En verdad estoy confundida sobre todo lo que acaba de pasar, yo lo bese, no recuerdo la última vez que bese a alguien, ha sí, porque nunca había besado a nadie y ni siquiera sé dónde hubiera terminado todo si él no se hubiese detenido, él es atractivo, pero hay algo, no sé porque pero me desagrada algo en él, no me siento cómoda y no es porque desconfié de el en algo, puede que seamos demasiado diferentes, por Dios si ni siquiera sabía su nombre.
Pienso en todo tipo de cosas, pero a la vez recuerdo que estoy en el baño de hombres del genious gim, me ducho y cambio lo más rápido que puedo, pero Jackson tenía razón, no hay nadie aquí, así que termino de arreglarme y una vez lista me veo al espejo y me sorprende lo diferente que soy ahora, alta, cabello largo y más claro, piel fina, tengo más curvas y estoy ruborizada y mis ojos están diferentes, llego a la conclusión de que es por el agua caliente, pero en realidad sé que no es así y no quiero salir y toparme con él.
Cuando salgo del baño me sorprende no verlo por ahí, ni en el área de gimnasio así que por un momento creo que ya se fue, pero cuando empiezo a bajar las gradas él está ahí, discutiendo algo por teléfono y no puedo evitar notar que está demasiado arreglado, lleva un saco negro, camisa blanca, jeans azules, zapatos negros y un rolex que se hace notar muy bien en su muñeca izquierda, además que está perfectamente peinado, como si fuera a una clase de subasta o que se yo. ¿Qué persona trae ese tipo de ropa fina para cambiarse en el gimnasio?, lo único que me falta es que sea uno de esos tipos adinerados que creen que están en la cima del mundo y son unos asquerosos mujeriegos.
Sigo con mi debate interno hasta que él se gira y me ve, finaliza la llamada y me mira con más atención, tanta que siento que bajar las escaleras es algo demasiado peligroso y complicado, pero vuelve sus ojos a los míos y cuando termino de bajar la escalera se para frente a mí, por lo que yo dejo de respirar, por no sé cuánto tiempo y él se acerca a mí, quita el cabello que llevo suelto haciéndolo a un lado y besa mi mejilla, toma mi mano y me dice.
- Vamos te invito a desayunar.
- Mmm, no puedo, yo debo estar en el hospital a las 8 am, tengo rondas. – el mira su carísimo reloj y sonríe,
- Genial, aún tenemos media hora para desayunar y yo te llevo al trabajo.
- La verdad, es que no suelo comer mucho y prefiero caminar. – me parece que sueno muy mal porque sus ojos se ven diferentes ahora como si estuviera desilusionado, que tonta soy como si el pudiera ser más guapo y amable.
- Bien, supongo que... - no puedo evitar sentirme mal así que me decido y lo corto antes de que termine la frase.
- Pero, un café, estaría bien para mí. – digo. Él ni siquiera responde, pero me sonríe y me deja pasar primero, abre la puerta para mí y hala la silla para que tome asiento y me agrada, creo que es muy patético pero es lo más caballeroso que alguien ha sido conmigo nunca.
- Así que cuéntame algo sobre ti.
- No, primero tú. – digo, porque no sé qué se supone que debería contarle de mi vida, en realidad es muy normal ahora y de mi pasado no tengo nada que contar así que...
- Bueno, soy ingeniero, trabajo en el Jadden ingenious, soy de aquí mismo, vengo a este gimnasio de lunes a viernes o siempre que puedo, vivo a 25 minutos de aquí. Es todo, no tengo demasiado que decir sobre mí. – dice Jackson como si hubiese repetido ese guion toda su vida.
- Pues a mí me parece interesante, además trabajas para el Jaddeni, mi mejor amiga dice que es el mejor lugar de ingeniería de aquí, nunca creí que fueras ingeniero, supongo que no soy muy observadora.
- Tu turno. – dice el, como apresurado por saber de mí.
- Yo no es que tenga mucho que contar tampoco. Soy de Oregon, no tengo familia que me quede y la verdad es que es tema sensible así que no preguntes, me mude aquí a principios de este año, vivo con mi mejor amiga, no suelo venir a este gimnasio, de echo es mi primer día, soy doctora y estoy estudiando medicina interna en el Yorks Hospital, me encanta el café, leer y extraño los espacios abiertos.
- Vaya! Ya tienes mi atención, - dice y me sonríe de manera tierna, - ¿Qué es eso de extrañar los espacios abiertos?
- Pues no me gusta mucho el vivir rodeada de edificios que apenas te dejan ver el cielo, estaba acostumbrada a ver las estrellas, aire fresco y sitios para hacer fogatas. – el solo asiente y no toca el tema más.
- Así que acabas de mudarte aquí, supongo que como yo te atropelle el otro día, te debo un tour por la ciudad, ¿qué dices?
- Pero si siempre dices que soy yo la que te atropelle. Tramposo.
- Pues acabo de recordar que fui yo, - dice – crecí aquí así que sería un gran guía y no tienes que pagarme ni nada o tal vez sí. – sonríe de manera arrogante y yo pienso que en verdad me gustan sus sonrisas con dientes perfectos.