Moonlight Serenade

Mi último adios (My Last Goodbye) Primera parte

El sonido y la vibración del celular hizo que Maia se sorprendiera e incluso saltara provocando que se interrumpiera por completo el momento. Él se alejó de ella, mientras que la chica intentaba sacar su celular, el cual había dejado de sonar. Era Rebeca quien le había llamado, al ver su celular se percató de un mensaje de su amiga de hace veinte minutos en el cual le avisaba que había llegado al lugar de su encuentro. Maia le marcó, le pidió una disculpa y le dijo que ya estaba en camino; que había surgido algo. Cuando colgó se volteó a ver al chico quien ya había guardado sus trompeta en el estuche.

― Perdona ― comenzó a decirle la chica ― Es una amiga que también va a ir con nosotros a la cena, pero se me había olvidado que nos quedamos de ver en la estación de City hall y se supone que hace veinte minutos debía de estar ahí.

—No hay problema ― le dijo él sonriéndole ― Vamos ¿no dijiste que ya está ahí tu amiga?

― Si, es verdad ― dijo ella levantándose.

Así comenzaron a caminar hacia el camión, sin decir nada ya que el ambiente entre ellos era un poco incómodo, así que en la mente de Maia maldijo un poco a su amiga a pesar que sabía que no había sido a propósito. Parecía que el chico se percató un poco de este ambiente por el cual intentó romperlo al preguntarle:.

― ¿Y tú amiga la conoces desde hace tiempo?

―No demasiado, a decir verdad la conocí aquí en Corea hace unos tres meses más o menos.

―¿En serio? Si que eres rápida haciendo amistades aquí.

―Más o menos en realidad nos acercamos muy rápido porque ella me ayudó mucho en un asunto y bueno ayudo mucho a que ella también es mexicana. Así que cuando estás en el extranjero y te encuentras con una compatriota te sientes más unido a esa persona.

―Eso tienes razón, me pasó un poco con otro amigo cuando estudié en Curtis ―dijo él―¿y ella va a ir a la cena?—le preguntó él de nuevo para romper el silencio

―Si, Daniel la invitó.

—¿Daniel la conoce?—preguntó el chico.

—Si, es porque el día que estaba con Rebeca me lo encontré, fue cuando me invitó a tocar con su banda. Y pues mi amiga todo el tiempo me acompañó, y él y ella se llevaron tan bien que creo que se hicieron amigos. Incluso ella fue quien en realidad me dio el teléfono de él para invitarlo. Por eso no te pedí a ti su teléfono― Le explicó ella. El chico ya no pudo decir nada ya que habían llegado al lugar donde estaba Rebeca, quien estaba parada cerca de una tienda.

Al llegar con ella Maia la saludó y le presentó al chico a su amiga, ambos se saludaron cordialmente. Tras esto se fueron caminando hacia el punto donde habían quedado de ver a Daniel. Para Maia el camino fue extraño ya que el chico fue quien inició la plática con Rebeca preguntándole algunas cosas, a su vez la amiga de Maia tomó esto como buena señal y empezó de algún modo a interrogarlo. Para Maia era un poco incómodo toda esa situación por lo que agradeció que el punto de encuentro en el que habían quedado no estaba muy lejos, por lo cual la conversación se acabó unos minutos después. Daniel ya se encontraba, cuando los vio los saludo y después se fueron caminando hacia el departamento que había sido el lugar donde el chico había sugerido estar, por el poco presupuesto que tenían. De camino Maia le contó lo que había sucedido con la directora:

—Que mala  que la directora no te haya dejado participar― le dijo el chico una vez que conocía la historia.

―Lo sé, pero aún así te quería agradecer por lo menos como dijiste lo intenté.

―Eso sí, por lo menos puedes decir que tocaste con la gran banda de Infraganti y eso es lo importante.

― Es cierto, me debo de sentir orgullosa ― dijo ella riendo.

― Exacto y más porque ni siquiera el gran maestro Choi te dio una oportunidad así —le contestó él mientras miraba a su amigo quien estaba a su lado y lo veía con cara de pocos amigos.

―Entonces por esa gran oportunidad única, ten ―le dijo ella sacando unas dos botellas que llevaba desde el comienzo de su viaje, las cuales eran tequila ―es lo único que se me ocurrió darte por tu ayuda, te las doy ahorita porque no se si quieras compartirlo. Son botellas de alcohol ―le dijo

―Ay muchas gracias, no debiste― le contestó él aceptando el regalo, se veía un poco conmocionado, realmente no esperaba que le diera nada y él sonrió. 

Siguieron su camino hacia el departamento, mientras que Daniel y Rebeca comenzaron a platicar a diferencia de Maia y el chico quienes no decían nada. Al llegar al departamento se encontraron que ya estaban todos ahí excepto lamex novia de Daniel. Las chicas la saludaron afectivamente mientras que Maia volvía a presentarles a su amiga, así se hicieron una especie de grupito de chicas con quienes platicaron acerca de lo que había sucedido con la directora y al igual les comentó del pequeño concierto que los chicos le habían hecho. Cuando terminó su historia Daniel expresó su sorpresa que su amigo hubiese ayudado a los chicos ya que no era algo que él regularmente hiciera. Maia sonrió y sintió mariposas en el estómago al pensar que talvez solo lo hubiera hecho por ella, en ese instante como un relámpago recordó del casi beso que se habían dado, esto hizo que sintiera calor en las mejillas por lo cual decidió el despejar su mente ya que no quería emocionarse para después decepcionarse. Así que siguió disfrutando de la velada en la cual Daniel y Rebeca  estuvieron juntos hablando todo el tiempo, Maia se alegró que se llevaran bien y esperaba que con el paso del tiempo pudiera existir algo entre ellos dos.




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