantaba recoger chuches.

 

Las demás nos miramos entre sí.

 

—Vamos a ir a la casa abandonada que está al lado de la casa de Florence. —informó Evelyn —Pero te prometo que después iremos a por chuches. —añadió. Nunca había roto un juramento, pero esa tarde por ciertos motivos no pudo cumplirlo.

 

Después de haber estado un buen rato en la cafetería nos dirigimos a investigar aquel sitio abandonado.

 

La casa no estaba muy bien conservada, pero podrías entrar allí sin que te pasara algo malo.

 

Había miles de leyendas sobre ese lugar. Decían que no lograrías salir de allí, que escucharías pasos, verías personas y que después de entrar caería una gran maldición en ti. Nosotras la verdad es que no creíamos en nada de eso.  Solo eran historias inventadas por adultos para que los niños tuvieran miedo de ese lugar.

 

Sin ninguna duda las cuatro entramos a la casa.
 

Los colores de las paredes ya se habían aclarado y había polvo y telarañas por todas partes. Los muebles estaban deteriorados pero el suelo y el techo estaban en perfecto estado aunque ya no tuvieran tanto color como debían de tener en su época.

 

Decidimos ir todas juntas, para que no nos pasará nada.

 

El primer lugar al que fuimos fue el salón. Tenía dos mesas de madera grandes y tres sillones que estaban muy estropeados y un sofá que se encontraba en perfecta condiciones junto con una pequeña tele y una estantería que estaba llena de DVD 's de películas.

 

Entre ellas estaba Saturday Night, ET y Beetlejuice pero con ellas estaban más películas que hoy en día las personas seguían viendo.

 

Por los DVD's que tenían allí se podría decir que no abandonaron la casa hace mucho, como mínimo se fueron en los 90' s.

 

—Mirad esto —dijo de repente Maddison señalando un cuadro antiguo.

 

El resto del grupo nos acercamos a donde estaba ella.

 

En el cuadro se encontraba una foto de una familia grande. Había alrededor de 20 personas. La gran mayoría eran personas adultas y el resto eran niños. 

                                 

—¿Qué será de ellos? —preguntó Maddie.

 

—Nunca lo sabremos —respondió Evelyn con un tono tenebroso. 

 

—Los fantasmas no existen. Espera —hizo una pausa Lilith —¿Pueden existir? —añadió.

 

—Nunca dejaron de existir. Siempre han estado entre nosotros —contestó Evelyn para asustarla.

 

Yo no quería seguir escuchando sus tonterías -los fantasmas no existían y punto. Entonces, decidí ir hacía a la planta de arriba por unas escaleras que estaban justo al lado del salón.

 

Poco a poco iba subiendo cada peldaño. Al pisar la madera de la escalera se escuchaba un suave crujido que solo yo podía escuchar. Andaba con mucho cuidado porque no sabía si se encontraban las escaleras en tan buen estado como parecía.




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