Busco el escondite de la casa, todas las propiedades que pertenecen a mamá tienen uno. A mi madre siempre le ha encantado relajarse sola y pensar bien las cosas antes de hablar, por eso todas las casas poseen un lugar al que pueda huir y pensar en soledad. Ahora ella no lo hace por lo que puda pasar, nunca se sabe cuando su corazón va a decir basta y se parará.
Tras veinte minutos logro encontrar el dichoso lugar, este si que estaba escondido. Es un altillo, o desván no sé creo que se le llama de la misma forma.
Es bastante pequeño, y los techos son muy bajos, creo que la única que no se sentiría incómoda sería Cloe, es la más bajita de todos los que nos encontramos en la casa.
Lloro en silencio, no entiendo porque ella no me contó lo que pasó, solo se distanció. Ella siempre tenía alguna escusa para no hablar, y yo pensaba que había hecho algo mal, que estaba enfadada por algo que yo había dicho o hecho, y resulta que se distanció por vergüenza. Yo nunca a juzgaría, y si hubiese sido real que le hubiese puesto los cuernos a la porquería de novio que tenía, hubiese escuchado su versión, hubiese intentado intentar que la llevó a ponerle los cuernos a su novio. La verdad es que Ethan nunca me agradó y se lo dije varias veces, en su defensa ella también me advirtió del imbécil de mi ex-novio y tampoco le hice caso, supongo que entonces es un empate.
Ahora no solo tengo que pensar en como abordar a mi mejor amiga, no quiero estar enfadada con ella. También tengo que hablar con Russell, ¿por qué jamás me dijo lo que sentía? Bueno, creo que esa respuesta me la sé, soy la mejor amiga de su hermana y cuatro años menor. Cuando él tenía dieciocho yo a penas tenía catorce, un poco ilegal y todo eso. Ahora nuestras edades son más parecidas y mucho menos alarmantes. Yo estoy por cumplir diecinueve, en menos de dos semanas, y Russell cumplió veintitrés en marzo.
Mis padres se llevan mucho más, pero se conocieron siendo adultos por lo que aunque si diferencia de edad sigue siendo notoria y significativa nadie lo ve mal. Recuerdo algunas veces cuando ambos iban a recogerme a la primaria, y algunas mujeres juzgaban a mamá. Papá nunca recibió una mala mirada o un reproche, en cambio mi madre. Recuerdo que solían decirle que había desperdiciado su vida casándose tan joven y teniendo hijos, que no había disfrutado lo suficiente la vida, esas mismas personas son las que están en contra del aborto. Puedo recordar otras tantas no tan lejanas, mi compañera de cuarto en la universidad puso cara de asco cuando los vio, según mi madre es demasiado bonita y joven para un cuarentón. Pero mis padres nunca le han hecho caso a esos comentarios, como ellos dicen “a palabras necias oídos sordos”, ellos son felices y eso es lo que de verdad importa.
Hace unos años yo era muy susceptible a este tipo de críticas, era la única de mis hermanos que las asimilaba todas y creía que debía cambiar para agradar, pero la magia de mamá me hizo comprender que muchos, que la mayoría de ellos, solo dicen las cosas por envidia o para no sentirse tan mal con ellos mismos. Mamá me puso de ejemplo a la madre de una de mis compañeras de primaria que decía que mamá solo estaba con papá por dinero, mientras que la mujer no trabajaba en nada, engañaba al marido con los empleados de la casa y con amigos de su esposo y vivía del dinero del esposo y del papá, al final, lo que le decía la señora es en verdad lo que ella hacía y no lo que mamá, que siempre ha trabajado, hacía. Me costó de todas formas asimilarlo pero poco a poco lo conseguí y los comentarios ahora de la gente no me importan en lo más absoluto.
Termino durmiendo mientras que lloro, mañana tendré los ojos hinchados por tanto llorar pero al menos he podido pensar, tranquila sin presiones de nadie y eso es lo que cuenta.
Me despierto sin saber que hora es, no hay luz aquí, ni una misera ventana por la que saber si ha o no amanecido, solo la lampara que encendí anoche para no dormir completamente a oscuras, no me gusta mucho la oscuridad.
Me estiro todo lo que puedo sintiendo mis huesos crujir y mis músculos doler. He dormido de la forma más incómoda en la que puede dormir una persona alta completamente enrollada sobre si misma para caber en este enano lugar, mi madre ya podría haberlo ampliado.
Salgo del lugar con mucho cuidado todavía crujiendo varias partes de mi cuerpo, en definitiva, la próxima vez que necesite pensar en esta casa me iré a dar un pase, no vuelvo ahí arriba ni loca.
En la cocina ya están todos. Cloe y su hermano evitan mi mirada, par de cobardes. Ellos creen que son súper diferentes, en si son diferentes pero también tienen muchas similitudes, cosas de hermanos supongo.
- Cloe, tenemos que hablar.
- Estoy desayunando.- dice nerviosa.
- Vamos a hablar antes de desayunar.- utilizo un tono de voz parecido al de mamá para que no vuelva a reprochar.
Salgo de la casa hacia la hamaca, no sé que tiene ese lugar para que todos acabemos allí hablando de temas serios. Supongo que es porque todos sabe que si estás ahí no tienes que interrumpir la conversación o yo que sé.
Me siento esperando a mi mejor amiga que tarda a penas unos segundos en hacer exactamente lo mismo que yo pero sin mirarme, prefiere mirar el árbol que tenemos enfrente antes que enfrentarme a mí.
- Cloe.
- Lo siento, de verdad.- comienza a llorar.- Pensé que de saberlo te perdería, que te alejarías y creerías igual que todos que soy una zorra, y yo no quiero que tu pienses eso. Me da igual lo que piensen unos cuantos imbéciles pero tu no, yo no puedo con que tú me juzgues como ellos.
- Cloe, yo jamás te hubiese juzgado.- me acerco a ella.- eres mi mejor amiga y te conozco, sé de lo que eres y de lo que no eres capaz de hacer. No me vas a perder, no podrás deshacerte tan fácil de mi.
- Tenía miedo, yo...yo no quería... yo no puedo perder tu amistad.- abrazo a mi mejor amiga.- Me asusté al veros a ti y a Russell, él no me comentó nada y no sabía si iba en serio o solo quería conquistarte par llevarte a su cama, estaba nerviosa y furiosa con él por ello. Pero en vez de enfadarme con mi hermano mayor me enfadé contigo.- solloza.- Yo de verdad lo siento.