Moonlight Serenade

Habrá unos cambios...(There'll be some changes made) Primera parte

Durante el resto del domingo Maia estuvo en cama, aunque ya se sentía bien físicamente, se sentía sin ganas y sin energía. Esa sensación le duró incluso hasta el lunes, día que se le dificultó el ir a clase pero a pesar de eso se obligó a ir.

La mañana del lunes se apresuró a ir a la clase para que no le ganara la flojera, siendo la primera en llegar al salón. Mientras esperaba a que más personas llegaran se dedicó a repasar lo que habia pasado ese dia en la playa, fue tanto su desconecte con su presente que le sorprendió cuando a su lado se había sentado su compañera Nguyeng y le había preguntado:

—¿Estás bien? —esto la sorprendió tanto a Maia que no pudo contestar de inmediato así que volvió a preguntarle su compañera:

—¿Qué si estás bien? Es que supe del incidente en el mar.

—¿Te enteraste? — preguntó sorprendida Maia.

—Creo que todo el mundo lo hizo. Los profesores estaban muy preocupados —le aclaró su compañera

—¡No! Qué pena —exclamó ella.

—No te preocupes, es algo que a todos nos puede pasar — dijo la chica intentando calmarla.

—Eso no es cierto, pero estoy bien, gracias—afirmó Maia.

—¿Segura?, es que te ves un poco distraída.

—No te preocupes, estoy bien, gracias por preguntar. —Le aseguró ella.  

En ese momento  entraron al salón Nadine y Xiang Ton quienes al igual que su compañera le preguntaron cómo estaba, Maia les aseguro que estaba bien, esto confirmó lo que Nguyeng le había dicho de que todos sabían del incidente. Para cuando todos sus compañeros habían entrado, Maia había repetido la misma frase de que estaba bien por tres veces más y gracias a la llegada del maestro fue que no tuvo que contarles lo que había pasado. Él les puso de nuevo a realizar los ejercicios y practicar algunas de las piezas que ya habían visto. Después de una hora y media de tocar los pobres alumnos sentían que sus labios estaban secos y en ese momento fue el cual el maestro pidió que se detuvieran.

—Bien — dijo el maestro observando a todos — han mejorado mucho, se nota que han practicado un poco más—afirmación que asombró a sus alumnos —Al igual les quería avisar que dentro de dos semanas se hará una evaluación con la cual decidiremos quién de ustedes hará él solo durante el concierto de fin de curso. Estaba pensando que todos participaran en esta evaluación y a pesar que han mejorado siguen teniendo deficiencias en algunos ámbitos por lo cual he decidió que las clases de lunes a jueves las dividiré en distintas sesiones individuales a partir de ahora y hasta la evaluación final. El viernes será el día que todos tocaremos juntos la melodía. Para ello organicé que cada uno tendrá alrededor de 15 minutos en la cual practicarán conmigo y yo les dirigiré en lo que tienen que mejorar.

Al igual que mientras no sea el tiempo que les toque seguirán practicando por su cuenta, ustedes escogen si aquí o en el pasillo, o si quieren hacerlo individual o en grupo. El caso es que tienen que estar practicando mientras sus compañeros tienen la clase conmigo.

Después de las clases en la tarde voy a estar aquí para quien necesite más asesoría, eso será de cuatro a seis, no es obligatorio, pero es recomendable que vengan, los sábados también estaré por aquí para quien quiera practicar más —durante todo el tiempo que los chicos escuchaban nadie hablaba  y de algún modo comenzando a sentir nervios de tener clases individuales con el maestro, el cual no se percataba de este sentimiento que tenían sus alumnos y continuo— Hice una lista con la hora en la cual le tocará a cada uno y también les pasó las partituras de la pieza musical— dijo mientras levantaba unas hojas que tenía en su mano, hojas las cuales comenzó a repartir. Cuando cada uno tenía las copias los chicos empezaron a buscar en la lista que les había dado sus nombres, Maia tenía el último turno, quince minutos antes que terminara la clase.

—Bueno—prosiguió el maestro— eso sería todo. Desde mañana comenzaremos y espero que sean puntuales porque no toleraré retrasos.

Ante esto los alumnos asintieron y comenzaron a tomar sus cosas para dirigirse a su siguiente clase. Cuando comenzaron a salir el maestro llamó a Maia para que esperara un poco más ya que quería comunicarle algo, la chica hizo caso ante esto y se quedó esperando parada cerca del escritorio, muy nerviosa ya que le traía el recuerdo de la vez en la cual discutieron entre ellos. Cuando el último alumno salió por la puerta fue que él comenzó a hablar.

—¿cómo se encuentra ya se siente mejor de lo sucedido ayer? —Esta pregunta sorprendió a Maia quien le costó reaccionar rápido, así que se quedó callada por unos segundos hasta que contestó con duda:

—Bien, gracias.

—Eso espero, aunque se ve un poco distraída por lo que te aconsejo que intentes dejar de lado cualquier cosa que no sea el estudiar está melodía. Has mejorado mucho pero aún así creo que te costará el llegar a competir por el solo—Esta afirmación, aunque cierta, había herido el orgullo de la chica y la molestaba un poco, esto no fue percatado por el chico quien prosiguió— Si viste tu horario, eres la última, esto lo hice para que pueda concentrarme mejor en ti y ayudarte a que mejores. Al igual que les dije que era opcional las asesorías en la tarde y el sábado para ti son obligatorias ya que estoy pensando ayudarte un poco más, así que debes de venir las dos horas en la tarde. Al igual que le voy a dejar otros ejercicios para que pueda mejorar—le dijo mientras le extendía unos libros de trompeta. Esta acción tan extraña de su parte provocó que la chica solo pudiera cuestionarse el porqué se comportaba de ese modo tan atento —Empieza hacer los primero dos ejercicios y mañana te veo a la hora que te toca—terminó diciendo el muchacho quien tomó sus cosas y se marchó después que la chica solo pudó decir:




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