Monstruos Y Sombras, El Rey Elfo

Historias Invisibles

_Bueno, ahora que ya sabemos el tema que debemos tratar, continúa con tu relato.
_La guerra se alargó más de lo esperado, Ivar contaba con que los elfos ghendas se retirarían pronto, pero no fue así, ya contábamos con más de tres semanas peleando sin descanso y el ejército del bosque comenzaba a resentirse.

Ivar se sentó junto a Balder y a mí.

_Demasiadas bajas_anunció _ no sé cuánto tiempo podremos seguir aguantando.

Balder, aún con la herida demasiado reciente como para pensar siquiera en caminar, se incorporó y se sentó en la cama.

_Ya sabes que no podemos dejar que nos venzan, si eso ocurre la última barrera que separa elfos oscuros de elfos de luz habría caído.
_Lo sé de sobra Balder, pero nuestros hombres mueren en el frente y los refuerzos no llegan.

Él general calló. Yo los miraba a los dos en silencio, a pesar de tener los veinte años, ésta era mi primera batalla y no sabía aconsejar.
De repente la puerta se abrió lentamente y a nuestro grupo se unió Faraday, general en funciones mientras Balder se recuperaba. Se sentó junto a Ivar y entregó a Balder una carta.

_De tus espías, tú eres quien lleva todo eso y el más indicado para tomar una decisión.

Balder me miró.

_No tendrás por casualidad una daga o algo así, ¿verdad?
_Sí _dije sacándola de su vaina y entregándosela.
_Gracias_ dijo mirándola _. Oye, esta es mía.
_¿Ah, sí?

Balder me miró.

_Tengo fiebre, pero la memoria intacta, te la di cuando me hirieron.
_Cierto, se me olvidó.
_Se te olvidó _dijo con ironía mientras cortaba el papel del sobre_, ten, quédatela_dijo entregándomela _tú la vas a necesitar más que yo ahora.

Yo le sonreí.

_Gracias_dije mientras la cogía.

Balder comenzó a leer la carta. Nosotros tres lo mirábamos atentos. Cuando hubo acabado vimos como se llevaba la mano a la cabeza como gesto de desesperación.

_¿Qué? _preguntó Ivar.
_Los refuerzos no llegarán, los ghendas han cortado el paso a los elfos de Rigrast, luego, no contamos con Ernard.

Ivar puso sus dedos sobre el labio inferior.

_Esto se pone feo. 
_Y tanto _. Balder miró sus vendas ensangrentadas _. Tengo que volver al frente.

Ivar lo miro.

_No digas tonterías, primero debes recuperarte del todo.

Balder resopló con fastidio.

_Esto lo va a pagar_dijo teniéndose de nuevo.

Soriel entró alarmado a la estancia.

_Mi señor, un nuevo ataque.

Ivar se levantó.

_Prepara al ejército _le ordenó.

Faraday también se levantó y, cuando fui a seguirlo sentí que me cogían de la muñeca. Al volverme me encontré con Balder.

_¿Vas a ir? _preguntó. 
_Debo hacerlo_dije sin vacilar lo más mínimo.

Balder no respondió en seguida, simplemente sostuvo la mirada.

_Vuelve vivo_dijo antes de soltarme.

Yo asentí. Salí de la sala y me reuní con el resto en el patio, allí el falange de Sven estaba oculto tras un trozo de muro que actuaba de protección. 
Avancé con cuidado hasta donde estaban y me agache junto a ellos. Sven nos miró y nos indicó que nos acercáramos.

_Vamos a dividirnos, Drizzt, Gardar, vosotros cubriréis la parte este del patio, Frey y yo la oeste. 
_Entendido _dijo Drizzt antes de indicarme que lo siguiera.

Acompañé al ágil elfo entre los escombros, teníamos que ser invisibles, y en eso los elfos drow eran expertos. Llegamos a una parte de la muralla que aún seguía en pie y Drizzt me hizo un gesto para indicar que me detuviera, yo lo pasé al resto de los hombres.

_¿Has oído eso? _preguntó.

Yo agudice el oído, pero no escuché nada.

_No.

Él joven drow no parecía muy conforme. Continuamos avanzando  hasta otro de los extremos. Nos apoyamos contra el trozo de muro y sacamos los arcos.

_Gardar, tu cubre la derecha, yo la izquierda.

Él grupo se dividió de nuevo. Acababa de apoyar la espalda contra la pared cuando se oyó el sonido de hojas moviéndose. Sin pensarlo dos veces cargué el arco y me preparé para disparar. 
De repente un grito cruzó el viento y, sobre la muralla aparecieron varios ghendas. A penas tuve tiempo para reaccionar antes de que un elfo me atacara, por suerte atine a disparar acertando en la garganta del desafortunado ghenda. 
Sin embargo no era una victoria, más bien lo contrario, los demás compañeros no tardaron en atacar, se lanzaron contra nosotros como una manada de lobos hambrientos. 
No era un grupo numeroso, pero eran elfos extremadamente ágiles, con cuerpos fibrosos, rápidos y fuertes, no era necesario un grupo abundante de estos para ganar. La pelea acabó cuando un proyectil de catapulta impactó muy cerca de Drizzt, arrojando lo por los aires a él y a parte del grupo que lo seguía.

_¡ Drizzt! _oí que gritaba Frey antes de cruzar delante de mí como un rayo para ayudar a su hermano.

La narración se detuvo ahí.

_¿Qué pasó con él? Me has dejado intrigado. 
_No murió, si es lo que teme, pero sufrió graves quemaduras.

Él médico agachó la cabeza y volvió a mirar el folio que tenía ante él. Revisó lo que había escrito.

_Parece que Balder te apreciaba. 
_Sí, lo sé. 
_Mencionaste una daga, ¿qué pasó con ella? 
_Está entre mis pertenencias, aquellas que me arrebataron el día que entré. 
_¿Está allí? _preguntó sorprendido. 
_Sí, ha estado conmigo todos estos años. Balder y yo... No acabamos bien y llevo arrepintiéndome    de nuestro mal final desde el día en que lo perdí, es por ello que he mantenido su daga a lo largo de todas mis vidas, pidiendo que se me enterrara con ella para así recordar el lugar exacto y poder recuperarla en mi próxima vida_, le sonreí _, siempre la he vuelto a encontrar. 
_¿ Y crees que con ello Balder y tú estáis en paz? 
_No, pero así no me olvido de él, ni de lo que debo hacer cuando lo vea, cuando logre llegar hasta él.



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En el texto hay: elfos, demonios, dragones

Editado: 11.10.2020

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