Era tortuoso ver a Aquetzalli sufrir, el no lo soportaba. Telescopio enojado se sentó en una esquina pensando y analizando la situación; habían pasado eones y no había estado en una celda, ahora había vuelto, todos sus conocidos eran prisioneros, la persona que mas apreciaba sufría y le arrancaron el brazo robótico, pero luego, un gruñido extraño llamó su atención, miró a un lado, ahí había un ogro, un ogro verde y musculoso, con cabello largo y abundante en un tono rubio, y colmillos enormes, también ojos rojos como hogueras, usaba un traje similar al de una prisión,
—¿A ti que te pasó?— preguntó Telescopio Al notar la cólera de su compañero de celda
—Me quitaron la armadura, y me condenaron a esto— dijo el ogro y miró a Telescopio, su cara de enojo cambió a una de confusión
—Un momento, ese rostro me es familiar—dijo ese ogro con una sonrisa cínica—me recordó a cuando en una base militar acabé con muchos soldados, hice bien al decirle a Centipede 2025 que te manipulara para tener el control de los monstruos, hasta que nos atraparon estos sujetos—
Telescopio procesó lo que dijo, recordaba que los soldados le contaron a Telescopio su origen más de una vez; que era un grupo de soldados hasta que algo los mató, y se dió cuenta, lo que lo atacó a él y su pelotón fue ese ogro, pero no se enojó por eso, se enojó porque lo habían utilizado
—Así que fuiste tu— dijo Telescopio furioso e intentó rendirle cuentas al ogro pero el ogro lo dominó dado que su brazo robótico fue confiscado y no podía liberarse —
—Escúchame monstruo, yo, Norm, soy quién manda aquí, no lo olvides—dijo el ogro
El no era el único que sufría. Aquetzalli estaba en la celda de enfrente a la de Telescopio y Norm, y se preocupó al ver al hombre que amaba ser sometido por ese ogro
—¡No! ¡Déjalo en paz!—gritó tratando vanamente de detenerlo
—Vaya, no es tan fuerte como creí—dijo la voz de su compañera de celda
Aquetzalli giró la cabeza y vió que era la mismísima Sarah
—¿No te bastó con intentar asesinarme?—dijo Aquetzalli al ver que era esa dientes de Sable
—Creía que ese tal Telescopio era muy fuerte, pero ese ogro es un mejor partido—dijo la Dientes de Sable
Axel solo intentaba salir, quería y sentía la necesidad de ayudar a su amo, pero la celda estaba santificada, lo sabía porque al tocarla para atravesarla se quemó su mano como si la hubiera sumergido en aceite hirviendo, el gritó adolorido y furioso, pero no duró mucho porque se regeneró en un par de segundos, en eso sintió la presencia de algo detrás de él, así que volteó vio ahí a una fantasma similar a él. Tenía el cabello negro y largo, con la piel pálida como la leche, labial y sombra de ojos negros, chaqueta, camisa, pantalón y botas negras
—Hola Axel—dijo ella con una sonrisa cínica
—Mariana—dijo furioso, en un tono resentido
—Si, soy yo—dijo con maldad en su voz
—Tú, tú hiciste aquel crimen ese día—dijo lleno de ira y señalándole— Pediste que te acompañara a una cita, solo para robarle a unos ancianos, y a los señores les dio un infarto, y tú huiste. Y como era el único ahí me culparon—
A pesar de su tono de voz la chica seguía calmada y los monstruos sintieron un temblor, las luces parpaderon y la celda parecía que se iba a romper
—Y solo empeoró cuando puse las pertenencias de los viejos en tu casa. La gente quemó tu casa contigo dentro. Lástima que tus padres estaban dentro—dijo la chica sin mostrar arrepentimiento o señales de culpa
Frankie Yankie mientras tanto, estaba en su celda e intentaba buscar el lado positivo de la situación
—Bueno esto no es tan malo. Nueva casa, comida gratis todos los días, nuevos vecinos—
En eso, un sonido tan irritante como uñas en un pizarrón, Frankie aseguraba que era similar a un ronquido, volteó atrás suyo y había una silueta con una cobija negra cubriéndolo por completo y acostado en esa cama sin colchón, sin embargo, dado que roncaba como jabalí, indicando que estaba vivo. El nervioso intentó socializar con el extraño aunque no sabía si era sociable u hostil
—Hola....vecino ¿Porqué estás aquí?—si Frankie tuviera un cuerpo humano estaría sudando y el maquillaje de la cara se escurriría por su cara
La figura se levantó, y la sonrisa de Frankie se desvaneció cuando la cobija cayó. De niño había visto el corto animado de El Grinch se robó la navidad, pero este, este era un ser similar. Una criatura con ojos amarillos, pelaje verde, nariz de gato y piernas y brazos muy largos, con dedos alargados y puntiagudos. Sin dedos en sus pies que se unían en una punta.
—Antes yo era Doctor Sebastián Ulises Sans—respondió el Grinch—pero me apodaban Dr. Seuss, cuando era humano fuí parte de los investigadores que crraron y estudiaban a tu amigo Telescopio
Esa frase le cayó como balde de agua fría a Frankie, ¿Esta criatura de verdad fue humano?
—Ese ciempiés me hizo comer su sangre, y dijo que me volvería más fuerte, ágil y más inteligente, y así fue, pero no quería esto—respondió este Grinch con furia—Soy tan fuerte como para levantar un camión, puedo doblarme como contorsionista, soy tan ágil como un atleta de parkour, tan inteligente como Albert Einstein o tal vez más, además de ser Inmortal
—Oh, que bueno—dijo Frankie al solo escuchar las ventajas, pero eso solo enfureció a la criatura y Frankie solo se acorraló contra la pared al verlo enfurecido.
—Pero ahora mírame—dijo la criatura—ninguna chica me querrá, mis dedos se afilaron, este pelaje se queda en todas partes, puedo comer basura, incluso vidrio y estoy empezando a caer en la locura
—Oh, b-bueno ¿Valió la pena vender tu humanidad por poder?—preguntó Yankie tratando de sonar valiente
—¡No!—gritó el Grinch—y además soy Clouro....que? Cuál es la palabra?
—Clourofobia, miedo a los payasos—dijo recordando lo que sabía— y Clourofilia es.....atracción a los payasos—en eso Frankie se pegó al cristal y gritó para llamar a los guardias creyendo que hablaba de este último—¡Guardia!¡Guardia!
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Editado: 14.02.2025