Morado y Verde

Capítulo 5

Volteé el celular con rapidez, como si el simple hecho de ocultar la pantalla pudiera borrar lo que había leído. "Bullying", esa palabra resonaba con fuerza en mi mente, como una alarma que no podía ignorar. Pero quería hacerlo, necesitaba hacerlo. Era más fácil pretender que no pasaba nada, que esas definiciones no describían mi vida, que esas guías para "identificar y actuar" no estaban destinadas a alguien como yo.

Jamás creí que terminaría siendo el objeto de burlas, risas y desprecios. Antes, la escuela era mi refugio, un lugar donde podía pintar, reír y soñar sin límites. Ahora, era un campo de batalla, donde cada día debía esforzarme por pasar desapercibida y sobrevivir al siguiente ataque.

Había perdido algo más que mi tranquilidad. Había perdido lo que me hacía ser yo. Pintar, reír, brillar… todo eso se había desvanecido. Ellos me dominaban.

No, el problema era más profundo. El miedo me dominaba. Yo misma me dominaba.

—¿Quieres que acabe? —me pregunté en silencio, mientras mi reflejo opaco en la pantalla del celular me devolvía una mirada cansada. Sí, quería que terminara, pero no sabía cómo hacerlo. No tenía el valor, ni la fuerza, ni las herramientas para enfrentar a mis propios demonios.

Apreté los labios con fuerza, sintiendo cómo la frustración se mezclaba con el dolor. Aguantar era mi única opción. Al menos, eso era algo que había aprendido a hacer bien.

—Hoy haremos algo diferente —la voz de la Srita. Cole me sacó de mi ensimismamiento. Guardé el celular con rapidez, como si alguien pudiera leer mis pensamientos, y me enderecé en el banco.

—Haremos tres pinturas con mucho significado…

Mi mirada, que antes estaba perdida en la ventana, se desvió instintivamente hacia una figura familiar. Devon Walker.

Su melena castaña, siempre algo desordenada, era inconfundible. Se sentaba al inicio de mi fila, justo donde la luz de la ventana le daba un aire despreocupado. En Matemáticas siempre ocupaba el último asiento, como si en esa clase necesitara desaparecer. Pero aquí, en Arte, parecía disfrutar del protagonismo.

—Será un trabajo en pares, donde ambos artistas deberán plasmar lo que perciban.

Kara, la estudiante modelo del salón, levantó la mano con entusiasmo. —¿Podemos elegir el tema?

—No. —La Srita. Cole sonrió y caminó hacia su escritorio—. Cada miembro del grupo deberá conocer a su compañero en profundidad y plasmar en una pintura lo que lo representa. Será un ejercicio de introspección y empatía. El arte es un lenguaje que va más allá de las palabras, y este ejercicio busca enseñarles a comprender y expresar lo que quizá nunca han dicho en voz alta.

Su mirada paseó por el salón, observándonos como si ya pudiera leer nuestras reacciones.

—Cada miembro hará una pintura sobre su compañero, lo que nos dará un total de dos obras. La tercera será una colaboración entre ambos, y debe representar algo significativo para ustedes como equipo.

Mi estómago se contrajo. Exponerme ya era difícil, pero exponer algo tan personal ante toda la comunidad directiva del colegio era simplemente aterrador.

Suspiré con resignación. Era buena pintando, sí, pero pésima hablando frente a otros.

La Srita. Cole tomó su lista y comenzó a asignar los equipos.

—Michel y Collins.

Kara sonrió y se levantó para unirse a su amiga Mara. Qué suerte la suya.

Los nombres seguían saliendo, y cada vez que la profesora los pronunciaba, sentía que el aire se volvía más denso. Finalmente, mi apellido rompió el silencio.

—Mills y Waters.

Busqué con disimulo a Lucas Waters, pero recordé que se había cambiado de colegio.

—Oh, cierto… —dijo la Srita. Cole, seguramente recordando ese hecho mientras tachaba su nombre— Entonces… Walker, ¿te parece ser compañero de la señorita Mills?

Mi corazón dio un vuelco cuando Devon giró en su asiento, con esa sonrisa enigmática que parecía tener siempre. Sus ojos marrones se encontraron con los míos, y por un momento me sentí atrapada, como si me estuviera desafiando sin decir una palabra.

—La pregunta sería… —dijo con un tono ligero, casi burlón—. ¿Quiere ella ser mi compañera?

No, no quería. Porque trabajar con él implicaba abrir una puerta a su mundo, a sus amigos, a sus risas que tantas veces se habían unido a las burlas que sufría. Dime con quién andas y te diré quién eres.

Pero, ¿era justo juzgarlo sin conocerlo? Algo en mí quería decir que no, que Devon no era como los demás.

Sin embargo, lo que salió de mi boca fue…

—Está bien.

Y ahí estaba. Otra decisión que probablemente lamentaría. Pero esta vez, quizá también fuera una oportunidad para descubrir si Devon Walker era solo otro rostro en mi pesadilla diaria, o si había algo más detrás de esa sonrisa que tanto me desconcertaba.




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