Serenata a la luz de la luna (Moonlight Serenade) Tercera parte

Maia disfrutó tanto su fin de semana que por un momento se olvidó de todo el problema con el maestro hasta el día siguiente cuando al llegar a la clase se lo encontró. La chica se sintió un poco apenada por lo cual no pudo ni siquiera verle la cara siendo su instinto el posar su mirada en las partituras solamente, aunque este plan se volvió un poco difícil ya que la clase transcurrió de un modo inusual a las semanas anteriores. A diferencia el maestro no pidió que nadie tocara solo, sino que esta vez tocaron todos juntos las canciones que habían practicado el viernes pasado, pero lo más raro fue que en vez de enojarse por las equivocaciones que ocurrían los corregía con un modo más cortés. Cuando acabó la clase todos sintieron un gran alivio, tomaron sus cosas y comenzaron a salir sin hablar.

 En el momento en que Maia se acercó a la salida fue detenida por el profesor quien le dijo:

—Señorita Silva .¿Puede venir un segundo, por favor?— algunos de los chicos que estaban saliendo voltearon a ver y después siguieron su camino. Maia asintió y se acercó a donde estaba el profesor, mientras se le aceleró el corazón y su cuerpo había disparado la adrenalina que la hizo temblar.

—La llamé—comenzó a decir el maestro una vez que el último chico había salido del salón— porque quiero pedirle una disculpa acerca del jueves pasado—Maia se sorprendió al escuchar esas palabras ya que era todo lo contrario que estaba esperando escuchar— no debí de haberle hablado de ese modo.

—No, no se preocupe— comenzó a decir la chica ya que la hacía sentir incómoda que él se disculpara, a pesar que tenía razón—no, yo soy la que tengo que disculparme por haberle contestado, usted es el maestro y sabe las razones por la que me corrigió—le dijo recordando un poco de lo que había hablado con Rebeca.

—En realidad lo que le quiero decir es que no me arrepiento de lo que le dije sino del modo en que se lo dije. Usted tenía razón y me hizo ver lo poco profesional que fui al haberla regañado y presionarla de ese modo. Como profesor debo de alentar a mis alumnos y no era lo que estaba haciendo.

— tiene razón—pensó la chica en voz alta, arrepintiéndose inmediatamente cuando las palabras salieron de su boca— Perdone—le dijo cuando se dio cuenta de lo que había dicho

—Porque se debe de disculpar si es verdad ¿no?—le dijo él maestro con una pequeña sonrisa que sorprendió a la chica.

—Aun así, daré lo mejor de mí— afirmó Maia más para ella. Esto sorprendió a él quien se le quedó mirando a la chica intentando descifrar si lo decía en serio, este acto hizo que la chica se sonrojara ya que la mirada de él era muy intensa, al igual provocó que se pusiera un poco nerviosa pero en un buen modo que a ella le sorprendió.

—Espero que sea cierto lo que dice—le dijo él dejando a la chica sin saber qué responder, mientras la miraba fijamente a los ojos.

Por suerte para la chica alguien tocó la puerta haciendo que los dos voltearon hacia ella, era una joven quien la había visto en la clase de historia de la música quien le dijo:

—Perdón profesor, la maestra Yoon quiere verlo.

—Si, muchas gracias voy para allá—contestó él y comenzó a recoger sus cosas para salir del salón, antes que saliera él se volteo y le dijo—nos vemos mañana en la clase —y con eso salió del salón.

Maia solo pudo asentir y se quedó unos minutos sin moverse. Estaba un poco conmocionada acerca de lo que había sucedido ya que nunca habría imaginado que una persona como él le pidiera disculpas. Su ensoñación fue interrumpida por el sonido de un mensaje de texto que le había llegado, era Rebeca quien le decía:

"Ya hablé con la señora, me dijo que el jueves al mediodía nos espera en una cafetería cerca de la casa que renta ¿puedes? " Esto la hizo sorprenderse ya que había pensado que eso iba a suceder en unas semanas, así fue que le contestó con una afirmación quedando verse el jueves en el mismo punto de encuentro que la última vez. Con esto fue que decidió irse a su siguiente clase dejando a un lado la plática que había tenido con el maestro.