El barullo a mi alrededor no deja de ponerme más ansiosa de lo que ya estoy. Los mismos rostros que conocí cuando entré a clases, pasan de un lado a otro cerca de mí. Algunos sonrientes y otros sumidos en sus propios mundos y problemas. Apesar de que varios de ellos me dedican un poco de atención para regalarme una sonrisa o un saludo... no puedo ni siquiera prestarles concentración para lograr corresponderle. No puedo enfocarme en otra cosa... que no sea en el chico de capucha y guantes de cuero que ahora yace cerca de su casillero, rodeado de más estudiantes, además de Martín y Oliver...
Esperé todo el fin de semana para poder verlo en la escuela...
Estuve tan preocupada desde aquella vez en la que lo ví en aquel hospital, cuando fue atendido por unas heridas que él mismo se había hecho.
No lo llamé, sólo a Lindsey, pero aunque ella me aseguraba cada vez que me comunicaba con ella que todo se encontraba bien con él y con sus padres..., yo no podía sentirme tranquila. El monstruo del miedo estuvo apoderándose de mi calma todo este último tiempo y llenando de horribles escenarios a mi cabeza, como uno en donde me muestra que pierdo a Hunter para siempre...
Ya no quiero pasar por algo así, ya no lo soportaría, y siento tanto asco y odio por mí por ser consciente del dolor que yo también le he causado, y el que, de seguro... fue el que lo orilló a cometer lo que hizo. No lo sé con seguridad, tal vez tenga muchos más problemas de los que ya era conscientes, pero aún así... me siento culpable de lo que pasó.
Me siento tan decepcionada de mí misma... pues sé que lo único que he logrado hacer es conseguir problemas, para mí y para todo aquel que intenta involucrarse de buena manera conmigo.
Cómo Julia...
Cómo Hunter...
Un nudo se forma en mi garganta, no puedo despegar a mis ojos de él. Parece que los chicos del instituto se enteraron muy pronto de lo que pasó y a decir verdad... me sorprende ver ahora su preocupación por él, o tal vez sólo sea morbo por saber lo que de verdad ocurrió. Aún así... lucen muy interesados y que se han acercado a él ahora para ofrecerle apoyo. Hunter, por otro lado, no deja de lucir serio, creo que ni siquiera les está prestando atención. Noto cómo Martín y Oliver intentan alejar a los chicos del chico de ojos dorados, pero ellos se resisten.
Espero que de verdad se sientan realmente preocupados por él y no sea sólo el querer entrometerse para hacer más chismes por toda la escuela. Espero que de verdad... se sientan, por lo menos, arrepentidos de todo por lo que lo hicieron pasar antes con esos rumores y con su rechazo por creer que era un asesino. Espero... que lo hayan reflexionado y lamentado como yo lo hago ahora, porque nosotros fuimos los monstruos y él fue un ángel al que lastimamos y llévamos cruelmente a un horrible límite.
— ¡Hunter!
Me activo de golpe para ir hacia él cuando veo cómo se aleja bruscamente de todos, hasta de sus amigos, para huir por el pasillo que se encuentra detrás de él. Sigo gritando su nombre, mientras corro en su dirección, llamando la atención de todos pero no me interesa. Lo único que me importa ahora es verlo, lo único que quiero es estar segura de que está bien.
— ¡Hunter, por favor!
Él al fin parece escucharme, ya que detiene su andar de golpe, quedando en medio del pasillo. Los demás chicos mirándonos con confusión y algunos con asombro pero no les doy importancia, sólo me enfoco en la figura alta y de hombros anchos que ahora me espera. No se ha girado a mirarme, no se mueve, pero se ve tenso. Todo su cuerpo me lo dice y también su forma de apretar los puños a sus costados.
Sé que soy la más indigna para él ahora, sé que tiene razón en no querer verme ni hablarme. Ni siquiera sabe la porquería que de verdad soy o llegué a ser, pero no puedo evitar romper la regla que me impuse de darle su tiempo, de no hablarle ni buscarlo. No puedo estar así... No puedo dejarlo.
Lo amo, lo amo y tengo miedo de todo por lo que esté pasando ahora. Me siento impotente estando lejos de él, aún sabiendo el tormento por el que esté sufriendo ahora su mente y su corazón...
No puedo ser más egoísta.
Tampoco quiero seguir así. Necesito saber de él, necesito ser consciente de cómo se encuentra, de si ha ganado más ojeras o de si se encuentra luchando cómo últimamente espero que lo haga.
No quiero perderlo, ya no puedo contra ese sentimiento temeroso que me dice que estoy a punto de hacerlo. Cuando lo conocí... varios anhelos despertaron en mí... Uno de ellos era el querer darle vida de nuevo a su pálida y caída mirada, y otro..., era el de querer estar siempre cerca suyo para evitar que vuelva a caer, para verlo sonreír, para ser la dueña de nuevo de su alegría y así alimentar la mía.
Él se ha convertido en mi alegría, en una parte de mi motivación.
No puedo dejarlo así. No ahora ni nunca.
Tengo que volver a luchar por un rayo de sol para los dos.
— Hu... Hunter...— sueno agitada e inestable al llegar a él. Aún no se gira para verme, su cuerpo tampoco deja de lucir tenso. Sé que he cruzado una línea peligrosa con volver a buscarlo, pero ahora no puedo detenerme—. Hunter p-por favor... Por favor sólo dame una oportunidad. No sabes lo duro que ha sido para mí al saber que tú...—
— ¿Al saber que yo casi destruyo su plan, señorita Johnson?
Al fin se gira para mirarme. La apariencia de su rostro me hace tragar duro y aumentar el mar de lágrimas en mis ojos. Los suyos están completamente hinchados, como si hubiese estado mucho tiempo llorando. Su piel luce más pálida, seca, quizá se vea así por la luz del foco que ilumina al pasillo pero aún así... no puede dejar de verse hermoso e imponente para mí. Nunca lo hará. Efectivamente encuentro más ojeras debajo de sus ojos oscuros y profundos, su cabello oscuro un poco más largo, casi cubriendo toda su frente.