Monte Cristo: El Inicio Del Carnaval

EN LA CARRETERA

EN LA CARRETERA

1

Estado de Chiapas, México 2005

Hacia un calor insoportable y para ser otoño, eso ya era bastante extraño.

La carretera se hacía cada vez más larga, como si estuviera empeñada en no acabarse y volver loco a los viajeros. Para colmo, el aire acondicionado de la camioneta Nissan patrol de Santiago no servía y lo único rescatable de esa vieja camioneta era el reproductor de música que reproducía una canción llamada Sweet Home Alabama de Lynyrd Skynyrd.

Zoé movía la cabeza al son de la música y chasqueaba los dedos.

—¿Oye, podrías bajarle el volumen a esa cosa? o ¿escuchar algo mas nacional? —Preguntó Ricardo con tono molesto desde el asiento trasero, detrás de Santiago. Zoé volteó a ver a Ricardo, levantó la ceja derecha y luego subió el volumen del reproductor; después de esto siguió chasqueando los dedos. Santiago empezó a reír y Ricardo dio un suspiro de frustración llevándose las manos a la cabeza.  

—Oye ¿podrías decirle a tu hermana que apague esa cosa? —preguntó Ricardo a Abigail, la chica que tenía al lado, pero esta no lo volteó a ver, estaba mirando hacia la ventana. Veía como se perdía el paisaje lleno de árboles y postes chuecos calvados en el pasto, pero en su mirada había seriedad y tristeza a la vez.

—Oye ¿me escuchas? —preguntó con tono de enojo a Abigail poniendo la mano derecha sobre su hombro, pero en un movimiento rápido se la araño.

Este se echó hacia atrás.

—¿Qué te sucede? —preguntó asustado y molesto.

Abigail lo miró con unos ojos color verde, que serían atractivos en cualquier otra chica según él, pero en ella era diferente. Era algo que parecía querer entrar en su alma y hacerlo pedazos.

Zoé apagó el reproductor y volteó a ver al asiento trasero con una mirada molesta.

—Déjala en paz —le ordenó a Ricardo.

—Pero ella… —intentó explicarse, pero esta le hizo una seña con el dedo en su boca de que se callara.

Ricardo exhalaba aire muy fuerte y unas lágrimas se deslizaban por su mejilla. Volteó a ver Abigail lentamente, apoyando la mano izquierda sobre la derecha, viendo como esta miraba en silencio por la ventana. Preguntándose ¿Qué diablos fue eso?   

 

2

El resto del camino todo estaba en incomodo silencio hasta que llegaron a una gasolinera que tenía al lado una tienda. Santiago se estacionó a un lado del distribuidor de gasolina.

Se bajaron Zoé, Ricardo y el, quedando solamente Abigail dentro del auto con la cabeza pegada al cristal.

Al entrar a la pequeña tienda sintieron el fresco que producía el aire acondicionado dentro de ella. Ricardo buscó chucherías en uno de los estantes mientras que Zoé observaba los refrigeradores y Santiago se acercaba a la caja.

Zoé caminó por toda la fila de refrigeradores, pero eso no era lo que quería, observaba sobre el vidrio empañado a Ricardo. Nunca le había agradado mucho, quizá nada, ya sea por su manera de hablar con las personas, o por a veces abrir la boca y decir “un mal chiste” en el momento más inoportuno y con lo que pasó en la camioneta, tenía otro motivo para detestarlo. No sabía nada y si lo supiera quizá no molestaría ¿o sí? ¿en qué forma lo haría? ¿contar lo que se supone es un secreto?, eso la carcomía por dentro.

Pasó su cabello oscuro y lacio detrás de la oreja y observó que estaba más cerca de Ricardo, era su oportunidad. Dio media vuelta y ser acercó rápidamente a él levantando ligeramente la cabeza sobre las barras donde estaban exhibidos los dulces y las frituras.

—El me invitó —dijo Ricardo. Zoé se paralizo, una gota de sudor frio bajaba por su mejilla. Era obvio que iba a hablar con él, pero ¿era tan obvio lo que ella pensaba? Se preguntó a sí misma—. Lo que tu hagas no me interesa, estoy aquí por él.

—Solo te pido que no molestes a mi hermana —dijo en voz baja mientras miraba un empaque de galletas.

—Es con quien menos quiero estar —exclamó Ricardo

—Eres un…

—Zoé —grito Santiago, que se encontraba al fondo—. Iré a la camioneta, los espero —dijo pausadamente

—Sí —exclamó Zoé.

Hubo un incómodo silencio que, si bien fueron segundos, parecían horas.




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