Capítulo 03.

**Lumos** Juro Solemnemente que no estoy tramando nada bueno **Lumos**

Hürrem Potter, también conocida como Hunter Black de Mikaelson, se despertó con molestia y murmuró el desagrado total que sentía por tener que despertarse. Su motivo… este era el día de su cumpleaños y por algo razón Rebekah y Kol se sentían como niños con demasiado azúcar. Henry por lo menos tuvo la decencia de meterse a la cama y dormirse abrazado a ella… ¿Qué ganaba de su hermana-mejor amiga y su compañero de travesuras? Ah cierto… una cobija fuera de su cuerpo y extremidades zarandeadas como si fueran cuerdas para tirar.

—Bien, bien… ya me levantó… aunque no es justo, Madre dijo que podía disfrutar de mi día como quisiera —balbuceó soñolienta, arrastrando a un Henry dormido con ella, porque si ella sufría, el pequeño traidor también lo hacía.

Cuando estuvieron listo para el día, Hürrem se detuvo en la cocina con sorpresa cuando lo que creía era una gran pastel estaba en el centro de la mesa.

—No sé si me quedo como los tuyos pero definitivamente me esforcé —mencionó Esther acercándose para abrazarla— Feliz cumpleaños, querida.

—Ahora podemos desayunar, hoy tenemos mucho que hacer, vamos todos a la mesa —demandó Mikael empujando a su esposa y la pelirroja en esa dirección.

Hürrem celebro esa mañana de cumpleaños con los Mikaelson que tanto estaban esperando esté día, incluso más que ella. Recibió obsequios de cada uno de ellos y hasta consiguió un cuchillo de caza. Personalizado y todo. Pero fue el de Rebekah el más escandaloso… ¿De dónde la pequeña rubia sacó un pijama tan corto en este tiempo? Esther la regaño, pero Hürrem la felicito por la excelente elaboración y costura, claro, lo hizo sin que la mujer lo supiera… o ambas serían regañadas y castigadas por ser tan “indecentes”.

El desayuno pasó en ese torbellino de movimiento pero con ella ahora más feliz que cuando despertó… o bueno, fue groseramente despertada en su día especial.

— ¿Qué hará hoy, señorita Hunter? —Elijah apareció junto a ella mientras limpiaba la cocina.

Hürrem miró al más alto y sonrió— No lo sé… mis planes de dormir hasta tarde Rebekah y Kol lo arruinaron… ¿Tal vez incordiarlos un poco?

Elijah y ella intercambiaron una sonrisa divertida en silencio, algunas de sus travesuras el mayor las había mantenido en secreto en su nombre. Sobre todo cuando se trataba de incordiar a Beka.

—Tengo regalo, ¿Puede recibirlo?

Hürrem asintió distraídamente pero dejó lo que estaba haciendo para mirar al moreno— ¿Qué es?

Elijah sonrió quedito y sacó un pequeño regalo envuelto entre cuero, lo miró confundida por el tamaño del mismo. ¿Qué podría ser? Henry chilló afuera llamando a su hermano mayor, Hürrem rodó los ojos y señaló hacía la puerta.

—Creó que hoy todos están demasiado enérgicos, deberías responder… o podría volverse más intensó de lo que está —y Hürrem no quería saber que tan intensó podría ponerse Henry.

Elijah le dio una mirada por un largo momento antes de asentir, pero para su total sorpresa se acercó a ella y la beso en la frente dulcemente— Nuevamente, feliz cumpleaños señorita Hunter.

Y por alguna razón, ella se quedó estúpidamente ahí mirando por donde el moreno se fue.

— ¿Te encuentras bien, hermana?

Hürrem salto y miró a su lado con alarma— Beka me asustaste —chilló suavemente.

Rebekah rodo los ojos— Estabas distraídas.

—Si yo… ¿Elijah me ha dado un segundo regalo?

Rebekah la miró con asombro y luego frunció el ceño— Que raro. ¿Has visto que es?

—No… pero de todos modos, ¿Qué sucede? No has venido únicamente para asustarme.

—Cierto, vine a decirte que saldré a acompañar a Niklaus, irá a intercambiar algunas de sus pinturas y pidió mi compañía. También irán algunos hombres del pueblo… ¿Estarás bien sola?

Hürrem pestañeo lentamente, ¿Beka la abandonaba? Sonrió dulcemente y abrazó a la rubia con orgullo. Rebekah era bastante dependiente y verla decidir por su propia cuenta acompañar a otra persona que no era ella la emocionaba. La única forma de que se aleje por mucho tiempo de ella es que fuera forzada a hacerlo, y solo entonces tendía a abandonar lo que hacía por buscarla. Había sido un tema bastante delicado y que causaba problemas porque Hürrem siempre buscaba que la rubia fuera un poco más independiente y egoísta personalmente.