Monstruos Y Sombras, El Rey Elfo

Sombras Del Pasado

_Ayer dijiste que tal vez aquel fuera el último buen recuerdo que tenías de ellos, ¿puedo saber por qué? Parecías realmente feliz.

Yo no respondí enseguida.

_No quiero recordar eso.

El doctor me miró, su mirada inteligente ahora mostraba cierta dulzura al mirarme.

_Ni yo quiero hacerte pasar por un mal momento, créeme que no lo haría si no fuera necesario. Sea lo que sea lo que me vas a decir, quiero que sepas que voy a estar  aquí para escucharlo, y para ayudarte a superarlo, no me veas como a tu psiquiatra-psicólogo si no quieres, mírame como a un amigo, alguien con quien puedes desahogarte.

Yo asentí.

_De acuerdo.

El invierno había llegado al bosque, como de costumbre, Anharel había abandonado el palacio al inicio, así que ocupaba mi tiempo escribiendo en el libro que encontré, no contaba nada en especial, sólo mis días. "No quiero morir" recuerdo que escribí un día que me encontraba realmente mal y no pude salir de la cama.

Una noche, mientras estaba escribiendo en la sala, en compañía de los demás, alguien llamó a la puerta.

_¿Quién puede ser?_ preguntó Mylor.

_Ni idea_ dijo Ivar mientras se levantaba y salía del salón.

El resto lo imitamos y fuimos detrás de él. Al abrir la puerta descubrimos a una mujer al otro lado.

_Disculpad, vengo de una aldea cercana, iba a la otra aldea que hay más allá de la montaña, pero la tormenta de nieve me ha cortado el camino, ¿podría quedarme?

Nos miramos entre nosotros, finalmente Ivar asintió y le cedió el paso.

_Gracias.

La invitamos a sentarse junto al fuego y le trajimos algo de comer.

_¿Quién eres?_ le preguntó Frey, siempre desconfiado ante los nuevos visitantes.

_Mi nombre es Alhya y, como ya he dicho, vengo de la aldea vecina.

Su tono airado ya hizo que me cayera un poco mal, así que no le presté mucha atención. Volví a sentarme junto a Balder, que tampoco le prestaba demasiada atención.

En un momento dado me miró.

_Ya no estoy cómodo aquí_ me susurró.

_Yo tampoco.

_¿Nos vamos?

Respondí a su propuesta encogiéndome de hombros levemente y asintiendo. Ambos abandonamos la estancia.

Cuando íbamos por el pasillo de la planta superior empezamos a hablar.

_Piensa lo que quieras, pero a mí me ha cortado el rollo la chica esta.

_A mi también_ dijo Balder con una mueca casi de desprecio_. No tengo nada contra los nuevos, como has podido comprobar, pero conozco este tipo de chicas, esa va a traer problemas, ya te lo digo.

Miré al doctor.

_No se me ocurrió dudar de sus palabras ni por un instante, Balder... En ocasiones parecía tener un sexto sentido, captaba la personalidad de la gente al vuelo, y por desgracia nunca se equivocaba.

_No entiendo por qué acabasteis enfrentados, siempre hablas muy bien de él.

Yo negué con la cabeza.

_Él jamás se enfrentó a mí.

De repente, la luz del despacho comenzó a parpadear levemente hasta que, súbitamente, se fue.

_Maldición, la tormenta_ dijo  mientras encendía una vela, luego me miró_, se acerca el otoño, Baldwin_ dijo con una sonrisa.

Yo le respondí con otra.

_Espero que no te importe continuar el relato a la luz de la vela.

_No, en absoluto.

Cuando Balder y yo entramos en la habitación, sentimos un gran contraste en la temperatura.  

_Parece que no, pero las antorchas hacen su trabajo, que frío_ dijo el elfo oscuro mientras frotaba sus brazos con las manos.

Me acerqué a la cama temblando, podía oír el castañeo de mis dientes a la perfección.

_Parece que estuviéramos entre paredes de hielo_ dije con voz entrecortada a causa de los temblores. 
_Le voy a pedir a Ivar que nos ponga una chimenea aquí _dijo mientras cogía unas mantas.

Yo me reí.

_Eh, no lo he dicho para que te rías, iba muy enserio. 
_Pero, ¿cómo nos va a poner una chimenea? 
_Pues él bien que la tiene.

Cogí una de las mantas que me ofrecía y me la eche por encima.

El sonido de un teléfono me interrumpió.

_Cielos, lo siento, he olvidado apagarlo_ dijo el doctor.
_No importa, responda si quiere.
_Discúlpame un momento.

Yo asentí. Comencé a mirar la llama de la vela, hasta el punto de quedar casi hipnotizado. Sentí como poco a poco, mi mente se transportaba a otra vida.

Me desperté con los primeros rayos del sol. Abrí los ojos con trabajo y comencé a enfocar. A través del cristal de la ventana podía ver que el día de hoy iba a ser despejado, despejado y frío.
Me volví hacia la cama que ocupaba Balder, quien aún dormía, así que me levanté con cuidado de no despertarlo.
Me puse una ropa más recia y bajé.
Desde la cocina escuché voces, lo que hizo que fuera hacia allí. Me sorprendió ver que Ivar no estaba con Tarwe, normalmente bajaban juntos, pero no, hoy estaba en compañía de Alhya. Entré y me senté a la mesa.

_Buenos días _ dije.
_Buenos días _ saludaron.
_Debe de ser muy temprano, no hay nadie_ dije.
_Sí _ dijo Ivar_, hoy hemos madrugado.
_Esto no es nuevo para mí _ dijo Alhya_, todos los días he de levantarme temprano para trabajar.

Observé sus fibrosas piernas y supe que era cierto. Luego mi mirada se dirigió a Ivar, quien también la miraba.

_¿Cuánto tiempo piensas quedarte? _ Le pregunté a Alhya.
_El que sea necesario, ¿ no? _ respondió Ivar.
_Hasta que llegue el deshielo_respondió ella con una sonrisa.

"Hasta la primavera" pensé.

_¿Qué tienes pensado hacer hoy? _ preguntó Ivar de repente. 
_No lo sé, tal vez vaya a ver a mi kirszak. 
_Buena idea.



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En el texto hay: elfos, demonios, dragones

Editado: 11.10.2020

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