Al llegar a la fiesta somos recibidos por un fuerte barullo y por cientos de chicos con disfraces increíbles. Geniales adornos de telarañas, grandes lámparas de calabazas en el techo, confetis cayendo desde él también. Una gran pista iluminada de colores tenues y también está un Dj en el escenario, animando a todos con un micrófono. La música a todo lo que da a nuestro alrededor, las lucecitas locas brincando en todos lados. De pronto me parece demasiado abrumador. Hay muchas personas llenas de energía y de entusiasmo, y, al pasar cerca de algunas, noto cómo posan su atención total en mí y me miran cómo si fuera lo más impresionante que han visto.
Me siento algo nerviosa por eso pero trato de ignorarlo cuando Brandon nos propone ir a buscar a Sarah. Avanzamos entre la multitud, muchos no dejan de verme. Algunas chicas se me acercan después. Me saca de balance eso, pero me relajo un poco cuando escucho sus cumplidos respecto a mi vestido. También escucho los de algunos chicos a mi alrededor, pero Brandon me saca rápidamente de su alcance, antes de que quieran abordarme también.
Internamente le agradezco por eso.
—Eres la bomba, bebé, pero no voy a dejar que te toque uno de esos animales.— me dice, mientras me lleva de la mano por la pista de baile.
—¡Exacto!, ella es de Noah.—escucho que Lucas se burla y después le doy un golpe en el estómago con mi bolso, eso lo hace mirarme con fastidio después—. ¡Uy, perdón! Sólo decía.
—Después no te quejes cuando te shippiemos con la porrista. — Lindsey le advierte y él la fulmina con la mirada, pero rápidamente vemos también cómo se sonroja. No puedo evitar reír al ver cómo se ha quedado callado. Al parecer esa chica sigue siendo su punto débil.
Después de varios minutos de búsqueda, encontramos a Sarah esperándonos en una mesa con bebidas. Viene vestida de diabla, con un mini vestido rojo, una diadema con cuernos, unas botas altas negras y su cabello hecho roles sobre sus hombros. Sus ojos grises destacan increíblemente por una sombra oscura. Los chicos empiezan a halagarla pero ella sólo les hace una mueca de asco que sólo los hace reír.
—¿Maddie?— dice, acercándose a mí. Me mira de pies a cabeza y me siento ruborizar por la manera en la que después me sonríe—. Te ví cuando entraste, pero no imaginé que fueras tú. ¡Luces hermosa!
—Gracias. Tú también te ves genial.— le digo, tímida, y ella me sonríe de vuelta.
—¡Oh, Lindsey!, ¡mira todo lo que escondías! ¡Estás impresionante, mujer!— se dirige a la linda gatúbela que viene detrás de mí. Escucho cómo le agradece después—. Pero... ¿que no me dijiste que ibas a venir disfrazada de otra cosa?
Sarah frunce el ceño, cruzándose de brazos. Miro a Lindsey en espera de su respuesta. Ella sólo rueda los ojos, parece que no quiere decirnos, pero aún así responde con tono forzado;—Mi mamá dijo que estaba loca con mi idea de los payasos.— dice entre dientes, pero, además de molesta, también sonó graciosamente tierna —. Ella me... me dejó venir a la fiesta, con la condición de usar esto.
Escucho a uno de los chicos bufar después.
—Bendita sea tu madre entonces, bebé. Nos ahorró la humillación pública.
De pronto vemos cómo ella intenta alcanzar a Brandon para golpearlo con su bolso. Los chicos y yo comenzamos a reír, mientras la vemos corretearlo alrededor de la mesa.
Después nos sentamos. Miro la pista para contemplar a los demás chicos con sus disfraces. Hicieron un gran trabajo todos con ello. Se ven increíbles. Empezamos a sacar conversión los cinco, cuando de pronto se nos acerca una chica vestida de Ada sexi, sosteniendo algunos papeles en sus manos.
—Ya saben chicos, tienen que dejar los nombres de sus candidatos antes de las díez de la noche. — nos dice ella, entregándonos a todos unas hojas y una pluma—. No importa si aún no tienen a su favorito, pueden entregarlo después a la chica que está allá.
Nos señala a una chica que se encuentra arriba de un escenario, está junto al Dj. En una mesa tiene dos enormes cajas de cartón; una dice rey y otra que dice reyna. Varios chicos se acercan a ellas para dejar papelitos.
Mis amigos y yo sólo asentimos y la chica después de desearnos suerte a todos, se va.
—¿Enserio aún hacen esto?—les pregunto, incrédula, señalando el papelito.
Brandon sólo me rueda los ojos.
—¡Es una tradición en Halloween, Maddie!, ¡no seas amargada!
—¿Y cómo funciona?
—Sólo se trata de elegir al mejor disfraz de un chico y una chica.
—¿Puede ser cualquiera?
Asienten todos en ese momento.
—Y yo ya sé a quién propondré. —me saca de balance la risa malévola que suelta Sarah cuando me mira y después se pone a escribir en el papelito.
Todos se dan una mirada extraña y después, uno por uno, empiezan a escribir en su papel.
Estoy a punto de preguntar qué se traen entre manos, cuando es Sarah la que me interrumpe, diciendo que quiere ir a bailar. Todos se ponen de pie y me toman para que también lo haga. Con una sonrisa en mi rostro los sigo a la pista, tratando de cuidar mi vestido para que no sea aplastado por la multitud. Ya estando en medio del caos, empezamos a movernos también, con una canción que logro reconocer fácilmente. Es vieja pero es genial. Let it rock, de Lil Wayne y Kevin Rudolf. Es muy intensa, se me dificulta seguir el ritmo por el peso del vestido, pero aun así, trato de hacerlo para no quedarme atrás.
Los chicos no dejan de hacerme reír con sus ridículos pasos. Todos parecen disfrutar a nuestro alrededor, cantando y bailando con descontrol la canción. Incluso Lindsey parece haberse soltado, luce muy feliz así. Rápidamente se me contagia su entusiasmo.
Bailamos varias canciones más, pero en medio de una, alguien me detiene.
—¿Maddie?
Escucho de pronto una voz detrás de mí. Cuando giro para verlo, una sonrisa forman mis labios. Un lindo príncipe azúl está frente a mí, sonriéndome con dulzura.