Capítulo 14.
Una Gran Oportunidad… ¿Tal vez?
A pesar de que Karly consideraba que llevaba muy buena relación con todos los miembros del equipo de animadoras, incluso con los de último año, lo cierto es que nunca había cruzado palabra con su capitana fuera de la práctica, y muy rara vez ésta se dirigía a ella directamente. Por supuesto, Lily Dragora sabía que ella existía; después de todo, la había calificado y juzgado durante su audición al equipo, y más recientemente le había asignado directamente el salto final de la rutina luego de lucirse en su demostración. Pero no era como que se sentaran juntas a platicar durante el almuerzo, en el autobús escolar, o en cualquier momento antes o después de una práctica o presentación, como Lily sí lo hacía con su círculo cercano. Y Karly no aspiraba a que eso fuera a cambiar pronto, pues pese a todo seguía siendo una novata recién ingresada al equipo. Y para alguien tan importante como Lily, no tenía por qué ser mucho más que eso hasta que le demostrara lo contrario, como esperaba lograr tras la competencia del sábado.
Es por eso que el que la hubiera hecho llamar en ese momento, para hablarle justo a ella, era casi un sueño difícil de creer para Karly. ¿Qué querría? ¿Felicitarla por su salto? ¿Darle algún consejo o indicación adicional antes de la competencia, quizás? ¿Conocerla mejor, volverla su protegida, y en poco tiempo ser su mejor amiga en el mundo…?
La última opción era la menos probable, pero no imposible…
Mientras se aproximaba a la mesa en donde las animadoras mayores estaban sentadas (alrededor de cinco de ellas), no tardó en divisar a Lily, sentada en el centro de todas ellas, hablando de forma animada, mientras todas la miraban y escuchaban atentamente. A pesar de haberla visto tantas veces antes, Karly aún se sentía impresionada, e incluso algo intimidada, por lo hermosa que era. Era una chica de dieciocho años, alta y atlética de cuerpo escultural, con largo cabello anaranjado que brillaba con el sol, a juego con su piel tostada, firme y perfecta. Pero el rasgo más distintivo eran sin duda sus afilados ojos azules que te paralizaban con tan sólo mirarte un segundo, y parecían poder ver en lo más profundo de tu cabeza.
Era por mucho la chica más hermosa cercana a su edad que Karly hubiera conocido en persona; la merecida reina de la escuela, y su modelo a seguir. Bueno, ella y claro, otra persona de cierta forma mucho más cercana a ella, pero a la que paradójicamente nunca había conocido, y nunca conocería; pero ese es tema para un poco más adelante.
Su presencia a menos de un metro de la mesa no pasó desapercibida por mucho, y de un momento a otro Lily cortó lo que estaba diciendo y se giró en su dirección, clavando su penetrante mirada en ella. Karly contuvo la respiración, nerviosa, pero se relajó en cuanto su capitana dibujó una amplia y amistosa sonrisa en sus gruesos y brillantes labios rosados.
—Karly Bethan —escuchó como Lily pronunciaba en alto, sintiendo su nombre como una delicada caricia con seda en la mejilla—. ¿Cómo estás, linda?
—Hola, Lily —pronunció Karly rápidamente con desbordante emoción, y se aproximó con paso veloz hasta pararse justo frente a su mesa—. Estoy muy bien, Lily. ¿Tú cómo estás, Lily?
La capitana rio divertida, y sus acompañantes la secundaron.
—Estoy bien, pero no repitas tanto mi nombre.
—Lo siento, Lily —respondió Karly rápidamente, pero se reprendió a sí misma en su cabeza al instante—. Digo… lo siento.
—Ven, acércate y siéntate con nosotras —le indicó Lily con gentileza, extendiendo una mano en dirección a la única silla vacía.
Karly no necesitó que se lo pidieran dos veces, y rápidamente se aproximó y se sentó en la silla. Estar ahí sentada junto con Lily, Daphne, y las demás miembros del círculo cercano, era algo que Karly había soñado desde el primer día en que las había visto caminar juntas por el pasillo de la escuela, luciendo sus relucientes uniformes, sonrisas, brillantes cabellos y hermosos rostros. Aquello era tan irreal, que temía despertarse en cualquier momento. La sonrisa en su cara era tan amplia que le dolía, pero no podía dejar de hacerla.
—Has hecho un extraordinario trabajo, Karly —mencionó Lily, inclinándose un poco hacia ella para mirarla aún más de cerca con sus seductores ojos azules—. Eres por mucho la más habilidosa y… entusiasta de las novatas.
—Gracias —contestó Karly con algo de exaltación—. Me esfuerzo por ser cada día más entusiasta. Mi meta es algún día ser capitana del equipo y reina de la escuela, así como tú.
—Aspiras alto, ¿eh? Bueno, esfuérzate y quizás lo logres.
—Gracias, Lily.
Karly tuvo el impulso de gritar de la emoción tras escuchar a Lily Dragora en persona decirle eso, pero se contuvo. Sabía muy bien que perder la compostura ante personas como ella no era propio de alguien popular, mucho menos de la líder del MTJGRP. El primer paso para que estas personas la aceptaran como una de ellas, era actuar como si ya lo fuera.
Lily volvió a sentarse derecha en su asiento, se acomodó con una mano un mechón fuera de su lugar, volviendo de nuevo su peinado a un estado de casi perfección, y entonces habló de nuevo.