Moonlight

Capítulo 13

Una oportunidad, ella me dio una oportunidad. Creí que después de hablar con mi hermana, de verlas tan sonrientes al volver a la cocina y luego tan seria para dirigirse a mi, todo había acabado antes de siquiera haber comenzado.

No pienso cagarla, no ahora que tengo una buena oportunidad para conquistarla sin que nadie se interponga o juzguen mi relación. Pienso hacerlo bien, aunque jamás haya tenido una relación, tengo un mejor amigo que si las ha tenido y que sabe bien como va todo.

Observo desde lejos las curvas de Andrómeda, que está bañándose en la playa con su hermana menor y con la mía. Si te fijas un poco mejor puedes ver más diferencias entre ambas, además de lo obvio. Candela tiene curvas más pronunciadas mientras que las de Andrómeda son más sutiles. Los hombros de Andrómeda son ligeramente más anchos que los de Candela. Y bueno, tienen personalidades bastantes opuestas. Mientras que Andrómeda es toda sonrisas y alegría, Candela es... tímida, seria y fría.

- Russell.- me giro al escuchar la voz de Einar, quien va acompañado de mi mejor amigo.

Einar y Max se sientan, uno a cada lado mío. Al principio ninguno de los dos me mira, sino que ambos se centran en las tres chicas que se divierten en el agua.

- Einar.- lo saludo de la misma forma en la que él me ha saludado.

- Max.- los dos miramos a mi amigo.- Ya que ninguno me saluda, ya me saludo yo solo.- nos reímos de su pequeña broma.- Anda Einar, dile.- miro al hijo pequeño de los Emerson.

- Desconfío de ti, exactamente igual que desconfío de cualquier hombre que se acerque a mis hermanas.- declara.- Cande y Eda ya han sufrido lo suficiente con sus relaciones pasadas y no quiero, me niego a que les vuelva a pasar algo parecido.- su mirada intensa casi me hace retroceder.- Pero voy a concederte el don de la duda, a la primera que Eda llore se acabó, ¿me expliqué?

- Lo hiciste Einar.- declaro sintiéndome pequeño con él.

- Sé que suena extremista, que parece que odio a toda la población masculina menos a mi, a mi padre y a mis tíos pero no quiero volver a verlas llorar por imbéciles.- las mira.- Mamá no quiere que golpee a nadie, pero esos...- le recorre un escalofrío.- eso gilipollas no entienden ni entenderán jamás las palabras, pero los golpes los entienden de maravilla así que no dudaré en darme de golpes contigo si resultas ser tan idiota como ellos.

- ¿Tan mal lo pasaron?

- De Cande no puedo decirte nada, y Andrómeda creo que ya te contó lo imbécil que era su ex-novio y como acabó la última vez que ambos no vimos.- asiento.- Tengo confianza en que tu seas el hombre que trate a mi hermana como merece, no me decepciones.

Einar se levanta sin esperar una respuesta y se va con las tres chicas a divertirse. Ya ha dicho lo que tenía que decir, ya me ha dado la advertencia que esperaba que me diese, y ahora si que puedo empezar a conquistar de la mejor manera a Andrómeda, solo espero que todo vaya bien y no cagarla por la inexperiencia.

Antes de meterme a la playa reviso mi teléfono, tengo un mensaje de mi madre avisando de que mi hermana mayor vendrá a visitarnos esta tarde. Tengo ganas de verla a ella, a mi cuñado y mis pequeños sobrinos.

A la hora de comer todos estamos agotados y muertos de hambre, por eso cuando dejan la comida en la mesa ninguno tarde en atacarla y terminamos de comer en pocos minutos. Hemos estado toda la mañana jugando al voley playa y bañándonos. Era imposible no tener hambre y sed, porque el agua salada poca sed quita.

Al terminar de comer todos nos sentamos en el sofá y tras breves minutos acabamos por quedarnos dormidos. Ni siquiera me doy cuenta de cuando Andrómeda apoya su cabeza en mi hombro y abraza mi brazo como si fuese un oso de peluche.

Uno saltos en mi regazo me despiertan de la pequeña siesta que estaba teniendo. Al abrir los ojos, primero la luz de la tarde me molesta, luego, al acostumbrarme veo al pequeño bicho que salta encima de mi, mi sobrino.

- TITO.- grita el niño despertando a Andrómeda.

- Hola Caín, ¿cómo estás?

- Supe...- dice con su voz de niño pequeño.- ¿Es tu amiga?

- Andrómeda.- se presenta ella.

- Tienes un nombre etaño.

- ¿Lo tengo? Pero mola.- ambos se ríen.

Mi hermana llega a los pocos segundos con mi sobrina en brazos y con mi cuñado detrás de ella. Creo que no hay hombre sobre la Tierra que ame más a mi hermana, al principio eso me daba celos, ahora no puedo alegrarme más por ese hecho.

- Hola Andrómeda.

- Hola Marissa.- le sonríe.

- Estás súper crecida, la última vez que te vi tenías doce años.- se ríe mi hermana.

- ¿De qué me suena su cara?- dice mi cuñado de repente, analizándola.- Ya sé.

- ¿Por qué gritas cielo?

- Perdón, me emocioné.- se ríe.- Ella es la escritora del cuento infantil preferido de Caín.

- Ya lo sé.- le dice mi hermana.

Me giro de inmediato a ver a Andrómeda, que no lo niega, tampoco dice nada. Ella permanece en silencio, con la cara completamente roja por la vergüenza. Creo que no es que quiera negar nada es que está avergonzada, aunque no entiendo porque. Los libros infantiles, a mi parecer son los más complicados de hacer. Entretener a un niño pequeño es realmente difícil, y si es mi sobrino es todavía más complicado.

- Te adoro.

- ¿A mí?- parece estar presa del pánico, y a mi toda la situación me parece muy cómica.




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