No puedo creer que haya funcionado, él no ha dejado de sonreír desde que lo vio llegar a su hogar, es cómo si le hubiesen dado un juguete nuevo a un niño pequeño. Se mira tan entusiasmado, tan feliz... Mi corazón se siente satisfecho al verlo así, al escuchar de nuevo su risa y sé muy bien que ahora debo parecer una psicópata por estarlo mirando de esta manera tan atenta desde mi asiento, el cual se encuentra al otro lado del comedor de su cocina, pero no me importa si él lo nota y si alguien más cómo Lindsey o sus padres lo hacen... pues siempre disfruto contemplarlo cuando se encuentra así de alegre.
No tenía planeado traerle a su tío tan temprano, pero él llegó antes de lo previsto desde París, y, bueno... el hombre ya estaba impaciente también por encontrarse con su familia. Lo recogí del aeropuerto esta tarde, Roger me hizo el favor de llevarme y traernos después. El señor Mario es alguien realmente agradable, no dejó de hacerme plática en todo el camino, también me preguntó y comentó algunas cosas respecto a Hunter. Noté que lo quiere mucho, y él también, pues desde que llegó, ninguno ha dejado de hablar y reír.
Para ser sincera... la primera impresión que tuve de su tío me abrumó mucho, pues es realmente parecido a su padre, es como haberme enfrentado al señor McCall y no estoy diciendo que le temo a su padre... es sólo que el sujeto es algo intimidante, supongo que por lo frío y serio que aparenta ser a simple vista, cómo Hunter. Sin embargo... las horas que pasé conviviendo con el señor Mario, mientras esperábamos el momento oportuno para sorprender a Hunter y a su familia con su presencia, me hicieron darme cuenta de que sólo es el parecido físico lo que tiene en común con su hermano, es impresionante Cédric McCall, pues, a comparación de él, el tío de Hunter es más... social, confiado, divertido y muy conversador. De verdad me ha agradado y en este momento me estoy dando cuenta de por qué Hunter y Lindsey lo quieren tanto.
Todo salió genial, pude reunirlo con quién me dijo que ha sido su mejor amigo y se ve tan contento con él pero, aún así... apesar de estar sumida ahora entre el sonido de sus risas y de sus conversaciones llenas de anécdotas divertidas, no puedo evitar sentirme nerviosa... Joder, estoy aterrada, ya había conocido a sus padres, pero ahora es diferente, ahora Hunter me ha presentado ante ellos cómo su novia y se han portado amables, lo admito, pero sigo notando vestigios de duda en el rostro de cada uno. Por su puesto que he visto que la noticia de nosotros dos juntos... los ha afectado.
La comida está deliciosa, la decoración navideña es hermosa y me conmueve ver cómo conviven todos ellos juntos, eso de por sí provoca que la nostalgia me invada. Sin embargo, por lo que no puedo dejar de sentirme preocupada es por esa sensación extraña que sigo percibiendo desde que Hunter les enteró a sus padres sobre lo nuestro...
<<Quizá ellos sienten la clase de basura que eres y que fuiste.
Quizá no logres engañarlos con esa fachada de niña buena que pintas ahora, quizás sienten que no eres alguien conveniente para su hijo.
Quizá no se sientan seguros porque sospechan de tu asquerosa reputación, quizá no estén convencidos de que esto sea lo mejor para Hunter por ahora...>>
— ¿Maddie?
La voz baja de Lindsey me devuelve con sorpresa al aquí. Mi mirada de inmediato se levanta para encontrarla observándome con un ceño fruncido. Hunter también me mira desde el otro lado de la mesa, pero en él puedo leer temprana preocupación.
Trato de recomponerme para enfrentarlos, pero el nudo de nerviosismo en mi estómago se ha reforzado, pues darme cuenta del cómo me está mirando cada uno... me ha afectado más de lo que ya estaba.
— Oh... Lo siento. ¿Qué fue lo que...?—
— Sí que eres extraña, mujer. — me interrumpe y después rueda los ojos —. Te pregunté que a qué hora empezaría la fiesta con tu madre.
— Oh... — rápidamente eso me hace activarme. Trago grueso y después busco el teléfono que dejé en el bolsillo de mi abrigo.
Siento la mirada de Hunter aún fija sobre mí. Sus padres y su tío siguen conversando alegremente, pero el hecho de que él se haya quedado callado, y que ahora me este poniendo esta intimidante atención... me hace sentir más acorralada y torpe. Incluso mis manos han empezado a temblar, apenas logran sostener el teléfono cuando lo encuentro.
—Bueno... Empezará a las ocho, ya habíamos preparado todo Julia y yo, ella aprovecharía mientras tanto el tiempo para arreglarse. Ammm... les dije a los chicos que llegaran a esa hora, pero sí prefieren quedarse más tiempo aquí para acompañar a sus padres...—
— Oh, descuida, mamá me dijo que vendrían unos amigos del trabajo en unos momentos, así que no hay problema si vamos un rato a tu casa.
Asiento y empiezo a jugar con mis manos que están sobre mi regazo. Mi mirada evitando aún a la de Hunter que se encuentra frente a mí. ¿Qué le pasa? ¿Por qué no dice? ¿Por qué de repente se ha quedado cómo estatua y sólo... me mira?
—Oye... ¿Te sientes bien? ¿Por qué de repente te quedaste tan pensativa?
Eso me hace mirarla rápido. Me reprendo en mis adentros por sólo lograr titubear cómo idiota.
— Oh, yo... Nada, só-sólo es que... Me acordé de algo. — finalmente logro decir pero ella sigue mirándome extraño. Me atrevo a echarle una mirada a Hunter, este luce también poco convencido de mi pobre respuesta. Dios, se ve tan hermoso con ese conjunto oscuro que lleva ahora, tan elegante, tan misterioso... Aún me cuesta creer que alguien cómo él... sea mi novio.
Mi novio...
— ¿Segura? Aún te ves pálida. — quiere sonar divertida pero aún así pude darme cuenta del hilo preocupado que hubo en su tono. Asiento, frenética. Me atemoriza después la mirada que se dan ella y Hunter—. Maddie... si es por mis padres...—