Espero que baje y no me deje tirado, y bueno si lo hace a lo mejor es bueno, eso me demostraría que no tengo ninguna opción con ella, y podría intentar pasar página. Además esto ni ha sido idea mía, sino de Max y sorprendentemente de Candela Emerson.
Miro la noche mientras espero que baje, no creo que haya hecho falta que firmase la nota para que supiese que soy yo, creo que soy el único que la ha puesto un mote, algo absurdo pero acertado, al menos a mi parecer.
- ¿Russell?- escucho su suave voz y me giro.- ¿Qué necesitas?
- ¿Te sientas?
- ¿En el césped?- puedo ver su sonrisa.
- Si Moonlight, en el césped.
- Vale me siento.
Su pelo suelto en ondas es movido por la pequeña brisa que hay esta noche, sus ojos de color miel brillan mientras mira la luna y luego se sienta a mi lado, en el césped.
- Ahora, ¿me dirás que hacemos aquí?
- ¿Qué quieres hacer?- ella no me mira y yo no puedo despegar la vista de ella.
- No sé.- sus hoyuelos se hacen presente.- Eres tu quien me ha citado aquí, lo justo es que tu me dijeses que vamos a hacer.
- Te gusta ponerme en apuros.- ella por fin me mira antes de reír.
- ¿Yo? Te pones en apuros tu solo, ¿no has sido tú quien esta mañana se ha acercado a mi?- asiento.- ¿Y no eres tú él que me ha dicho de venir aquí esta noche?- vuelvo a asentir.- Entonces, ¿qué hacemos Russell?- me encanta como pronuncia mi nombre y no sé que tan bueno sea eso.
Me quedo mudo, no puedo hablar mientras ella me mira con inocencia, es tan bella, todo en ella es tan perfecto que no puedo ni hablar, no me siento en disposición de hacerlo, no creo ni siquiera que tenga el permiso para ello. Todo con ella debe de hacerse perfecto, no porque crea que vaya a juzgarme, sino porque siento la necesidad de que todo, absolutamente todo sea perfecto con ella, sino no me siento bien conmigo mismo.
- ¿Russell? Seguirás mirándome o me contestarás.- su sonrisa me despista de la pregunta por unos segundos pero al final acabo reaccionando.
- Te contesto.- digo como un tonto.- ¿Miramos las estrellas?
- ¿Solo?- asiento.- No me gusta estar callada, cuéntame algo.- dice antes de acostarse sobre el césped y mirar el cielo nocturno.
- ¿Qué quiere que te cuente?
Me acuesto a su lado, esperando la respuesta que ella parece estar pensando. Mira la noche y no me mira a mi pero eso me ayuda a poder mirar su perfil, ha poder admirarla en silencio sin sentir que alguno de los hombres Emerson pudiese juzgarme, ni intentar golpearme por estar con la princesa mayor.
- No sé.- se ríe bajito.- ¿Cómo te ha ido en la universidad?
- Me ha ido bien, han sido años agradables en lo que conocí a mucha gente y en los que hice maravillosas amistades como la que tengo con Max.- sonrío recordando como lo conocí.
- Desde que llegasteis me he preguntado como os conocisteis y como os hicisteis amigos, parecéis ser tan diferentes que se me hace muy raro que pudiesen congeniar.- ella gira su cabeza, mirándome directamente a los ojos.- Cuéntame como os hicisteis amigos.- me pide con amabilidad.
- ¿En serio?- ella asiente.
Andrómeda vuelve a dejar de mirarme para volver a mirar las estrellas, esperando paciente a que yo decida contarle la historia de como Max y yo nos hicimos amigos, no creo que tenga nada de especial, pero si es lo que quiere, pues yo se la cuento.
- Nos conocimos el primer día de universidad.- ella sonríe al ver que le hago caso.- ¿Sabes que hice la universidad en otro estado?- ella asiente.- Bueno, resulta que Max era mi compañero de cuarto, y al principio no nos soportábamos, eramos como dices tú, muy diferentes para ser amigos. Yo era fiestero, él era mucho más estudioso, él es tranquilo y yo soy más movido, pero una noche decidí que teníamos que salir los dos juntos.- hago una pausa.- Íbamos a pasar cuatro años juntos, en la misma habitación y no podíamos ser unos completos extraños.
- Algo me dice que está por pasar algo malo.- tiene buena intuición.
- Pasó algo malo, estábamos tranquilamente bebiendo cuando unos chicos de último que me conocían se me acercaron y preguntaron “ ¿qué haces con un maricón?” - recuerdo que sentí mucha ira al escuchar el tono despectivo de su voz.- Yo estaba confuso, no sabía quien era gay y porque serlo era tan malo como lo hacían ver.- ella asiente, como si estuviese recordando algo.- Luego ellos volvieron a hablar el ver que yo no decía nada “¿sabes que los maricones están enfermos? Deberías alejarte de ellos, o ¿acaso tú también eres maricón?”, la verdad es que empecé a cabrearme por el tono que utilizaban y pregunté quien era gay.
- Vaya mierda de tíos.- hace una mueca de desagrado.
- Cuando iban a contestar Max se adelantó y dijo “Soy bisexual no maricón, simios de mierda.” supe en ese momento que lo iban a golpear, y yo no quería que lo hiciesen, por nada, no por no ser hetero merecía ese desprecio, así que esa noche acabé metido en mi primera pelea de universidad.
- Yo recuerdo la primera mía.- se ríe.
- Cuando yo termine, te toca a ti contar eso Moonlight, no me esperaba que tú peleases.
- Pues lo hice, ahora por favor, termina.- me sonríe antes de volver a mirar el cielo.
- Otros mayores nos separaron y luego Max me llevó al hospital para que me curasen las heridas, desde entonces somos amigos.- ella asiente.- Te toca.