En definitiva, los amigos de Cassandra tenían la habilidad de aparecer en los peores instantes, precisamente cuando ella quería simplemente desaparecer de la faz de la tierra ¿A qué se debía aquel sentimiento? Sencillamente Lysander y su hermana con su altercado, sus extraño comportamiento y como parecían querer ocultar algo.
Y ahora, Charlie se atravesaba en su camino, interceptándola en su escape. Ella recordaba ser bastante grosera en cuanto había dejado la clase de Antoine en su afán de seguir a Lysander y su razonamiento le decía que el joven no se merecía aquel trato mordaz. Así que, compuso su semblante, plantó una sonrisa en sus labios y se giró hacia Charles, quién la había llamado gritando su nombre por los pasillos.
— ¿Qué sucede, Charlie? — preguntó ella como si nada hubiese ocurrido, prefería ignorar el hecho de que Lysander la había dibujado con gran detalle, que su hermana había destrozado uno de los estudios de arte de L'hiver Institut y además, que era la representación de un lunático en todo el sentido de la palabra.
— ¿A qué te refieres? El asocial y raro de Lysander Aldrich te dibujó en medio de la clase de Antoine Jouvet, uno de los maestros más estrictos, además, que tú lo siguieras al terminar la clase como si estuvieras en una misión de vida o muerte... A parte de eso, creo que nada, no sucede nada — terminó Charlie su perorata.
Era la primera vez que lo veía tan exaltado, además le resultó desagradable que utilizara los adjetivos "asocial" y "raro" para referirse a Lysander, haciendo acopio de los rumores que vagaban por los pasillos, sin conocerlo en absoluto.
Un pensamiento llegó a la mente de Cassandra, notó que ella desde el principio también había caído viciada de enterarse siempre de los rumores en L'hiver Institut, después de todo, fue debido a ello que su curiosidad por el joven de parca mirada y semblante sombrío había comenzado. Se molestó consigo misma, ella nunca había sido una persona que se guiara por la apariencias, no obstante, se dejó llevar por ello con solo llegar a ese lugar.
Su sonrisa decayó, sus aparentemente tranquilas facciones se desplomaron.
Y Charlie lo notó de inmediato.
Él le tomó la mano derecha y la apretó entre las suyas, sin siquiera saber qué ocurría o por qué, le hizo saber con aquel simple gesto que tendría su apoyo y eso la reconfortó, momentaneamente, al menos.
Ella escuchó el obturador de una cámara.
— Justo ahí ¡Perfecta, mademoiselle!
Cassie alzó la mirada para encontrar un lente apuntando en su dirección y la persona que manipulaba la cámara era, nada más y nada menos que Ian Lawler. Con una sonrisa despreocupada, el uniforme desarreglado y alegres ojos grises, tras él estaba su amiga Amely, quién le guiñó un ojo, malinterpretando la situación entre ella y Charles.
La joven le soltó la manos inmediatamente, apartando la suya con rapidez y apretándola en un puño a su costado.
— Se dice que tú y Lysander están juntos — comentó Ian sin percatarse en absoluto del estado de animo de Cassie.
— También se dice que Ian es un entrometido, pero eso no es un cotilleo a voces, es verídico —agregó Amely, quién se sonrojo después de que Ian le guiñara un ojo, al parecer orgulloso de saber sobre todo lo que ocurría en L'hiver Institut.
Cassandra intuía que algo pasaba entre ellos dos pero no decía nada al respecto, ya que cada vez que los veía estaba ensimismados en algún pleito absurdo. Amely se empeñaba en llevarle la contraría siempre o simplemente tener la última palabra e Ian parecía seguirle el juego.
— ¿Por qué una foto? — preguntó Charlie.
— Solo diré que la expresión de Cassie era perfecta, la luz también... El instante decisivo como diría Henri Cartier - Bresson, por lo menos, desde mi punto de vista — respondió Ian.
Cassie suspiró con decaimiento.
Tal vez en algún otro momento no le hubiera molestado, pero su día había caído en picada. Se distrajo por un segundo, recordando lo que había sucedido con Selene y Lysander, apartó la mirada de sus amigos y ppr casualidad, sus ojos cayeron en él, caminaba por el pasillo, lucía decaído y tenso, tenía una mano posada en la espalda baja de su hermana y la otra apretada en un puño en su costado, al igual que ella; solo podía ver sus espaldas, pero podía imaginarse su lóbrega expresión mientras guiaba a Selene hacía la salida.