Montaña de Fuego

Una Incierta Mañana

El graznido de las aves me ha despertado, pero eso es bueno. El recuerdo asolador de mis padres siendo destrozados por aquellos hombres desesperados, regreso a mi en forma de pesadilla. Aunque eso ya no me afecta, nunca es agradable revivir el sentimiento rezagado de un pasado tormentoso.  



Salgo de mi carpa improvisada. La mañana es fresca, una ligera llovizna cae sobre mis hombros, el embriagante perfume de la hierba mojada me satura. Tal parece que yo era el único que aún dormía, mmmm algo huele delicioso, el suave aroma de la carne sobre el fuego le gana al de la hierba mojada y me hace voltear instintivamente hacia la cálida hoguera metros adelante de mí. 

Ya veo convirtieron al huargo que cazamos ayer por la noche en brochetas y las asan alrededor del fuego, desde aquí puedo ver que tienen un aspecto jugoso y rosado, espero que no tarden en estar listas. 

Dejando de lado eso admito que pasar la noche sobre el risco de la montaña fue buena idea, ninguna criatura nos ha molestado, supongo que a la mayoría de los seres sencillamente les dan miedo las alturas. Además hay que tener en cuenta la majestuosa vista desde la orilla, es simplemente hermosa, cientos de metros bajo nuestros pies se extiende un campo, que sin exagerar parece infinito, las aves colosales surcan los cielos pero desde aquí se miran minúsculas, los montes y pequeñas montañas se ven como insignificantes montículos de piedra, las plantas y árboles que recubren los suelos lucen tan solo como una finilla capa de polvo tan rojizo como el plumaje de un fénix. Aquello da para pensar a modo de que desde este punto nosotros ni siquiera parecíamos partículas de polvo, en los días pasados que cabalgamos por esos caminos. 

Las brochetas están listas, le doy un mordisco a ese blando y deleitoso manjar, siento a mi lengua danzar en una orgía desenfrenada de sabor. Sin duda fue mi mentora quien preparo las brochetas y como con toda la comida que prepara, le han quedado excelentes. 

Mmmmm con que sazono la carne, daré otro bocado para estar seguro mmmmm, veamos, le dio un baño con el jugo de algún fruto ácido para suavizar la brocheta y lo acompaño también con una pisca de roca sal, eso aunado a la grasa natural de la carne, convierte a esta comida en todo un festín de sabor. Que veo, Talina ha sacado su famosísima cerveza, observó como sirve el dulce néctar líquido en un cuerno para acompañar el alimento. Es tan espesa y tan oscura como lo es la profunda boca de un dragón escarlata. Ohhh mala suerte mi mentora ya descubrió la cerveza, ella es muy estricta con la hora para beber, solo podemos hacerlo en las noches o en los festejos, bueno en otro momento será. 

Después de que mi mentora regaña a Talina me acerco a ella sigilosamente. 

-Oye Talina que te parece si está noche tu y yo nos tomamos más que un par de cuernos y dormimos calientitos. 

Esta mujer con su desmedida cadera y enorme busto me incita al placer, no puedo, si no más que pensar con lasciva, con tan solo ver lo robusta que es. 

-¡Ja preferiría compartir la cama con un perro roñoso y pulgoso antes que contigo! 

!Pero que!, ¿por que ha dicho algo como eso?, si la otra noche ella fue a buscarme para disfrutar un poco del famosísimo goce carnal. 

-Bueno y que tal lo de compartir la cerveza. 

Insisto un poco, para saber si todo lo que dijo había sido tan solo una broma. 

-Ni una cosa ni la otra. 

Eso me deja confundido por qué tan brutales sus respuestas. Pero en verdad me gusta y voy a averiguar por que actúa de esa manera.  

Por las venas de Talina corre sangre de enano, sangre de elfo y sangre de humano, un cuarto para cada una de las dos primeras y a decir verdad siento que saco lo mejor de los tres mundos. Hermoso rostro, complexión ancha como me gusta y tremendas curvas, además de un frondoso cabello bien acomodado en forma de trenza que cae hasta donde la espalda pierde su nombre. Sin duda no descarto la idea de algún día casarme con ella. 

-¿Que sucede?, ¿No lo hice bien la otra noche?, Pero si soy todo un semental. 

Pregunto para averiguar que la tiene así. 

-Eso no tiene nada que ver. 

-¿Que pasa entonces? 

No hay respuesta y se aleja, todo mientras la voz de un hombre se acerca a mis espaldas. 

-Vaya que eres todo un don Juan. 

Es Arcano maestro en el manejó de la lanza y compañero nuestro desde hace un par de meses y por lo visto escuchó nuestra conversación. 

-A las mujeres siempre se les debe dar un buen trato. 

Estoy de acuerdo con él, pero Talina es una mujer dura, se bien el tipo de hombres que le gustan, recuerdo que una vez se llevó a la cama a un sujeto con el que se hizo a puños, y en otra ocasión se fue a la cama de un joven con quien estuvo riñendo durante casi toda la noche en una taberna. 

-No, una mujer como ella está acostumbrada a una vida severa, esas cosas no me servirán. 

Le respondo sin dudar. 

-Créeme chico hasta la mujer más ruda siempre apreciará un lindo gesto y una frase honesta con la que denotes sus cualidades. Pero más importante aún por sobre todo, olvídate de esas simples frases baratas donde te haces el gran macho. 

Las palabras de Arcano continuamente son amenas y sabe de lo que habla, la suerte con las mujeres nunca le falta y cuando estamos de paso por algún poblado siempre duerme bien acompañado. Lo único que me molesta es que me llame chico, tengo veinte años y el tan solo me ganará con siete o tal vez diez años como mucho, pero está bien, sin duda el tiene mucha más experiencia con las mujeres que yo. Aunque en combate, es seguro que mi experiencia es mayor a la suya. 

-Los patanes son el tipo de hombres que le gustan a ella. 

Le digo seguro de mis palabras. 

-Puede que esos patanes como dices, sean hombres de una sola noche, ¿acaso alguna vez has visto, que esos tipos de los que hablas, hayan tenido realmente alguna segunda oportunidad con ella? 

Es verdad, ¿por qué nunca había prestado atención a algo tan importante como eso? 

-Gracias, seré más atento con ella a partir de ahora. 

Me alejo de el después de darle las gracias y en respuesta me da otro consejo. 

-Además algún detalle o un pequeño obsequio nunca sobra. 

Aprecio ese último comentario y me dirijo hacia Talina. Me acercó con cautela puesto que afila su hacha de doble corte y después de ver lo molesta que ella estaba, no dudaría que intentara matarme. Es evidente que con esos brazos de un solo golpe me parte en dos. Me siento en la misma roca que ella y comienzo. 

-¿Metí la pata hace rato, cierto? 

Suelta la pesada hacha algo molesta y me mira frunciendo el seño. 

-Hace un momento fue la primera vez que te dignaste a hablarme en días, ni siquiera me volteaste a ver desde aquella vez y de repente tan solo así como así te acercas a mi para pedirme sexo y alcohol..... Yo….. no sé por qué sentí que eras diferente. 

!Pero si ella fue la que vino a mi buscando sexo!, bueno eso ya no importa. Arcano tenía razón y acabo de arruinar cualquier oportunidad con ella. No supe ver más allá y ahora es tarde… no, aún puedo arreglar la situación. Que tal una broma para relajar la tensión, ya se…. le diré que no solo pensaba pedirle sexo y alcohol, bueno que al menos no en ese orden…. que en todo caso sería primero el alcohol y después lo demás…. ¡Nooo, piensa claro, no seas estúpido!, ¡Aquello solo empeoraría las cosas! 

-Tienes razón Talina, estuvo mal lo que hice, pero si me permites puedo arreglarlo, nada de alcohol o sexo, tan solo tu y yo hablando para conocernos mejor. 

Mis palabras son simples, pero honestas, espero que lo pueda sentir. 

-Ya lo veremos. 

Si, ese esbozo de sonrisa en sus labios es lo que buscaba, tengo asegurada una segunda oportunidad. 

-No te arrepentirás. 

Esta vez ella deja escapar una sonrisa y dice en un tono mejor. 

-No estés tan confiado, aun no he dicho que si. 

Se aleja de mi al terminar su oración, me felicitó a mi mismo por hacerlo tan bien, pero no puedo olvidar tener en cuenta sus sentimientos. 

Tengo que hablar con Arcano de Talina. Pero lo veo de cierta manera perturbado. 

-Estás bien. 

-Heee, si chico, es solo mi estómago, pero dime qué tal te fue con la mujer. 

No le respondo, tan solo le hago una señal con los dedos indicando que todo salió bien, sin embargo no veo reacción en él, tan solo esa misma cara de preocupación y decido insistir volviéndole a preguntar si hay algo más que le preocupe. 

-Na, solo son mis tripas, no he podido cagar desde que llegamos a está provincia, debe ser a causa del clima, mis entrañas son muy sensibles a estás cosas. 

Bueno eso es muy comprensible, supongo que yo también tendría esa cara si no cagara desde hace cuatro días, pero que debería decirle, no cagar en ese tiempo es cosa sería. 

-No pienses en eso, entre menos te preocupes más fácil saldrá. 

Le digo eso y Arcano hace una cara bastante curiosa, pero enseguida sonríe y me dice. 

-Eso hare chico, gracias. 

Creo que funcionó, le ha cambiado el semblante. Bien, ahora, habiendo terminado con aquello, hay algo más que debo hacer.  

Me acerco a mi mentora, hay algo con lo que quiero bromearla. 

-¿No crees que Rondo te mira mucho últimamente? 

Dije con sonrisa picara e insinuadora. 

-¿!Qué, de que estás hablando!? 

Responde mi mentora sonrojada y sorprendida. Le insisto con lo mismo hasta sacarla un poco de sus casillas. 

-¿He, que pasa de que tanto hablan? 

Es Rondo el que pregunta al vernos discutir como dos niños pequeños. 

-¡Nada!, no es nada importante. 

Contesta enseguida mi mentora. 

El hombre peludo y de proporciones enormes la mira fijamente, a pesar de su tamaño luce como un tierno cachorrito, que lleno de lealtad mira con amor a su ama. 

-¡Hay que lindo!, ¡Tan mono! 

Le susurro a ella en tono de burla y no pierdo oportunidad para volver a molestarla golpeando sus costillas con mi codo, ella enseguida reacciona volviéndose a poner rojísima, y es entonces que la empujó a los brazos de Rondo. 

-Cuidado Trea. 

Dice Rondo sujetándola sutilmente de la cintura con sus regordetes dedos, ambos cruzan sus miradas y se separan rápidamente, mi mentora carraspea la garganta y grita. 

-¡Muy bien, todo el mundo a alistarse, el sol ya salió, entre más tiempo pase, menos las posibilidades de encontrar vivas a las jovencitas y entre menos chicas vivas rescatemos, menos paga! 

Todos somos aventureros y días atrás un pueblo nos había contratado directamente a nosotros, para arrancar a casi cincuenta doncellas secuestradas de las garras de una secta. Un trabajo fácil y de buena recompensa pensamos todos. Aunque pronto supimos que tendríamos que atravesar casi medio país. La secta se había movido hasta su templo principal ubicado en una ciudad fronteriza del sur, en donde por supuesto tiene más que solo monjes a su disposición. Algunos del grupo se quisieron retractar, pero era muy tarde, nuestra palabra ya había sido dada y no hay nada más importante que la palabra de un aventurero, ya que sin nuestra palabra no somos nada, puede que hasta incluso podamos ser expulsados del gremio de aventureros si incumplimos en ella. 

Un rato después de lo dicho por nuestra líder terminamos de alistarnos y Octaviano se apresura para extinguir lo que queda de la fogata. El tampoco le quita la mirada de encima a mi mentora. A pesar de solo conocerlo desde hace unos meses puedo asegurar que aparte de ser un gran mago conjurador, también es un buen hombre. 

Y no solo el y Rondo tienen los ojos puestos sobre mi mentora, si no que también Arcano y otros dos jóvenes de nuestro grupo, que no le pierden para nada el rastro. 

Los nombres de esos jóvenes son Drake, un rubio musculoso no muy agraciado y de piel parecida a la del interior de un pan recién horneado y Wade no tan musculoso como el primero, pero dueño de un rostro que parece haber sido esculpido por los dioses, con un refulgente cabello oscuro que carga hasta sus hombros y contrario a su amigo, este joven es dueño de una notoria piel bronceada.  

Pero volviendo a con lo de Trea mi mentora, es una lástima para los demás hombres, ya que hasta donde yo he descubierto, ella solo tiene ojos para Rondo, recuerdo cómo semanas atrás ella en verdad me sorprendió, la descubrí espiando a Rondo, mientras esté se aseaba desnudo junto a un río, no dije nada y me aleje del lugar, habría sido demasiado vergonzoso para ella y más por qué tenía la cara colorada y la respiración entre cortada. 

Algo más a destacar sobre mi mentora es su prominente estatura y amplia musculatura, simplemente basta con decir que ella es más alta que yo y eso que a mi es imposible que me digan bajito con mis casi metro ochenta y cinco de altura. Del físico ni hablar, sus músculos son más grandes que los míos y aún con toda esa ropa de lana y armadura de cuero que siempre carga, consigue mantener un toque femenino. Y algo más notorio aun, es que a pesar de tener múltiples cicatrices dispersas por su cara, logra mantener cierto atractivo, en pocas palabras es una mujer agradable por dónde sea a la vista de cualquier varón. Pero inclusive con su altura y musculatura ella luce enclenque y menuda cuando está cerca de Rondo. 

Pero que veo, es Arcano bajando sus pantalones a la orilla del risco, parece que ha seguido mi consejo y finalmente ha podido acudir al llamado de la naturaleza, bien por el. Pero hay algo que no pude evitar observar y ahora entiendo por qué las mujeres que se acuestan con Arcano, siempre le ruegan a qué se quede con ellas. Está bien dotado el hombre, bueno a decir verdad yo tampoco no tengo nada que envidiarle, si pudiéramos compararnos diría que casi vamos a la par. Lo que si podría envidiarle seria la maravillosa soltura que tiene frente a las damas, eso sí es algo de lo que yo carezco. 

Dejando mis desvaríos a un lado y volviendo al tema, hemos subido a nuestras monturas para ir montaña abajo y avanzar a paso veloz. Conforme bajamos la llovizna se dispersa hasta desaparecer, el aire se vuelve caliente y se hace más denso, las plantas van perdiendo su brillo que es remplazado por un color opaco y carente de vigor. Finalmente llegamos a un paraje que me atrevería a nombrar llano y absolutamente dorado debido a su vegetación marchita, debe ser por la estación del año o tal vez simplemente así sea este lugar, la verdad que no lo sé, es la primera que vez que atravieso estos suelos. 

Pasadas las horas, la tarde nos alcanza y afortunadamente un poblado se vislumbra en el fondo, digo afortunadamente por qué ya estoy arto de dormir a la intemperie, no es que me moleste la naturaleza, pero siendo sincero prefiero mas la comodidad de una cama junto a una buena cobija, que la del lodo a mis espaldas y la de una piedra como almohada. Y mientras me absorto en mis pensamientos un caballo se acerca a mi y escucho. 

-Si todo sale bien en la misión, podremos comprar un buen lugar para poner nuestro restaurante. 

Era mi mentora que cargaba una gran sonrisa en el rostro, en verdad estaba feliz y emocionada, no recordaba desde cuándo no sonreía de esa forma. Su idea era alejarnos de todo peligro y montar nuestro propio restaurante, pero para ser sincero, esa idea no me terminaba de cuajar muy bien. Es que no me puedo imaginar a mi y a mi mentora colgando la espada para blandir una espátula, la simple idea de cambiar los combates para machucar papas, me es inverosímil. Sencillamente no veo como dos combatientes como nosotros dejarían las aventuras para poder estar detrás de una plancha. Me dijo lo del restaurante hace semanas y en un principio creí que tan solo era una broma departe de ella, pero empiezo a creer que habla muy enserio. Eso en verdad es preocupante. ¿!Dónde está el honor y la gloria en terminar el día con la cara y las ropas llenas de grasa!?, Acabar harto de tener que atender a personas fingiéndoles una sonrisa. Entiendo que mi mentora sea una excelente cocinera pero es aún mejor espadachín. Tan solo desperdiciaríamos nuestro talento metidos en un hueco sucio y mantecoso. 

Únicamente le pude asentir ligeramente con la cabeza y soltarle una sonrisa de mala gana mientras mi mentora satisfecha me adelantaba el camino, a la par que yo disminuía la marcha sumido en mis pensamientos hasta toparme con Arcano. 

Pero que hace él hasta aquí atrás, si generalmente está siempre ansioso de llegar a un nuevo poblado y conocer a cuántas chicas se le pongan enfrente, además ahí tiene esa cara de enfermo colgada de nuevo, ¡Pero si ya ha cagado! 

-¡Hay que acelerar el paso, ya casi llegamos!, me muero por un tragó. 

Dijo Johanna, que estaba delante nuestro, una guerrera que usa una delgada espada como arma, bueno a decir verdad, aún no he tenido oportunidad de verla en combate, pero siempre carga con esa pequeña espada. Su complexión es sutil y tiene facciones agradables. Ella y su hermana Iohanna que es una maga especializada en curación, defensa y otras cosas más, se unieron a nosotros dos semanas atrás, un poco antes de tomar la misión de las doncellas y con esas dos hermanas completamos nuestro grupo de diez integrantes. 

Vaya que la chica tiene prisa nos ha dejado atrás a todos, pero para conseguir aquello azoto con dureza a su caballo, no debería tratar así a su animal tan solo por un trago. 

Mmmm delante de nosotros se vislumbraba un puñado de montículos rocosos que atraviesan nuestro camino.  

¿Que es esa cosa?, Parece un hombre pidiendo ayuda, Johanna se ha detenido para escuchar al hombre. 

-¡!Nooo que haces!! 

Es mi mentora que grita mientras acelera el paso, mierda Johanna ha caído del caballo y aquel desgraciado lo ha montado, ¡hijo de puta, parece que el pie de ella se ha atorado en una de las cuerdas y él bandido la arrastra por los suelos! He tomado mi ballesta, tan solo me quedan tres tiros, espero no fallar, mi puntería no es la mejor a decir verdad. 

Serán tal vez cuarenta y tantos metros de distancia, de acuerdo relájate, respira profundo y enfócate, ¡Bien le he dado en un hombro y ha caído!, mi intención era darle a la cabeza, pero igual a funcionado… ¡eso es revuélcate del dolor maldito!, Con un demonio, el caballo no para, bien intentaré acertar a la cuerda para liberar a Johanna. ¡Nooo!, Esta bien, está bien, aún tengo un tiro. 

-¡Alto, no dispares! 

He, es Iohanna la hermana, su capucha se ha levantado por el viento que nos golpea de frente, con una mano sostiene las riendas de la montura y con la otra su báculo mágico. Vaya debido a que nunca le había podido ver bien la cara, jamás había notado que son hermanas gemelas, su rostro revela gran preocupación. Pronuncia algo, ha ya veo hará un hechizo sobre mi, por lo que escucho, supongo que mejorara mi precisión. 

Vuelvo a apuntar y respiro profundo. 

Pero que es esto, es como si supiera exactamente dónde caerá la flecha, ¡Le he dado, he roto la cuerda!, Quién diría que un hechizo así podría resultar tan útil. 

El maldito bandido se ha levantado y parece haber sacado una especie de daga, eso no será nada para mí mentora que se aproxima a toda prisa. Le ha cortado la cabeza de un solo tajo que ha rodado por la tierra, el desgraciado tenía escondida una pequeña ballesta bajo su manga, aún así no le fue difícil esquivar el tiro a mi mentora. Mmm ya entiendo, con esa arma oculta es como derribo a Johanna” 

Hemos llegado con ella y enseguida su hermana le efectúa un hechizo de curación, menos mal que la flecha se le incrustó aún costado cerca de sus costillas y no en algún otro punto vital, además a pesar delas heridas causadas por el arrastre, dentro de poco estará casi como nueva, pero he ahí la importancia de tener una buena armadura, si no es de acero o de hierro al menos hay que asegurarse que si se va optar por usar una armadura de cuero, hay que asegurarse que mínimo sea de cuero endurecido. 

Que es ese ruido, mierda más bandidos, salen de entre los grandes montículos que están delante de nosotros, deben ser más de veinte, seguramente sean los secuaces de aquel otro que yace sin cabeza. 

Desenfundo mi espada al igual que Rondo y mi mentora, y les indico con la mano a Drake y a Wade que ya habían bajado de sus caballos que con nosotros tres basta para acabar rápido con ellos. 

-¡Aaaaaa!, ¡No, no, nooo! 

Es Iohanna ¿Pero que pasa? ¿Por qué grita tanto?, Oh mierda… ya veo, la flecha estaba envenenada, ni si quiera con su magia de curación pudo salvarla.  

“!Esos bastardos, la van a pagar!” 

-¡¡Ellos son míos!! 

Vaya grito que ha lanzado la hermana y su rostro ahora tiene un cierto aspecto tétrico. Aún así no importa que tan ruda pueda verse, no conseguirá más que acabar con un par de esos hombres y el resto se encargarán de masacrarla. 

-Esta bien no te preocupes nosotros nos encargaremos por ti. 

Dijo mi mentora y estoy de acuerdo con ella, puedo imaginar lo que Iohanna siente, pero la conmoción no la deja pensar bien, o tal vez si y está buscando una muerte rápida para aliviar su sufrimiento. 

-Antiguos espíritus de fuego, con su infinita sabiduría depositen en mi la flama redentora, para traer sobre aquellos pecadores el abrasador castigó del que son merecedores. 

¿Pero que ha sido aquello?, ¿Acaso eso fue algún conjuro de fuego?, He, esta luz de dónde viene. ¡Es la primera vez que veo algo como esto!, ¡Una lluvia de fuego cae sobre los bandidos! El calor es intenso, la energía que irradia puedo sentirla desde donde estoy y la imagen de sus cuerpos envueltos en llamas es brutal, pero es aún más brutal escuchar sus gritos cargados de una punzante agonía y de un dolor insoportable. Los demás, están igual de mudos que yo de la sorpresa. Aunque admito que a diferencia de ellos, yo encuentro cierta satisfacción al ver a los bandidos retorcerse mientras se chamuscan, en mis ojos se reflejan las llamas y me parece que ese destino es ideal para hombres así. ¿A cuántos inocentes habrán asesinado de las formas más sádicas?, ¿a cuántas jovencitas habrán violado entre todos hasta la muerte?, ¿a cuantas familias habrán destrozado? Y quien sabe que tantos más actos barbáricos habrán realizado. 

Observamos incrédulos a Iohanna, me parece verle una expresión de satisfacción en el rostro. Se desvanece, Rondo a soltado su mazo de púas para no permitir que la joven se golpee contra el suelo, supongo que ella gasto todo su Prana o energía vital (es lo mismo) en ese hechizo de gran calibre. Pero lo que más me ha sorprendido de todo esto, es el echó de que Arcano ni si quiera se bajase de su caballo. Lo veo incluso hasta más pálido que de costumbre, pareciera que está apunto de orinarse en los pantalones. 
 




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