Moonlight Serenade

Serenata a la luz de la luna (Moonlight Serenade) Primera parte

Maia salió de la academia sin un rumbo fijo, estaba demasiado enojada e incrédula de lo que había acontecido y de lo directo que había sido el maestro. En su mente maldecía a esa persona mientras se cuestionaba «¿qué era lo que le pasaba?».Su coraje era tan grande que una parte de ella amenazaba con querer llorar, se aguantó las ganas y en vez de eso comenzó a correr hasta que su cuerpo le pidió que parara, al hacerlo su respiración era entrecortada. Respiró hondo tratando de calmarse y se sentó en una jardinera  para descansar mientras intentaba reconocer en donde estaba, ya que sólo había corrido sin percatarse a dónde iba. Cuando se calmó su mente estaba mejor, no al cien por ciento pero por lo menos ya no le nublaba la visión y se le había bajado un poco el coraje. 

Mientras se recuperaba, Maia pensaba en el lado bueno de haber sido ella quien hubiera recibido ese comentario y no su prima, ya que una de las cosas que más le pesaba a su prima era el vivir bajo la sombra del talento de su madre; lo cual la molestaba y la hacía sentirse insegura, era esa la razón por la cual la chica le había sugerido el cambio. Por lo menos Maia sabía que de algún modo tenía una excusa de no estar a la altura de sus compañeros y no quería imaginarse cómo se sentiría una persona que se había preparado por años y que su profesor le sugiriera que renunciara. Ante esto Maia se dio cuenta que ella nunca había tenido un sueño tan grande como para que alguien pudiera venir y hacerla dudar, lo más cercano que había tenido a algo así fue cuando le entraron las ganas de aprender a tocar la trompeta pero ante la respuesta negativa de su familia adecidió dejar a un lado ese sueño hasta que su tía llegó, pero había sido entonces pura suerte que hubiera podido aprender con un experto, sino lo más seguro es que nunca lo hubiera hecho.

Este monólogo interno hizo que Maia perdiera la noción del tiempo y se sorprendiera cuando oscureció por completo, en ese momento la chica se dirigió al dormitorio, el cual estaba vacío, se bañó y se durmió después de secarse el cabello. Al despertar ya era la madrugada, ni siquiera se había dado cuenta del momento en que Soon-Hee habría llegado, eran las 3 de la mañana, por lo cual Maia intentó volver a dormir pero le costó trabajó porque una parte de ella estaba nerviosa por el día siguiente, ya que se había hecho consciente de que debía de volver a ver al maestro y no sabía si debía ir o no. Después de una hora de estar discutiendo consigo misma y de no llegar a una conclusión es que tomó la decisión de dejar todo al día siguiente, siendo esto como un hechizo que hizo pudiera volver a dormir profundamente tanto que se despertó cuando Soon-Hee se estaba vistiendo.

—hola—la saludo la chica cuando vió que Maia se había levantado y comenzado a vestirse, ella le regresó el saludo y comenzó a arreglarse para ir junto a Soon-Hee al comedor. 

En el camino su compañera le preguntó:

—¿estás bien? Ayer no te vi en la clase, ni en la comida y cuando llegué al dormitorio estabas dormida.

—Estoy bien, no te preocupes solo tuve un dolor de cabeza muy fuerte, es que a veces tengo  migrañas—mintió Maia. Cuando llegaron al comedor estaban ya todos los chicos desayunando, ambas chicas se fueron directo a la barra de comida para servirse y unirseles.

Durante el desayuno Andrew le hizo la misma pregunta a Maia que su compañera así que ella le volvió a repetir lo que le había dicho a la chica, pero a diferencia de Soon-Hee él insistió más en saber si seguía bien.

—Si, ya estoy bien. No te preocupes— le repitió por doceava vez, mientras caminaban a su salón.

—Pero si te sientes mal avísame y te llevo a la enfermería—le dijo él. Ella asintió solo para que el chico se fuera y la dejara sola.

Maia se dirijio a su salón, mientras caminaba sentía como los nervios comenzaron a invadir su cuerpo, decidió respirar hondo para calmarse mientras pensaba si debía de retirarse pero una parte de ella no la estaba permitiendo el darse por vencida ni el irse. Principalmente era el orgullo la que la estaba animando el enfrentarse al maestro ya que quería demostrarle que se equivocaba acerca de ella además de enseñarle que su presencia y sus comentarios no le afectaban. Fue esto lo que provocó que se armara de valor y entrará al salón donde sólo estaban sus compañeros.

Se sentó a lado de Nguyen a esperar a que el maestro entrara. Unos minutos después una chica entró y les preguntó a los chicos más cercanos a la puerta si eran de la clase del maestro Choi, ellos asintieron, fue entonces que la misma chica les anunció que el profesor no les iba a dar clases ese día, pero que debían de practicar solos. Esta noticia a Maia hizo sentir como le quitaban un peso de encima, relajandola por completo; este sentimiento no fue exclusivo de ella sino fue compartido por sus compañeros quienes comenzaron hablar animados entre ellos mientras sacaban sus instrumentos.

Maia sonreía e incluso sentía como si el sol hubiera salido detrás de una nube, ya que se dio cuenta de lo brilloso y bonito que estaba el día invitándolos a estar afuera. Esto le dio una idea y le sugirió a su compañera que sí practicaban afuera en los jardines.

—¿Pero si podremos?—le preguntó Nguyen un poco temerosa.

—Pues jamás nos dijeron que no podíamos, las instrucciones fueron que practicaramos ¿no?— les dijo a todos ya que al parecer todos sus compañeros habían escuchado su plática y las observaban.

—tienes razón, yo me apunto—le contestó Alek




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