Monstruo

Capitulo 21





















 

No puedo encontrar la calma para poder mantener al margen todo mi enojo e inquietud. Estoy segura de que no he pasado desapercibida con Lindsey y con Martín. Sin embargo agradezco que lo ignoren e intenten deshacer la tensión que hemos provocado Hunter y yo con nuestro silencio y seriedad.

Lindsey llegó media hora después de que le envié ese mensaje de auxilio,  ya no estaba soportando yo sola a las miradas extrañas de su hermano. Martín al principio intentaba compensar mi incomodidad haciéndonos pláticas sobre temas amenos para distraernos, pero fue difícil seguirle la corriente con Hunter aquí. Apesar de que se ha mantenido en silencio casi todo el rato, hay algo en él que hace que la habitación se sienta pequeña y asfixiante.

— ¡Anda, Maddie! ¡sólo una partida y ya!, ¡no seas amargada!

Me grita Martín desde el sofá y después despega sus ojos de la pantalla enorme que está frente a él para darme una mirada. Puedo ver la suplica inocente en sus ojos.

Reacciono un poco tarde para darme cuenta de que está esperando por mi respuesta, y, torpemente, trato de orientarme para responder; — Oh... No, de verdad, es que yo no sé...—

—¡Vamos! ¡sólo inténtalo! ¡No puedes ser tan mala!

—Te aseguro que sí y perdona, pero no quiero que me veas hacer el ridículo.

— ¡Ahg!, ¡eres una cobarde! ¡yo lo hago por ella! ¡Dame eso! — Lindsey, quien estaba sentada junto a mí en el otro sofá de cuero, se pone de pie de pronto, abandonandome y después toma el mando que estaba sobre la mesa del centro—. Verás a la mejor en esto, así que prepárate porque haré que te hagas en los pantalones con estilo.— dice, con tono arrogante que me hace reír un poco y después se hace espacio al lado de Martín—. No llores si te pongo una paliza ¿okey? Muchos no son capaz de lidiar la derrota y más si es contra una mujer.

— Sí, blah, blah. Quiero verte en acción, McCall. Ya habrá tiempo para alardear.

Una débil sonrisa dibujan mis labios al ver cómo Martín empuja ligeramente a Lindsey del hombro y ella lo imita después, pero no mide su fuerza y lo arroja fuera del sofá. Él logra incorporarse rápidamente antes de caer al suelo sin embargo. Su expresión escandalizada me hace soltar una nueva carcajada, provocando que todo mi cuerpo vibre con la mera acción.

— Aún sigues siendo ruda ¿eh? De igual forma eso no me da miedo.— dice Martín, sobando su hombro con su mano por el golpe que le dio mi amiga y Lindsey sólo se encoge de hombros, con cínica despreocupación—. Bien, entonces a darle, niñita. A ver qué tan fuerte es la paliza que me presumes.

Ambos ríen y después reanudan su vídeojuego de autos de carreras. Trato de concentrarme en la pantalla y de entretenerme con su graciosa e infantil discusión acerca de las supuestas trampas que asegura Martín que hace Lindsey en cada curva para arrebasarlo, pero es imposible fingir o concentrarme, cuando en realidad me siento bastante abrumada y tensa hasta la mierda por estar aquí.

No puedo disimular mi nerviosismo, no sé cómo hacerlo cuando lo tengo tan cerca de mí. Ahora en lo único que soy capaz de concentrarme... es en el hecho de que está sentado a unos pocos centímetros de mi escuálido y tembloroso cuerpo, mirándome de esa inquietante manera que usa siempre conmigo...

¿Qué demonios le sucede ahora?

No luce molesto, ni siquiera inmutado por mí o por cualquier otra cosa. Su rostro se mantiene inmóvil, carente de expresiones y de naturalidad. Da miedo. No es cómo siempre y eso está afectandome también. Es cómo si ya tuviese un plan, es cómo si estuviese meditandome y estudiandome con detenimiento para atacar.

Está sentado en el sofá que se encuentra al lado del mío. Sí, para el colmo, y creo que lo hizo a propósito para torturarme. Sólo a unos pocos centímetros lejos de mí y ruego en mis adentros para que no se atreva a acercarse más. No sé qué será de mí si se atreve a hacer un nuevo movimiento.

Desde que llegó no me ha quitado los ojos de encima, y, aunque he intentando de todo para no prestarle atención a eso, no ha sido suficiente para ayudarme a dejar de sentirme acorralada por él. Deseo con todas mis fuerzas irme a casa ya, aunque suene muy cobarde, lo sé, pero no estaba preparada para soportar todo lo que él me está provocando con su sola presencia.

Olvidaba lo rápido que me descompone, olvidaba el gran control que ha tomado sobre mí y sobre mis emociones. No sé cómo lo logró obtener, pero, parece que no es lo único que piensa ganar de mí.

Ya no soporto estar metida en esta extraña situación con él, ahora no sé qué hacer para enfrentarla. No quiero llamar la atención de Lindsey y de Martín si me voy así de repente. Tampoco quiero darle el gusto a Hunter de verme así por él. Porque, obviamente, es lo que trata de conseguir con esto. Es a lo que vino, por eso vino aquí. ¿A quién cree que hace idiota?

Cuando me atrevo a mirarlo de reojo, me doy cuenta de que ahora me está mirando con más descaro y menos disimulo que el de hace unos momentos. Está recargado sobre el respaldar del sofá, estudiandome fijamente con un brillo divertido en sus ojos oscuros y una sonrisa torcida que me está provocando para que estrelle mi puño en su pálido rostro. Con eso me deja claro de cómo se regocija en mi nerviosismo y en parte me siento una imbécil por dejarme ver afectada ahora, pero no puedo evitarlo. Olvidé lo mucho que me provoca una sola mirada de él y el monstruo de la cobardía que siempre ha habitado dentro de mí..., sólo me hace más difíciles las cosas ahora.

Las sombras debajo de sus ojos se hacen más notables por la palidez de su rostro, que contrasta de una manera única y misteriosa con el color oscuro y alborotado de su cabello. Eso hace de su mirada más sombría y profunda, gracias también a la capucha de su sudadera oscura que trae puesta encima. Sus manos enguantadas, cómo siempre, ahora juegan con una botella de cerveza casi vacía. No sé cuánto ha bebido, pero desde que llegó no ha parado de hacerlo y ya me preocupé más por eso. La última vez que estuvo ebrio causamos un espectáculo afuera de una fiesta, no quiero imaginar lo que esta vez haría o diría, aquí, frente a su amigo y lo peor... frente a su hermana y mi mejor amiga.




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