Moonlight Serenade

¿Porqué no lo haces bien? (Why don´t you do right?) Segunda parte

Durante todo el viernes Maia estuvo encerrada sin querer encontrarse con nadie, el único momento en que salió del cuarto fue cuando decidió ir a la tienda para comprar algo de comer para no ir a la cafetería. Durante ese tiempo se dedicó a investigar el modo en que podía llegar a la dirección que estaba escrita en las cartas, así que encontró una ruta fácil que siguió al día siguiente.

El sábado después de desayunar y de mentirle a las chicas que había quedado con su compañera en practicar, se dirigió a la estación del metro más cercana que había encontrado en internet, al igual gracias a las páginas web que había encontrado fue que logró comprar sin ningún problema la tarjeta para poder pagar la entrada. El metro era igual que en la ciudad de México y con la ayuda de todos los letreros que estaban tanto en coreano como en inglés no se perdió durante el trayecto, lo único que le llamó la atención eran las puertas de cristal que dividía la parte de los rieles y el andén.

Se tardó menos de cuarenta minutos en llegar a su destino. Al salir de la estación del metro empezó a caminar hacia donde el mapa, que había descargado, la orientaba. Esa zona era diferente a la que se encontraba cerca de la academia y el dormitorio ya que este lugar eran más viviendas familiares, es decir eran casas y no tantos edificios, al igual esa zona se veía menos moderna y todo parecía estar más junto. Mientras más caminaba la calle comenzó a volverse una pendiente que subía por lo que fue más lento para no cansarse mientras buscaba el número 591.

Por un momento Maia se espantó que fuera hacia el lado contrario y que los números fueran equivocados, ya que algunas de las casas no tenían numeración, pero al ver pasar la casa con el número 230, supe que iba bien. Caminó hasta llegar al número correspondiente y se detuvo enfrente de una puerta azul que tenía el número 591 sobre ella. Está correspondía a una estrecha casa de tres pisos y que se encontraba todavía en construcción.

Maia se quedó un rato para tomar valentía, después de calmarse un poco tocó el timbre y esperó, pero nadie salió. Volvió a tocar pero de nuevo nadie le abrió, después de un tiempo decidió sentarse un rato a esperar si alguien llegaba, para matar el tiempo se puso sus audífonos para escuchar música, mientras de vez en cuando miraba el reloj para ver cuánto tiempo había pasado.

Transcurrido una hora fue que tomó la decisión de irse y regresar otro día así se levantó, mientras hacía esto apareció una señora enfrente de ella quien le empezó hablar en coreano, al no saber ese idioma intento decirle con señas y en inglés que buscaba a alguien, pero parecía que sus esfuerzos no eran muy buenos ya que la señora seguía hablándole y diciendo cosas que no entendía.

Para su suerte apareció una chica con cabello corto, negro y con facciones latinas quien venía subiendo, al ver a la pobre chica intentando hablar con la señora, ella se acercó y le habló a la señora en coreano. Después que esta le dijera algunas cosas se volteo a Maia y le dijo en inglés lo que le había dicho la señora:

ella pregunta ¿qué si buscas a alguien?

sicontestó Maia, agradeciendo la ayuda de la extraña. Ella sacó la foto de los dos jóvenes abrazados y se las enseñó— Estoy buscando a este chico que ya ha de ser un señor de unos cuarenta y tantos años más o menos y lo único que tengo es esta direcciónle dio a la chica la cartas y la foto, ella a su vez se las enseñó a la señora explicandole

Después de que la señora negara con su cabeza y le dijera otras cosas la chica se volteó a Maia y le dijo:

Dice que no se acuerda de él, pero ahora quien vive en esta casa está de viaje y no sabe cuándo regresa, pero que de seguro han de saber quien es.

muchas gracias le dijo tanto a la señora cómo a la chica.

La señora con una pequeña reverencia se despidió y siguió su camino calle abajo. Así se quedaron solas las dos chicas.

Muchas gracias le volvió a decir Maiame salvaste, no sé nada de coreano.

No te preocupes, yo estaba igual cuando llegué aquí— le dijo la chica en español, —¿De pura casualidad eres mexicana?,

si, soy Maia, Mucho gusto.

Lo sabía cuando leí tus cartas.Yo soy Rebeca

 ¿Tú también eres mexicana?

Si, soy de Guadalajara y ¿tú?

Soy de la ciudad de México. Muchas gracias, realmente me has salvado la vida.

No hay ningún problema, te vi un poco apurada y quise ayudar, pero entonces ¿estás buscando a la persona que vive aquí?

Si. ¿Lo conoces?

Al chico que vive aquí no, pero a su novia si, a veces la veo cuando paso por aquí, aunque últimamente no la he visto creo que es por lo que dijo la señora que están de viaje. Pero tal vez te pueda decir cuando vuelvan, o ¿estás sólo por unos días?

En realidad pensaba regresar pronto a México pero tengo la posibilidad de quedarme más tiempo si es necesario dijo Maia sin estar muy emocionada—¿entonces me harías ese favor en serio?

Si claro, supongo que es algo muy importante para que vinieras desde muy lejos a buscar a alguien- Si quieres dame tu número y si los veo te mando un mensaje.




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