Morado y Verde

Capitulo 7

CAPÍTULO CON CONTENIDO SENSIBLE

Enrollé mi toalla alrededor de mi cuerpo y, con movimientos lentos, salí de la ducha. Cada paso resonaba con un eco suave en las paredes del baño, amplificando mi respiración temblorosa. Frente al espejo empañado, pasé mi mano sana sobre el cristal, revelando mi reflejo.

Mi rostro.

Esa expresión que nunca cambiaba. Esa mezcla de tristeza y resignación que siempre me observaba desde el otro lado. Era como mirar a un extraño.

Elevé mi mano derecha con cuidado, sintiendo el dolor punzante en cada pequeño movimiento. La giré apenas, hasta que la incomodidad se convirtió en un ardor insoportable. El reflejo de mi propia mueca me hizo detenerme.

Sabía que no debía forzarla más.

De fondo, la música seguía envolviendo la habitación como un manto invisible:

"I summoned you, please, come to me.
Don't bury thoughts that you really want.
I fill you up, drink from my cup.
Within me lies what you really want..."

La canción era una extraña compañía. Sus palabras parecían sincronizarse con mis propios pensamientos, camuflando los pequeños quejidos de dolor que escapaban de mis labios.

Cerré los ojos por un momento, intentando acallar el rugido en mi mente. Cuando los abrí, tomé la pomada del estante y observé el golpe en mi costado. Mi piel comenzaba a teñirse de un verde profundo, extendiéndose como un recordatorio vivo de lo sucedido.

Con dedos temblorosos, unté la crema, cada roce enviando una punzada de dolor que se extendía hasta mi columna.

"In the middle of the night, in the middle of the night,
Just call my name, I'm yours to tame.
In the middle of the night, in the middle of the night,
I'm wide awake, I crave your taste..."

El aire caliente del baño hacía que mi cabello mojado se pegara a mi espalda. Mi mirada se fijó en el hematoma, y una lágrima rodó sin permiso por mi mejilla. Me odié por ello. Odié cómo me afectaba cada golpe, cada palabra, cada mirada de desprecio.

Y lloré.

Lloré porque sabía que pronto ese verde se transformaría en un púrpura oscuro, casi negro. Un color que rivalizaba con el gris opaco que siempre había considerado mi favorito. Pero ahora no eran más que una paleta de dolor pintada en mi piel.

"All night long 'til morning comes,
I'm getting what is mine, you gon' get yours, oh no, ooh,
In the middle of the night, in the middle of the night, oh."

Me pregunté, como lo hacía cada vez:

¿Cuánto más podría soportar?

¿Cuántos otros estarían viviendo algo similar? ¿Cuántos habían encontrado la manera de resistir? ¿Y cuántos más se habrían rendido ya?

El espejo empañado reflejaba una sombra de mí misma, desdibujada por el vapor y la luz tenue. Me veía pequeña, insignificante. Como si no fuera más que un espectro de lo que solía ser.

Fue entonces cuando mis ojos captaron algo en el estante.

Una cuchilla.

"These burning flames, these crashing waves,
Wash over me like a hurricane,
I'll captivate, you're hypnotized,
Feel powerful, but it's me again..."

La tomé con cuidado, su filo brillando bajo la luz del baño. Mis dedos temblaban mientras la sostenía, y mi mirada se desvió hacia mi muñeca izquierda. Allí estaba mi pulsera favorita, la que Devon había tocado una vez, casi sin darse cuenta, pero que había significado tanto para mí.

Sin pensar, corté la pulsera. El sonido del hilo rompiéndose resonó más fuerte de lo que esperaba, como si marcara el final de algo.

"In the middle of the night, in the middle of the night,
Just call my name, I'm yours to tame,
In the middle of the night, in the middle of the night,
I'm wide awake, I crave your taste..."

La pulsera cayó al suelo, mojándose con el agua que aún escurría de mi cuerpo. Me quedé mirándola por un instante. Era como si estuviera diciendo adiós a una parte de mí misma.

La cuchilla, ahora libre de distracciones, encontró su siguiente objetivo.

Mi muslo derecho.

El filo se posó sobre mi piel con una suavidad inesperada. Era frío, casi reconfortante. Pasé la hoja por mi piel sin ejercer presión, como si fuera una caricia. Pero en el fondo sabía que no me detendría allí.

"And just call on me, ah, just call my name,
Like you mean it..."

Respiré hondo y presioné.

Un pequeño corte. Apenas un susurro de dolor que se mezcló con la pena que me consumía.

Luego, otro.

Y otro.

Cada uno parecía arrebatar un poco de mi carga emocional, como si el dolor físico pudiera silenciar el tormento interno.

"All night long 'til morning comes,
I'm getting what is mine, you gon' get yours, oh,
In the middle of the night, in the middle of the night, oh, whoa."

Cuando la canción terminó, la cuchilla cayó al suelo junto con mi última lágrima. Me quedé allí, en el centro de la habitación, sintiendo cómo el dolor comenzaba a desvanecerse.

Pero el vacío seguía ahí.




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