Moonman

Capítulo 11

Cuando ella se separó de mí, vi a lo lejos como mi hermana y Estefanía se nos quedaban viendo con molestia. Nada nuevo en realidad en ellas. De todas las personas que había en la fiesta con ellas no quería verme. Y menos si la situación amerita un chisme nuevo para la víbora lengua de ambas. Esme no fue a visitarme al hospital ni pregunto por mi salud cuando regrese a la casa y bueno, con Estefanía estaba más que claro que no seremos amigas nunca.

  • ¿Ella es tu hermana? – Su vista siguió la mía y se encontró con las dos chicas.

 

  • Si… y la otra chica es su mejor amiga. – Le respondí.

 

  • ¿Qué tan lejos está tu casa de aquí? – Yo me bloquee por un momento y toda mi atención se fue a ella.

 

  • ¿Disculpa? – Ella rio bajo.

 

  • ¿Tu casa está lejos de aquí? – Lo pensé por un momento y negué.

 

  • Más o menos, es más fácil en auto, pero caminando podríamos llegar entre 30 y 45 minutos. – Aclare.

 

  • Bien… ¿Nos vamos? – Tomo mi mano derecha y esa sensación volvió apoderarse de mi sistema.

 

  • ¿Quieres… quieres irte a mi casa? – Ella asintió. – ¿Por qué? – Una sonrisa más y me dará un ataque al corazón.

 

  • Pues aquí hay mucha gente, tus amigos están entretenidos con sus parejas y bueno, no quiero que vuelvas a pelear con ella por un tiempo. – Con un gesto en sus ojos señalo la dirección de mi hermana y su mejor amiga.

 

  • Bien… te sigo. – Se volvió a reír y sus ojos tomaron un brillo diferente que, parecía que del verde se fuera al azul.

 

  • Creo que yo te seguiré a ti, pero me quedare a tu lado. – Y aun tomadas de las manos caminamos con dirección a mi casa.

Si los nervios no me traicionan, no correré el riesgo de caerme en la calle por tropezarme. Solté un suspiro sin saber con exactitud que decir o hacer, un extraño miedo recorre mi cuerpo, pero más allá de eso, había algo inexplicable, pues dentro de tanto silencio, no necesitaba palabras con ella para sentirme bien, segura y cómoda.

  • Bueno… ya que es un viaje algo largo por la distancia. – Rayos y centellas, trágame tierra. – Dime Dafne, ¿Por qué ahora es que llegas la Tierra? – Relájate Camila, todo saldrá bien.

 

  • Pues… no es difícil de responder, supongo que le di tiempo a MoonMan que se conocieran, en realidad él es tu guardián, pero yo quise ayudarle y aquí estoy. – ¿Qué?

 

  • ¿Mi… guardián? – Ella asintió. – ¿Puedes ex-explicarme…? – Genial ahora tartamudeó.

 

  • Sí, es sencillo, yo sé que él no te dijo nada de esto, o tal vez si pero con otras palabras. – Asentí para que continuara. – El estará contigo hasta tu último día en la Tierra. – Eso ya lo sé. – El mas bien es guardián de tu alma, vino a cuidar de ti para que después de la muerte seas parte de nosotros. – Eso… yo, ¡¿Seré la nueva luna?!

 

  • ¿De nosotros? ¿Hablas que seré la Luna? – Ella negó divertida. – ¿Entonces? – Vaya cuestionario.

 

  • Nadie más que él puede ser la Luna, es como si el Señor Sol decidiera ser la Señora Tierra, es imposible, sus almas son unas de las más viejas en el Universo, y ahí estarás con nosotros, tu alma será parte del Universo porque la Luna es guardián de tu alma. – Bien… las cosas están quedando más claras, eso creo. – Tú serás como yo. – Alto ahí.

 

  • ¿Yo también seré una estrella? – Ella asintió feliz y me abrazo fuertemente a su cuerpo. Apenas con esa acción note que le llevaba unos centímetros de altura, su cabello quedaba justo debajo de mi nariz y me sorprendí por la delicadeza de su cuerpo como el calor que transmite.

 

  • Serás una gran estrella y estarás conmigo en el Universo, seremos compañeras y también estaremos cerca de MoonMan, y cuando alguien necesite de nosotras estaremos disponibles para ayudar más almas a ser tan fuertes para reunirse con nosotras. – Su respuesta me dio tanto miedo y entusiasmo al mismo tiempo que me percate que, casi un minuto donde ella me abraza, yo solo hace dos segundos se lo correspondí.

No sé por qué, pero de pronto en mi cabeza vino la letra de la canción Bridges de Fifth Harmony. Las cosas con Dafne y todo lo que mi cuerpo siente con ella aun abrazada a mí me hace imaginar cómo construimos ese puente, uno donde en realidad mi miedo a morir deja de existir y de la mano con ella se crea una gran felicidad.




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