Todo comenzó un jueves a eso de las 9:00am cuando estaba en la oficina de uno de los accionistas mas importante, guapo y joven, Isaac de la empresa de mi padre Corporacion Mussolini [y casado te falto, ¿no crees? —me reprime la vocecita de mi cabeza, pero la alejo al instante, total a mi no me importa]
—Isaa... —las palabras quedan atascadas en la boca de Louis, alias mi padre, cuando me ve encima del escritorio de Isaac con el entre mis piernas, la cara de mi padre esta roja seguro del enojo, pero no entiendo porque tanto drama, ya estoy un poquito grande como para que me este reprochando cosas, en cambio, la cara de Isaac es de ¿vergüenza? el se aleja rápidamente de mi, ajustando sus pantalones y poniendo todo de su vestimenta en su lugar.
—¡Isabella me puedes explicar que haces en la empresa!, es mas, no digas nada, ya esta mas que claro —la voz de Louis resuena por toda la oficina, —y ¡tu! —señala con el dedo a Isaac —vergüenza te debe dar, ¡estas casado por Dios!
—Ay papa que tanto drama, o es que acaso, no es mas que claro que su mujer no le satisface —me dirijo hacia Louis mientras, señalo a Isaac con mi mano.
—Isabella por amor a Dios, tu madre y yo no te criamos de esa manera, ¿sabes que? Esto ya se salió de control, ya no aguanto más tus estupideces, me esperas en la casa y con la maleta hecha —menciona mi papá mientras me señala la puerta para que salga.
—Pero papá ¿que vas hacer?
—Señor, no es necesario que la eche de su casa —se dirige Isaac hacia Louis mientras pone sus manos en mis hombros.
—¿Sabes que? sin vergüenza, ¡tú no me mandas en lo que yo haga con mi hija o no, ella vive en mi casa, por lo tanto tiene que cumplir mis reglas! y tú en vez de estar pendiente de Isabella deberías de ponerle atención a tu esposa y no le digo nada a ella porque eres muy importante para esta empresa, porque si fueras un empleado, te hubiera echado y saldría corriendo a contarle todo a tu esposa, para que aprendas hacer un hombre —se dirige amenazante hacia Isaac —Isabella, ya hablé —se voltea para verme mientras yo me acerco a la puerta y le lanzó un beso en el aire a Isaac —Señor que hice mal —dice mi papá haciendo señal con las manos elevándolas hacia arriba.
...
Aquí en mi cuarto recogiendo mis cosas, ahora, ¿que le cruza por la cabeza a este hombre? o sea no entendí, yo estaba pasándola bien con Isaac cuando él viene a interrumpir todo, en serio no entiendo tanto drama. Escucho que abren la puerta de mi cuarto y veo la silueta de mi padre ya adentro.
—¿Estas lista? —pregunta con un tono de estar enojado.
—Me falta poco —cuestionó mientras cierro la última maleta, llevo cuatro maletas en total, en ellas llevo todo tipo de ropa, porque no se para donde iré aún —¿a dónde me mandaras? —preguntó con cautela.
—Verás cuando estés ahí —menciona tomando las maletas para arrastrarlas hacia la planta baja de la casa, para llegar a la sala de estar.
—¡Papá, no es justo! —le digo en forma de reproche.
—¡No! Isabella para mí no es justo, como puedes hacer semejante atrocidad en mi empresa, que tanto la familia Mussolini ha construido y levantado con el pasar de los años, no es justo que por tu mal comportamiento todo eso, se puede venir abajo, por tu comportamiento tan infantil, espero que para el lugar que vas te comportes y obedezcas, no pisaras un pie en esta casa hasta que te comportes como una persona de tu edad, como una mujer —y con eso finaliza su sermón para salir de la casa arrastrando las maletas.
Isa por favor aprende a comportarte —empieza mi madre, ahora —hazle caso a tu papá y con las personas que estarás, no se que hiciste, pero tu papa es un amor, algo grave debiste haber hecho para que tome esta decisión tan drástica —y desde ese momento deje de escuchar, es que ¿acaso no entienden? soy joven, debo vivir la vida, no como ellos que son unos amargados —¿Isabella? ¿Estás escuchándome? —menciona mi madre molesta, ahora lo que me faltaba los dos molestos conmigo, ya me veo volviendo a casa el día de la pera. —¿Ah? Si, lo que tú digas mama —digo extrañada porque, ni idea de lo que me está hablando. —Isabella Juliette ¿que dije? —ahora sí, está molesta, cuando saca mi segundo nombre ahí sí es verdad, que se sujete el mundo —Ay ya mami, si te escuche —pronuncio mientras le hago ojitos —¡Juliette al auto! —grita Nathalie, mi madre y de una manera derrotada me dirijo al exterior de la casa.
Me monto en el auto en la parte trasera, mi papá termino de meter las maletas en la cajuela, Nathalie se monta de copiloto y Louis se sienta en el asiento del piloto y comienza andar el automóvil sabrá Dios para donde.
Bueno les cuento un poco sobre la Corporación Mussolini esa empresa que hoy día está al mando de mi padre, dado a que es el mayor de los hijos de mi abuelo Thomas, esta empresa tiene 79 años de vigencia, se podrán imaginar porque mi papá está tan irritado con que me "comporté" según el, porque a quien le sigue el negocio familiar es a mí, porque soy hija única y bueno que más toca, estoy graduada en comercio exterior, aunque no con las mejores notas, debido a que no le ponía mucho interés, porque a mí lo único que me gusta es ir a fiestas, los hombres, alcohol, mucha diversión, etc.