La nave de Gleyshard estaba muy vulnerable, pero aun así deciden subir. Sin embargo, la era moderna no se queda atrás y decide perseguirlos. Aunque Speyder está dañado, otro láser impacta en un ala, lo que hace que la era antigua pierda estabilidad y se vea obligada a hacer maniobras arriesgadas y peligrosas. Prefieren morir en el vacío espacial que caer en manos de la era moderna.
Mientras Gleyshard está en coma, Ranla pilotea la nave, y Big Pig se prepara para un segundo enfrentamiento espacial.
Gleyshard, profundamente herido y en coma, no solo está tirado en el piso: por dentro está luchando con problemas mayores. Se ve a sí mismo, su cuerpo inerte a sus pies, mientras su alma intenta reanimarlo. Es invisible y suplica a su propio cuerpo:
—¿Por qué no te levantas? Ya has causado muchos problemas a tu equipo... a los demás. ¿Y decides abandonar todo? En verdad pensé que podía ayudar a mis aliados... Al fin y al cabo, solo soy más como un estorbo. ¡Vamos! ¡Levántate! ¡No los abandones, por favor, aunque sea por una última vez, ayúdalos!
En ese instante, Gleyshard despierta, lleno de orgullo y dispuesto a luchar hasta el final.
—Esta es mi última guerra —se dice.
Antes de que Big Pig salga al espacio, antes de que probablemente muera y deje todo atrás, Gleyshard le suplica:
—No vayas, por favor. Vas a morir. Quédate. Yo manejaré la nave. Sin ti, estamos perdidos. ¿Quién me dará órdenes para crear máquinas? ¿Quién creerá en mí?
Big Pig le responde con firmeza:
—¿Sabes, Gleyshard? Siempre fuiste leal y luchaste hasta el final. Siempre fuiste nuestro apoyo. Por ti estamos aquí, por ti llegamos tan lejos. Debo salir y matar a PRÁYON. Tú eres la única oportunidad de ganar, no yo. Recuerda, amigo... si muero, tú serás el nuevo líder.
Big Pig sale de la nave y se despide de Gleyshard.
Ranla, que había escuchado la conversación mientras pilotaba, le dice a Gleyshard:
—Tú maneja la nave. Yo iré con Big Pig. Le prometí que nunca lo dejaría, aunque muera, aunque los dos caigamos. Recuerda... siempre te he admirado. Cada vez que construías una máquina o un artefacto, yo te observaba... Adiós, amigo.
Gleyshard, con lágrimas en los ojos y sumamente herido, pilota la nave con una sola mano —la otra está gravemente herida—. Con todas sus fuerzas, esquiva los peligros del espacio mientras se repite:
—Tal vez mañana muera, pero definitivamente... ¡HOY NO!
La batalla es épica. Big Pig y PRÁYON pelean ferozmente hasta la muerte, mientras Ranla se infiltra en la nave enemiga. King Paple, que controlaba la nave, es atacado y está a punto de ser arrojado al vacío del espacio. Mientras cae, exclama:
—¡Son los peores seres de la galaxia! ¡Solo queríamos la paz! Perdón, PRÁYON... perdón, Speyder...
Gleyshard y Ranla comienzan a pilotar ambas naves, intentando hacer caer a PRÁYON, que se agarra desesperadamente a una nave, a punto de caer.
En ese momento, Speyder sale de su cuarto. Había sido dado por muerto tras la batalla anterior, pero con sus últimas fuerzas, ataca a Ranla y la deja inconsciente. Sabe que si no toma el control, su era estará condenada.
Gleyshard activa el modo hiper magnético, que une las dos naves entre sí. Cae al suelo inconsciente, susurrando:
—Te fallé, Big Pig... te fallé, Ranla... solo quiero descansar en paz...
Mientras tanto, Speyder activa el modo de súper velocidad. Aunque los monstruos siguen peleando y muriendo, a él ya no le importa quién caiga. Solo quiere escapar y hacer algo antes de morir.
Big Pig llama a Ranla, que aún se encuentra inconsciente en la nave. Pero ella escucha una voz… la voz de Big Pig. Al oírla, recupera la consciencia. No le importa nada más: solo quiere salvarlo. Ignora a Speyder, sale a ayudar y jala a Big Pig de regreso a la nave.
Allí encuentran a Gleyshard tirado en el suelo. Deciden desactivar el modo de magnetización y volar rumbo a la Tierra.