Moonlight Serenade

¿Porqué no lo haces bien? (Why don´t you do right?) Tercera parte

Al llegar al dormitorio Maia lo encontró vacío, así que decidió abrir su computadora y empezó a investigar los precios de los hoteles y hostales, para su sorpresa eran un poco más baratos de lo que había pensado, pero el problema era el tamaño de los dormitorios que debía compartir con 10 chicas, al igual tenía que pensar en la comida y los pasajes (si quería trasladarse a otras partes de corea) y el dinero que tenía parecía que sólo le alcanzaba para estar cómoda unas tres semanas, después de eso no estaba segura de cómo iba a ser para quedarse más tiempo.

«¿Qué tal si no son las personas que busco?» se empezó a preguntar ya que la carta que tenía con la dirección era de más de veinte años. De su boca salió un grito de frustración ya que sabía que había otra solución, el quedarse. En realidad parecía lo más conveniente ya que así Maia tenía una cama y comida gratis, ayudando que el dinero que ella traía sólo lo gastara en cosas extras. Sonaba excelente pero el problema era que la única forma de quedarse era el volver a las clases y eso implicaba suplicarle al maestro para poder regresar. Esa idea hacía que la chica quisiera renunciar a todas estas comodidades, pero aún así una parte de ella le decía que era mejor quedarse. Cerró la computadora dándose por vencida de no poder tomar la decisión en ese momento, unos golpes en la puerta hicieron que el hilo de su discusión consigo misma fuera interrumpido.

—¿Si? —preguntó Maia un poco extrañada, ya que nadie antes había tocado su puerta.

—Soy yo — le contestó la voz familiar de Soon-Hee.

Ella se acercó a la puerta, al abrirla Maia se sorprendió al ver que estaba la chica junto a sus amigas de violín y otros tres chicos siendo uno de ellos Andrew, el chico del violonchelo.

—hola no sabía si estabas, así que preferí tocar —le dijo su compañera de cuarto.

—No te preocupes — le contestó y se apartó dejándolos pasar.

—hola — le decían cada uno mientras entraban en la habitación.

—Hola —Maia les contestó.

Después que todos habían entrado Soon-Hee habló:

—Vamos a comprar cosas para beber y comer algo, pero estábamos viendo si después veníamos aquí. ¿no te molesta? si quieres puedes unirte.

La primera respuesta de Maia iba a ser no al recordar que estaba prohibido las reuniones en los cuartos, pero después de todo el estrés que tenía por lo que había tenido que soportar el día anterior en la clase fue que decidió decirles:

— Está bien me uno a ustedes.

—perfecto — contestó su compañera con una sonrisa.

Ella se fue por sus cosas mientras que su compañera hablaba con los demás mientras organizaba todo para irse. En menos de cinco minutos el grupo de chicos ya estaba en camino hacia la tienda, todavía tenían tiempo antes del toque de queda, ya que eran apenas las siete por lo que el guardia no les dijo nada. Mientras caminaban Maia pudo notar como sus pensamientos se esparcen.

—Pensaba que no ibas a venir —le dijo Melany quien estaba cerca de ella.

—¿En serio? ¿Por qué creían eso? — le preguntó.

—Por qué Soon-Hee creía que no estarías a favor de romper las reglas.

—¿Romper las reglas? — preguntó ella aparentando el no saber de estas.

—Si la que prohíbe invitar a chicos hombres al dormitorio de las chicas es porque vamos a comprar alcohol — le contestó uno de los chicos quien se llamaba Henry.

— ¿Es por eso? — les contestó sin impresionarse mucho.

—Si, aunque Andrew fue quien dijo que aceptarías. —le dijo Melany mientras señalaba al chico que estaba a unos pasos detrás de ellas.

—¿Yo qué? —preguntó el chico quien caminó para ponerse al lado de ellas.

—Que tu asegurabas que ella si iba a venir— le comunicó Melany a él.

— si, y ven tenía yo razón—contestó el chico

—Pero ¿por qué asegurabas que iba a venir? — le preguntó Maia.

—porque con un profesor como el que tienes definitivamente necesitas con que relajarte. —tenía demasiada razón que no pudo negarle nada y en especial después de esa semana.

—Posiblemente tengas razón —aceptó Maia.

—Ya ven, se los dije— comentó el chico en voz alta para ser escuchado por todos ellos, pero el grupo no le hizo caso. Esto hizo reír a Maia por lo que el chico sólo se rió junto a ella.

Con esto caminaron sin decir nada ambos chicos haciendo un silencio con el que pudo escuchar la conversación que Lin Yen y Soon-Hee tenían.

—No, lo que quieren hacer es provocar que seas expulsado— le contestó Son-Hee a la otra chica que le había preguntado algo.

—Claro que no— comenzó a decir la chica— Si fuera así los profesores ya se habrían dado cuenta ¿no?

—¿de qué están hablando? —preguntó Andrew quien también había puesto atención a su conversación.

—Es acerca de la leyenda.— dijo Soon-Hee.

— ¿Leyenda?— preguntó Maia.

—Si— dijo de repente Melany quien todo ese tiempo estaba a su lado— hay una leyenda que aquel que logre comprar una botella de licor de la tienda más cercana de la academia se convertirá en solista de su instrumento en el concierto final.




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