Monstruos Y Sombras, El Rey Elfo

El Origen Del Odio

Llevamos a Balder a una de las salas interiores donde se había puesto algunas camas preparando así una enfermería improvisada.

Balder pasó allí la noche con fiebres altas, y Tarwe no se apartó de su lado en toda la noche. Se encargaba de humedecer un pañuelo y ponérselo sobre la frente, pero la temperatura no le bajaba.

Me acerqué a Tarwe y me senté a su lado.

_¿Cómo está?

_Dice el médico que si pasa de esta noche es probable que sobreviva, pero lo va a tener difícil.

Miré a Balder, estaba inconsciente, probablemente debido a algún tranquilizante. Respiraba con dificultad.

Tarwe me miró.

_Todo ha sido gracias a ti, si no hubieras hecho todo lo que has hecho estaría muerto.

_¿Cuánto tiempo lleva aquí? En el palacio, digo.

_Llegó el mismo año que yo. Unos cinco años más o menos.

Nos quedamos un momento en silencio. Miré a mi alrededor y entonces me di cuenta de que Ivar no estaba aquí.

_¿Dónde está Ivar?

_Quemando a los muertos_ dijo Tarwe con toda la normalidad del mundo_. Deberías descansar.

_Quería quedarme con Balder.

Ella me sonrió.

_Ya me encargo yo de él.

Salí de la sala y fui en busca de Ivar. Mis pasos me llevaron fuera del palacio, a unos pocos metros del bosque para ser exacto. Una enorme columna de humo se elevaba hacia el cielo. Pude detectar un olor extraño, supuse que provenía de los cuerpos calcinados de los soldados muertos. 
Me acerqué a Ivar, que presidía el acto acompañado por un par de guardias. Por la cara del joven elfo supe que no era de su agrado presidir estos actos, lógicamente. 
Ivar me miró y me dedicó una sonrisa forzada.

_Mejor vamos dentro, no soporto este hedor.

Yo no podía estar más de acuerdo con él. 
Entramos a la sala que actuaba como enfermería en completo silencio. Vi como Ivar se acercaba pausadamente a la cama en la que estaba Balder, lo observó durante un breve instante y luego se sentó junto a Tarwe, a quien le cogió la mano. Ambos se miraron.

_Estoy seguro de que se pondrá bien.

Vi como Tarwe le dedicaba una sonrisa sincera y apoyaba la cabeza en el pecho del elfo mientras este la abrazaba juntandola más a él. 
Después de separarse Tarwe pasó sus dedos por la frente de Ivar.

_Ve a que te miren esa herida.

Ivar puso sus dedos sobre la herida.

_No creo que sea nada.

Ella le sonrió.

_No quiero riesgos.

Él médico apuntó todo lo que dije.

_¿Qué pasó con Balder al final? 
_Pasó la noche. Tarwe lo estuvo cuidando en todo momento. 
_¿E Ivar? 
_La herida resultó estar un poco infectada y le subió un poco la fiebre, sin embargo no dijo nada, dejó que se quedarán con Balder, decía que él estaría bien _, no puede evitar sonreír _, aún así yo me quedé con él, a pesar de que trató de impedirlo. Los elfos son muy testarudos. Balder despertó al cuarto día.

Mi mente se transportó a aquel momento.
Ivar se había dormido y yo decidí andar un poco para despejarme. Entré en la habitación donde estaba Balder. Me quedé observándolo en silencio un breve instante, luego miré a Tarwe, que dormía en la cama que había a su lado. Me agache a su lado y retiré los mechones de pelo de su cara. Fui a acariciar su piel cuando oí un ruido detrás de mí. Al volverme vi que el brazo de Balder se había movido. Me centre en él. Todo estaba en calma, estaba a punto de volver con Ivar cuando se oyó otro ruido detrás de mí. Al volverme vi que Balder estaba sentado sobre la cama, mirando a su alrededor desorientado. Me acerqué a él, sus ojos lo miraban todo desorbitados. Me senté junto a él y puse mi mano sobre su hombro.

_Tranquilo. 
_¿Dónde estoy? 
_En la enfermería, te hirieron, ¿lo recuerdas? 
_Sí, recuerdo que me clavaron una lanza, que tratabas de ayudarme, y... No recuerdo nada más, pero supongo que si estoy aquí es porque conseguiste sacármela. 
_Llevas cuatro días aquí, con fiebres muy altas, ¿cómo te encuentras, Balder? 
_Sinceramente, me siento como si acabaran de darme una paliza._. Balder se llevó la mano derecha al estómago _. De hecho, creo que voy a... _su voz fue interrumpida por una arcada, seguida de otra más fuerte que obligó a Balder a taparse la boca con la mano izquierda. 
_Espera, espera_dije levantándome y buscando un recipiente.

Encontré uno junto a la cama de Tarwe.

_Ten_dije dándoselo.

Balder a penas pudo esperar al recipiente. Cuando acabó levantó la cabeza y me miró mientras se apartaba un mechón de pelo de la cara.

_Que asco, más si es con sangre. 
_Ahg, no describas_dije contrayendo la cara en una mueca de asco.

Balder se rió mientras dejaba el recipiente en el suelo, debajo de su cama. Se echó de nuevo y me miró.

_¿Qué hora es? 
_Ni idea, pero todavía falta mucho para que amanezca.

Balder no dijo nada. Se llevó las manos al estómago dejando escapar un gemido.

_Ojalá siguiera inconsciente, como duele. 
_No digas que eso. 
_Al menos antes no me dolía. 
_Al menos estás vivo.

Balder me sonrió.

_Gracias a ti.

Entonces volvió la cabeza hacia la izquierda y se encontró con Tarwe. Balder se quedó observándola en silencio. Yo también la miré.

_No se ha separado de ti desde que llegó y te vio aquí.

Él elfo oscuro no respondió en seguida.

_¿Lo dices en serio?
_Jurado.

Vi cómo alargaba el brazo hacia ella y acariciaba su cabello hasta el hombro. No pude evitar sentir celos.



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En el texto hay: elfos, demonios, dragones

Editado: 11.10.2020

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