Capítulo 24

No sabía cuanto apreciaba a mi mejor amigo hasta que he pasado de verlo todos los días a solo poder hablar con él por teléfono. Tampoco me había dado del gran apoyo que es, ahora voy por mi casa triste y con ganas de desaparecer. Soy una persona sociable pero mi único amigo de verdad era Max. Ahora echo de menos a dos personas y entiendo a mi hermana al tener una relación a distancia con su mejor amiga.

No sé nada de Andrómeda, parece que ella le ha prohibido a mi hermana decirme como está y Max siempre me cambia de tema cuando pregunto por ella, estoy comenzando a desesperarme. Pienso esperarla y quiero saber como está, no creo que esté pidiendo cosas muy complicadas.

– Cada vez te ves peor.- miro a mi cuñado con mala cara.- No me mires así.

– Tu no lo entiendes.

– Puede, tu hermana y yo no nos separamos como vosotros.- dice mirándola con amor, le tengo envidia.

– Yo lo entiendo un poco.- dice mi hermana pasándome la ensalada.- Ellas tiene un algo, no sé el que pero atrae y te hace extrañarlas, mira a mamá o a Cloe.- las señala.- Todos aquí las echan de menos pero estoy segura de que están bien.

– Son mujeres fuertes.- interrumpe mi madre.- Pero Alfred parecía serio en sus amenazas.

Eso es otra cosa que me preocupa, no parece que Alfred vaya en contra de Jackson o Einar, este último fue una victima inocente, y tampoco parece ir en contra de Candela, parece que se ha cebado especialmente con Eleanor y Andrómeda y eso me tiene peor. Sé que Andrómeda es desconfiada al igual que sé que confía en mí, se está alejando para protegerme de Alfred.

– A mi me preocupa la salud mental de Candela.- dice mi madre de repente.

Todos miramos a mi padre confusos, si que es cierto que Candela no está bien, parece que le pasó algo fuerte y que todavía lidia con ello, pero no entiendo bien porque le preocupa más ella que las otras dos mujeres.

– Tu sabes perfectamente como es Eleanor con sus hermanos.- mi madre asiente.- Candela parece repetir el patrón.- mamá asiente comprendiendo.- Puede, y esperemos que no, pero puede que Eleanor y Andrómeda sean dañadas físicamente, sin embargo mentalmente quien peor lo va a pasar va a ser Candela.

– Esperemos que no les pase nada a ninguna.- digo con un nudo en la garganta.

– Eleanor incrementó la seguridad alrededor de toda su familia.- me avisa mi hermana.- Andrómeda me lo dijo hace unos días.- me sonríe con traquilidad.

Me levanto de la mesa y dejo los platos en el fregadero. Hoy me voy a la empresa con mi padre, está enseñándome todo, como estoy distraído necesito más tiempo del normal para adaptarme, a pesar de mis buenas notas y mi excelente trabajo de fin de grado.

Trabajar en la empresa de mi tío me distrae, mantiene mi cabeza ocupada en algo más que no sea Andrómeda, aunque al final del día siempre acabo pensando en ella y en que estará haciendo.

– Hablé ayer con Eleanor.- me dice mi padre mientras conduce.- Andrómeda te echa de menos, pero quiere tenerte lejos.

– Para protegerme.

– Ellas siempre buscan la forma de no involucrar a terceros en sus problemas.

– ¿Y Max?

– Saben que a él no le va a pasar nada, tú eres la vía perfecta para hacerle daño a Andrómeda y de paso a Eleanor.

– Todo es muy complicado.

– Parece que están marcados por la tragedia.- suspira.- Solo espero que no se repitan los acontecimientos de hace unos años.

– ¿Qué pasaría si se repitiesen?- digo al desconocer la historia.

– Eleanor sería asesinada.- lo miro sorprendido.- Esperemos que esta pesadilla pase rápido, no quiero que les pase nada a ellas y no quiero veros mal a ti, a tu hermana y a tu madre.

– ¿Por qué asesinada?

– Porque Alfred parece estar tan desquiciado como su hijo y él casi acaba con la vida de Eleanor.- asiento.

Miro el techo de mi cuarto esperando alguna noticia que sé no va a llegar. Cada día estoy más desesperado. Hace más de dos semanas que Max se mudó a Alemania y hace más de un mes que no tengo noticias de ella, solo sé que está bien. Me alegro de que esté bien pero necesito más, quiero más, bien es una palabra demasiado ambigua.

Mi teléfono suena con una notificación, un número que no conozco me ha mandado un mensaje de texto. Me incorporo y lo leo.

Desconocido: Soy Einar.

Desconocido: Sé que muchos te están diciendo que Eda está bien, y bueno… no es del todo mentira.

Desconocido: No está genial pero tampoco está mal, te echa de menos. Sé que ella confiaba en ti, dice que tiene problemas de confianza y que no sabe identificar cuando alguien está a su lado de forma genuina y cuales porque quieren algo de ella. La verdad es que si sabe hacerlo, solo que no sé da cuenta a veces ni de sus propios pensamientos, es demasiado despistada.

Desconocido: No sé si mi hermana te ama, casi podría asegurar que lo hace, sino no tendría sentido que te alejase. Te está protegiendo del desastre que ahora mismo es mi familia.

Desconocido: En mi casa ahora mismo se respira tensión, mamá está siempre pendiente más que de normal y temo que obligue a Eda a tomarse un año sabático de la universidad en lo que resuelve todo el lío de Alfred. Intentaré que se calme, no quiero que cometa una locura.

Desconocido: Puedes hablarme si quieres saber algo de ella. Intentaré contarte todo lo que pueda.